13/12/18

Deforestación crece y gobernanza ambiental se hace más lenta

amazonia peruana deforestada by serfor
Los bosques del mundo enfrentan una tasa de deforestación 42 por ciento más alta que en la década anterior. Crédito de la imagen: SERFOR, Perú

De un vistazo

  • Pérdida anual de bosques es 42 por ciento más alta que en década anterior
  • Corrupción y falta de transparencia afecta a cadenas de suministro de maderas en el mundo
  • Políticas ambientales existen pero son difíciles de implementar y perjudican a pueblos indígenas

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[KATOWICE] Si bien la ilegalidad impulsa la deforestación, la legalidad no es suficiente para garantizar que los bosques tropicales estén protegidos y sigan siendo un efectivo sumidero de carbono, sugiere un nuevo estudio dado a conocer durante las conversaciones de la ONU sobre el clima que se llevan a cabo actualmente en esta ciudad de Polonia (COP24).
 
Al analizar el progreso logrado en los últimos cuatro años en comparación con los objetivos establecidos en 2014 por la Declaración de Nueva York sobre Bosques, los investigadores encontraron que la deforestación no solo está creciendo a un ritmo acelerado, con una tasa promedio anual de pérdida de bosques 42 por ciento más alta que en la década anterior, sino que "las mejoras en la gobernanza forestal siguen siendo demasiado lentas para tener un impacto medible".
 
Si bien, como era de esperarse, los mayores obstáculos para la conservación de los bosques se reportan en los países en desarrollo, las deficiencias no siempre se deben a la falta de regulaciones, señala el informe.

Los autores también encontraron que los esfuerzos para limitar la corrupción han sido limitados, y que la falta de transparencia todavía afecta a la mayoría de la cadena de suministro de madera en todo el mundo. A ello se añade el poco reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, quienes en el papel tienen derecho legal a la tierra en la que viven, pero a menudo no pueden acceder al costoso sistema de justicia que los protegería en la práctica.

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Crédito: SERFOR, Perú.

 
Las políticas pueden estar ahí, dice Charlotte Streck, directora del grupo de expertos de Climate Focus y coautora del informe, pero pueden ser difíciles de implementar. Una combinación de corrupción, ilegalidad y falta de un marco sólido de derechos sobre la tierra "crea una atmósfera en las zonas rurales de muchos países en desarrollo que dificulta el cumplimiento de las regulaciones existentes".
 
Subraya que esto acarrea daños directos para las personas vulnerables involucradas y daños indirectos para el país en general, que se hace menos atractivo para los inversionistas extranjeros que, de otro modo, podrían ayudar a desarrollar una infraestructura verde. Una de las formas en que este problema se pone en evidencia es cuando dos leyes diferentes entran en conflicto, dice Streck. Por ejemplo, un área puede estar protegida contra la deforestación, pero abierta a la minería.
 
Arnaldo Carnero, experto en análisis del paisaje de la ONG Global Canopy, ha estado trabajando durante más de una década para armonizar la necesidad de Brasil entre crecimiento agrícola y conservación, un esfuerzo que arrojó luz sobre los escollos del sistema de gestión de tierras del país. Al optimizarse el uso de la tierra, dice Carnero, "se pueden atender fácilmente todas las demandas de expansión, así como su agenda de conservación".
 
El ganado es el principal impulsor del uso de la tierra en Brasil, y consume 200 millones de las 300 millones de hectáreas de tierra despejada, por lo que es imperativo que la agricultura sea más eficiente, afirma Carnero.

Cuando se trata de la agricultura, ejemplos como la prohibición de la soja y la caña de azúcar en la Amazonía sugieren que la creación de límites geográficos ofrece un incentivo para explorar una agricultura más eficiente e intensiva, prosigue.
 
Sin embargo, ahora Brasil enfrenta un conjunto de desafíos complejos que van más allá de la tala ilegal de bosques. Carnero anticipa que bajo la nueva administración, la deforestación aumentará y lo hará legalmente, para dar espacio a la agricultura extensiva, la cría de ganado y la minería.
 
"Creo que la nueva administración está enviando completamente la señal equivocada", dice. "En lugar de presionar para que la agricultura sea más eficiente, [el presidente electo Bolsonaro] está tratando de luchar contra los ambientalistas".
 
Bolsonaro, un ex militar ultraconservador de derecha asumirá el gobierno el 1º de enero próximo y los observadores temen un retroceso del país en materia ambiental. Hasta el momento ha anunciado que Brasil se retirará del Acuerdo Climático de París y se reducirán drásticamente las multas por transgresión a las leyes ambientales.

> Más información sobre la 24ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático