13/09/10

Datos de Chile ayudarían a predecir tamaño de un sismo

Instrumentos instalados en Chile permiten medir movimientos tectónicos de un centésimo de milímetro a lo largo de una zona de la falla Crédito de la imagen: GFZ

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[SANTIAGO] Monitorear exhaustivamente la deformación de la superficie terrestre a lo largo de una falla geológica podría ayudar a los científicos a pronosticar zonas donde puede ocurrir un terremoto y su probable magnitud, según un estudio que analizó el sismo de febrero pasado en Chile. 

Analizando datos de sistemas de posicionamiento global (GPS) de alta precisión, los investigadores midieron el desplazamiento de una zona de la falla geológica donde la placa tectónica de Nazca se desliza bajo la placa Sudamericana. Con esto estimaron la cantidad de energía acumulada en sectores o parches de la falla y la compararon con la que fue liberada durante el terremoto de magnitud 8,8 al producirse la ruptura. 

Encontraron que el mayor desplazamiento se produjo en parches donde se había acumulado la mayor cantidad de energía y que, dado que esto puede medirse con GPS, sería posible predecir zonas donde a futuro podría producirse un terremoto. Los hallazgos fueron publicados en Nature la semana pasada (9 de septiembre). 

Hasta ahora no era claro si estos parches de acumulación de tensión que se producen a lo largo de un límite de placas coincidían con la energía liberada durante un posterior terremoto. 

Matthias Rosenau, coautor del estudio e investigador del Centro Alemán de Investigación en Geociencias GFZ, dijo a SciDev.Net que “el estudio corrobora [evidencia de] que el proceso sísmico, al menos a lo largo de los límites de placas, es un proceso dependiente del tiempo, alguno de cuyos componentes — como la distribución espacial de la ruptura durante un evento — pueden preverse”. 

La combinación de una década de registros de GPS y un gran terremoto registrado en detalle — un suceso poco habitual — fue lo que permitió a los científicos hacer este hallazgo. Los datos estaban disponibles gracias a una red de más de 200 estaciones de GPS instaladas a lo largo de Chile entre 1996 y 2008. 

Según Rosenau, estos hallazgos podrían ayudar a determinar dónde es probable que ocurra un terremoto y cuán fuerte será éste, a partir de la energía acumulada por el movimiento de placas. 

“Nuestros hallazgos podrían ayudar a minimizar la incertidumbre en relación con las áreas que serán potencialmente afectadas por un terremoto y el tamaño máximo posible de un evento futuro y, por lo tanto, evaluar mejor el riesgo de terremotos y tsunamis”, agregó. “Sin embargo, para que eso suceda se requieren observaciones de GPS similares en otras áreas propensas a sufrir terremotos”. 

En el largo plazo esto puede contribuir a entregar mejores recomendaciones para que la población esté preparada y, a corto plazo, sería posible establecer alertas tempranas más precisas. 

“Contar con mapas de energía acumulada en la falla ayudaría a prepararse para un evento futuro, por ejemplo, construyendo casas y puentes antisísmicos y resguardando laderas en las zonas más peligrosas”, dijo Rosenau. 

Jaime Campos, sismólogo de la Universidad de Chile, dijo que “el estudio confirma que las tecnologías satelitales instaladas en la zona desde mediados de los años 90 [para realizar estudios científicos] permitieron capturar una valiosa información de la deformación de la superficie terrestre y de la sismicidad antes del terremoto del 27 de febrero”. 

Estas observaciones, agregó Campos, “tienen un impacto directo en aspectos preventivos en países sísmicos, y abren posibilidades concretas para la implementación de estas tecnologías en el país a futuro”. 

References

Nature doi: 10.1038/nature09349 (2010)