10/09/14

Costa Rica: ciencia se frena por falta de investigadores

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Crédito de la imagen: FUNDEVI/UCR

De un vistazo

  • Informe sobre estado de CTI revela abundancia de redes científicas pero con pocos investigadores
  • Grupos de investigación mejor consolidados solo cubren cuatro áreas de investigación
  • Cuarenta por ciento de la diáspora científica no tiene planes de repatriarse en el corto plazo

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[SAN JOSÉ] Las comunidades de investigación científica en Costa Rica son débiles y poco sostenibles. Se centralizan en pocos actores relevantes en edad madura, carentes de relevos, y no aprovechan la experiencia de la diáspora científica ni la multidisciplinariedad en su trabajo.

Así lo señala un reciente estudio sobre la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) del país, elaborado por el Programa Estado de la Nación, que analizó cuatro dimensiones: recursos humanos en CTI; producción científico-tecnológica; infraestructura científico-tecnológica, y sistemas de apoyo.

Para comprender la dinámica de las comunidades y redes de investigación científica se rastrearon más de 4.000 artículos publicados por investigadores costarricenses en revistas científicas desde 2001 al 2011, comenta a SciDev.Net María Santos, investigadora principal.

“Las comunidades científicas deben tener una masa crítica grande y unida, con miembros de distintas edades y experiencias de acuerdo con sus objetivos de trabajo”

José María Gutiérrez

Según el estudio, en Costa Rica existen muchas comunidades de investigación científica, pero la mayoría tiene un número reducido de investigadores; dependen de uno o pocos investigadores principales —que suelen ser los más productivos y mayores de 55 años—, y tienen escasa interactividad.

Los grupos de investigación mejor consolidados están relacionados con áreas como Biomedicina, Genética Molecular Humana, Ciencias de la Tierra y Veterinaria. Pero otros grupos, como el de Ciencias Agrícolas, carecen de interconectividad entre sus miembros.

José María Gutiérrez, subdirector del Instituto Clodomiro Picado —centro representativo de uno de los grupos de investigación más consolidados del país en biomedicina— explica que la interconectividad es característica de las comunidades de investigación sostenibles.

“Estos grupos deben tener una masa crítica grande y unida, con miembros de distintas gamas de edades y experiencias de acuerdo con sus objetivos de trabajo. Esto garantiza la sostenibilidad y la distribución de tareas a más largo plazo”, explica.

Santiago Núñez, director de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones de Costa Rica (MICITT), dice que en Costa Rica aún debe trabajarse en políticas e incentivos que faciliten la agrupación multidisciplinaria y la reinserción o colaboración a distancia de la diáspora científica.

Asegura que el MICITT ya está preparando una política integral de CTI que permitirá conocer las áreas de trabajo en el país y sus necesidades de reemplazo; alinear estos grupos con las necesidades de Costa Rica en producción del conocimiento, e identificar la reintegración del talento al país.

Según el estudio, aproximadamente 40 por ciento de la diáspora científica costarricense no tiene planes de repatriarse en el corto plazo, y menos de una cuarta parte ha tenido alguna vinculación con sus contrapartes locales.

Los tres expertos coinciden en que una forma de acercarlos es promoviendo proyectos conjuntos con científicos establecidos en el país, y recibir estudiantes para pasantías que aporten sus conocimientos a todo nivel, ya sea en línea o regresando periódicamente al país.