Por: Laura García
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[BUENOS AIRES] Los glaciares de
Según Rabassa, quien es asimismo investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet), cuya oficina central está en Buenos Aires pero tiene científicos en todo el país, el impacto de este fenómeno se medirá no sólo en lo ambiental y en lo económico, sino que también significará una pérdida del patrimonio natural y de la humanidad.
Rabassa afirma que el destino de desaparecer involucra a la mayoría de los pequeños glaciares de montaña.
“Muy probablemente, entre los años 2020 –2030, la mayoría de estos cuerpos de hielo se habrá desvanecido”, dice en su artículo.
Algunos glaciares ya casi han desaparecido en el país a causa del calentamiento global. Tal es el caso del glaciar del Río Manso o “Ventisquero Negro”, a los pies del cerro Tronador en el Parque Nacional Nahuel Huapi (ubicado a 1800 kilómetros al suroeste de Buenos Aires, en la provincia de Río Negro, Patagonia).
El fenómeno es generalizado. El ejemplo paradigmático es el glaciar Upsala, el más grande de
La excepción a la regla, por ahora, es el glaciar Perito Moreno, en Santa Cruz, que en vez de retroceder está creciendo debido a “circunstancias internas, de índole glaciológica, o bien a eventos sísmicos de pequeña magnitud”.
Más allá de lo que ocurre en
“En algunas regiones tendrá un efecto muy grave, en especial donde se utilice el agua de fusión nivo-glacial como fuente principal de abastecimiento hídrico, como en Perú, Bolivia, Ecuador; y, en particular,