31/05/14

Diseñador de tecnología resistente intensifica innovación

Water chrloronator
Crédito de la imagen: Jonathan Kalan/DIV @USAID

De un vistazo

  • Compatible Technology International vende herramientas económicas para reducir pobreza
  • Su nueva estrategia se enfoca en trabajar con socios locales en áreas como el suministro
  • También aspira a establecer red global de expertos para trabajar en diseño de proyectos

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Una organización sin fines de lucro de los Estados Unidos que desarrolla herramientas asequibles para la agricultura y la purificación del agua para familias de los países en desarrollo está empezando una nueva estrategia: vender su tecnología directamente a las comunidades de habitantes pobres y no solo a las ONG que las reparten gratuitamente.
 
Compatible Technology International (CTI), con sede en Minnesota, Estados Unidos, diseña y vende dispositivos innovadores y económicos que ayudan a la gente a evitar infecciones transmitidas por el agua, mejorar la producción de alimentos e incrementar los ingresos. Tiene proyectos en ejecución en Haití, Nicaragua y varios países africanos.
 
Si bien históricamente CTI ha vendido sus tecnologías a otras organizaciones sin fines de lucro que las distribuían a los campesinos, su nueva estrategia para el periodo 2014-2017 apunta a que sus equipos trabajen directamente con los socios locales para apoyar la fabricación, venta y capacitación.
 
CTI, fundada en 1981, diseña sus herramientas en colaboración con los pequeños agricultores, que evalúan los prototipos y brindan retroalimentación, diciendo lo que a su juicio puede lograr más impacto con los agentes de ventas regionales.

“Se necesita que las herramientas no solo sean eficaces y las que se desean. Para que las nuevas tecnologías sean plenamente aceptadas en las comunidades, es importante que sean asequibles, estén bien construidas, sean fáciles de usar y culturalmente adecuadas. Esto es lo que significa que una tecnología sea ‘compatible’”, explica Meghan Fleckenstein, vocera de CTI.
 
Nueva estrategia
 
La primera parte del nuevo plan consiste en cambiar los prototipos existentes para el procesamiento de granos, legumbres y hortalizas en herramientas que estén listas para su difusión a gran escala, lo que —entre otras cosas— requerirá efectuar modificaciones al diseño para permitir que los fabricantes locales puedan producirlas.
 
Posteriormente, CTI comenzará a trabajar para desarrollar centros regionales de distribución con el fin de llevar esas herramientas a quienes más las necesiten. También se crearán kits de capacitación en negocios diseñados para ayudar a las empresarias a desarrollar emprendimientos basados en sus herramientas. Estos incluirán información sobre microcréditos para comprar las herramientas y plantillas de modelos de negocios.
 
Por último, la organización se propone cultivar una red mundial de expertos en innovación con quienes trabajará los futuros diseños de proyectos.

CTI priorizará la creación de ideas y el proceso de lograr un verdadero impacto sobre la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza, afirma Alexandra Spieldoch, directora ejecutiva de la organización.
 
“¿De qué sirve una gran herramienta que está en un taller de Minnesota u oxidándose en un campo en algún lugar? Necesitamos saber que nuestras herramientas son valoradas y usadas por quienes más las necesitan. Por esto, necesitamos alianzas para el desarrollo y distribución de tecnologías y financiamiento rural”, reconoce.

Un ejemplo de un modelo de distribución que trabaja, continúa Spieldoch, es el programa de cloración de agua en Nicaragua, destinado a proporcionar a las comunidades rurales tecnología económica para el tratamiento del agua. El sistema se conecta al tanque de agua de un poblado y reparte una dosis controlada de cloro que mata las bacterias y los patógenos transmisores de enfermedades.
 
El personal local de CTI ha capacitado a los pobladores en la construcción, instalación y mantenimiento de los generadores de cloro, en alianza con organizaciones de desarrollo de Nicaragua (EOS International y Self-Help International).
 
“Más de 220.000 personas de más de 400 poblados tienen fuentes sustentables de agua potable gracias a este programa”, señala Fleckenstein.
 
El sistema es fácil de construir con tuberías de plástico de fácil adquisición. La instalación de un nuevo sistema cuesta US$150, e incluye el suministro de tabletas de cloro para cuatro meses. Pasado este tiempo los pobladores pagan US$3-5 mensuales para adquirir más tabletas.
 
“También colaboramos con el ministerio de salud de Nicaragua, que acompaña a nuestro personal a los poblados para impartir a las comunidades educación en salud y salubridad. En cada lugar, nos asociamos con los comités formales de agua”, dice Fleckenstein. “Ellos compran los Cloradores de Agua, mantienen el sistema y recogen unos cuantos centavos de las familias del poblado para financiar el reemplazo de las tabletas de cloro mensualmente”, añade.
 
Señala que este enfoque ha tenido éxito en los años recientes, y CTI ahora está creando un modelo similar de distribución en Senegal, aplicado a la tecnología de procesamiento de granos.
 
Innovación poscosecha
 
“Somos más conocidos por nuestro triturador, un molino de discos operado manualmente que convierte casi cualquier cultivo en harina o pasta”, dice Fleckenstein. El triturador ha sido diseñado para usarse con múltiples cultivos, los discos que llevan a cabo la molienda no requieren afilarse y muy rara vez necesitan reemplazarse, a diferencia de otros molinillos del mercado, agrega.
 
“La simplicidad, confiabilidad y adaptabilidad de la trituradora la convierte en una herramienta ideal para las comunidades rurales, donde la falta de electricidad y de piezas de repuesto fácilmente disponibles puede ser un gran obstáculo para la adopción de nuevas tecnologías”, añade.
 
CTI ha entregado sus trituradoras a comunidades de más de 40 países. La herramienta reduce las tareas ingratas de las mujeres, reemplazando al mortero tradicional. También crea puestos de trabajo en cientos de nuevas empresas de molienda.
 
“CTI aporta experiencia técnica de primera y estándares de calidad a cada pieza de los equipos que produce”, señala Liz Caselli-Mechael, analista técnica de la Alianza para la Innovación (Partnering for Innovation), un programa de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos para apoyar tecnologías agrícolas que pueden ayudar a los pequeños agricultores.
 
“Ellos están al tanto de cada detalle, desde cómo se dilatarán los tornillos en los climas tropicales hasta cómo las cuestiones culturales afectan el uso de la tecnología, de manera que los agricultores obtienen grandes retornos de la inversión en la tecnología”, expresa.
 
Un componente crítico de la estrategia de CTI en los países en desarrollo es la construcción de la capacidad local, agrega. “Esto significa trabajar directamente con los fabricantes e ingenieros locales para manejar la producción y el mantenimiento del equipo de procesamiento poscosecha con herramientas absolutamente disponibles localmente. Es precisamente este tipo de enfoque el que hace que sus proyectos sean comercialmente sostenibles”, finaliza.
 
Enlace a la estrategia de CTI (en inglés)
 
Vea el video de CTI sobre el proyecto de agua potable en Nicaragua:

Vea el video de CTI sobre sus herramientas de procesamiento de granos:

La versión original de este artículo se publicó en la edición global de SciDev.Net