04/11/21

COP26: Escepticismo ante declaración global para frenar deforestación

Hisilicon K3
Tras el anuncio de la Declaración sobre los Bosques y Uso de la Tierra en la COP26, se espera que a partir de ahora los países muestren sus estrategias para lograr el ambicioso compromiso. Crédito de la imagen: flyingfabi/Flickr, bajo licencia Creative Commons 2.0

De un vistazo

  • La declaración fue liderada por el primer ministro del Reino Unido Boris Johnson
  • Activistas manifiestan serias dudas de que el compromiso será cumplido
  • Es necesario que los países hagan públicas sus estrategias concretas para lograrlo

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

Glasgow, Reino Unido. Por Aleida Rueda, enviada especial de SciDev.Net a la COP26.

Una declaración anunciada con bombo y platillo en la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas (COP26) en Glasgow, Reino Unido, a través de la cual más de 120 países se comprometieron a detener y mitigar la deforestación para 2030 genera escepticismo entre activistas y ambientalistas.

El anuncio fue hecho por el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, acompañado por los presidentes de Indonesia, Joko Widodo, y de Colombia, Iván Duque; ambos descritos por Johnson como excelentes ejemplos de que es posible controlar la deforestación y enfrentar el cambio climático con acciones puntuales.

“Debemos detener las leyes que devastan nuestros bosques”, dijo Johnson durante el anuncio oficial (2 de noviembre). “La destrucción [de los bosques] junto con la agricultura, otro cambio de uso de suelo, representan casi un cuarto de las emisiones globales”, agregó.

El presidente Duque, aplaudido por Johnson “por el extraordinario trabajo que ha hecho para proteger los bosques en Colombia”, dijo que al firmar el acuerdo su país se compromete a que en 2030 el 30 por ciento de su territorio tendrá la categoría de área protegida.

“Pero no esperaremos a 2030. El 30 por ciento de nuestra tierra será área protegida en 2022, porque debemos actuar ahora”, afirmó.

“El Acuerdo de Glasgow sobre los bosques necesita objetivos transparentes, con una verificación externa que asegure su genuino progreso”.

Steve Trent, CEO y cofundador de la Environmental Justice Foundation

De acuerdo con los mandatarios, la llamada Declaración sobre los Bosques y Uso de la Tierra es histórica debido al número y diversidad de los países que la han firmado hasta ahora, y que representan más del 86 por ciento de los bosques del mundo.

Y, por otro lado, por el conjunto de recursos logrados: más de US$ 19 mil millones, de los cuales 12 mil millones provienen de 12 países donadores, mientras que el resto vendrá de la iniciativa privada y organizaciones filantrópicas.

Además, la declaración incluye asuntos específicos respecto a los pueblos indígenas. Por ejemplo, US$ 1,7 mil millones se dirigirán a promover los derechos de tenencia sobre los bosques para grupos indígenas y comunidades rurales que han demostrado ser quienes mejor saben proteger estos ecosistemas.

A pesar del tono celebratorio con el que se anunció el acuerdo, la respuesta por parte de algunos especialistas y activistas, especialmente en redes sociales, ha sido muy crítica debido, por un lado, al fracaso contundente que han tenido acuerdos similares en el pasado y, por otro lado, a que prácticamente ningún país ha hecho públicas sus estrategias específicas para lograr el compromiso en los próximos ocho años.

La organización activista Extinction Rebellion criticó a través de Twitter la declaración y tachó al gobierno del Reino Unido de incongruente, pues promete que protegerá los bosques cuando, al mismo tiempo, “sigue apoyando el HS2, un proyecto ferroviario para las élites que pretende deforestar 108 bosques en el Reino Unido”, cuatro de los cuales ya han sido talados, según datos de la organización ambientalista Woodland Trust.

Greenpeace UK también criticó el anuncio debido a que gran porcentaje de la deforestación ocurre como consecuencia de ganar tierra para el ganado y los productos derivados. “Es simple. Los líderes mundiales no pueden comprometerse a ‘acabar con la deforestación para 2030’ si no reducimos uno de los principales motores de la #deforestación: el consumo de carne y lácteos”, afirmó en su cuenta de Twitter.

“Es un poco difícil tener certezas sobre este acuerdo. Tuvimos el mismo problema con un acuerdo que hubo en 2014, en Nueva York, en el que muchos países y muchos representantes del sector privado acordaron disminuir y eliminar la deforestación. Ahora tampoco tenemos nada definitivo. Están los objetivos pero no los procedimientos para lograrlo”, dijo a SciDev.Net Louis Verchot, responsable de investigación para restauración de paisajes para la Alianza de Bioversity International y CIAT.

Otra de las críticas está relacionada con la incertidumbre respecto a cómo serán monitoreados los avances de cada país, o sancionados si es que no los cumplen. “El Acuerdo de Glasgow sobre los bosques necesita objetivos transparentes, con una verificación externa que asegure su genuino progreso”, dijo en la COP26 Steve Trent, CEO y cofundador de la Environmental Justice Foundation.

Para Torbjorn Gjefsen, de Rainforest Foundation Noruega, organización que ha monitoreado cómo una mínima parte del financiamiento internacional llega a organizaciones indígenas y rurales, este acuerdo da buenas señales pues representa más fondos directos —sin intermediarios— a estas comunidades.

“Eso podría ser extremadamente eficiente porque lo que hemos visto en diferentes investigaciones es que el manejo forestal por parte de grupos indígenas es muy eficiente. Este acuerdo puede ser vital, pero solo si los recursos se gastan de manera correcta”, comentó Gjefsen a SciDev.Net en la COP26.

Lo que se espera a partir de ahora es que los países muestren sus estrategias para lograr el ambicioso compromiso. “Firmar la declaración es la parte fácil”, dijo en la conferencia António Guterres, secretario general de Naciones Unidas. “Lo esencial es que sea implementada ahora para la gente y el planeta”.

“Si hay una crisis climática, si hay falta de agua (…) es porque las decisiones se han basado únicamente en la política. Se necesita mucho más que financiamiento, se necesita una política global, sin falsas soluciones y con la participación de los pueblos indígenas”, dijo a SciDev.Net Marcos Avilquis Campos, líder indígena del nordeste de Brasil, presente en la COP26.

Hasta el 4 de noviembre ya son 131 los países que firmaron la declaración. La lista actualizada puede consultarse aquí.