21/01/22

Aumento de frecuencia e intensidad de El Niño impacta Río de la Plata

Rio de la Plata 2
El estuario del Río de la Plata es una zona muy rica en diversidad de flora y fauna. En la foto, tortuga verde (Chelonia mydas). Crédito de la imagen: Afalla7/Wikimedia Commons, bajo licencia Creative Commons (CC BY-SA 4.0)

De un vistazo

  • Estudio realizó revisión bibliográfica en estuarios de tres zonas del mundo: Sudamérica, Europa y Asia
  • En el Río de la Plata resalta cambios derivados del aumento de frecuencia e intensidad de El Niño
  • Un impacto ha sido la modificación de distribución y abundancia de peces y plancton

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En el estuario del Río de la Plata, formado por la unión de los ríos Uruguay y Paraná, el aumento de la frecuencia e intensidad del fenómeno El Niño en las últimas décadas ha tenido impacto en la salinidad del agua y los patrones de vientos y lluvias, lo que ha modificado progresivamente la distribución y abundancia de peces y plancton.

Esta es una de las conclusiones de un estudio internacional basado en revisión bibliográfica que analizó el impacto del cambio climático en tres estuarios en diferentes partes del mundo y con distintas características.

Publicada en International Journal of Environmental Research and Public Health, la investigación incluyó el estuario del Río de la Plata en América del Sur (que abarca 38.000 km2 y es considerado el más grande del mundo), el Megnha en Asia (Bangladesh, con 1.500 km2 de extensión) y el de Mondego en Europa (Portugal, con 3,4 km2).

Los estuarios son zonas de transición entre uno o más ríos y el mar, donde el agua salada del océano se mezcla con el agua dulce generando un ecosistema que alberga flora y fauna determinada. Los estuarios proporcionan hábitats de crianza para peces y otras comunidades costeras y también ofrecen sustento a millones de personas.

El estuario del Río de la Plata es el más extenso del mundo. En la foto se aprecia la desembocadura de los ríos Uruguay y Paraná. También, en la margen derecha, Buenos Aires y en la izquierda, Montevideo. Crédito de la imagen: Earth Sciences and Image Analysis Laboratory, NASA Johnson Space Center. Imagen en el dominio público.

Como todo ecosistema, estas zonas son vulnerables a los impactos de cambios en patrones de precipitación, temperatura y salinidad del agua, acidificación, erosión, inundaciones, frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos y factores de estrés no climáticos, como agricultura, sobrepesca y eutrofización, proceso este último que produce abundancia de nutrientes que al descomponerse disminuyen el oxígeno en aguas profundas.

Observando datos climáticos, ambientales e hidrológicos de varias décadas, los investigadores analizaron los tres estuarios y hallaron que en Meghna, los peces hilsa —cuyas capturas contribuyen al 10 por ciento de las ganancias totales del sector pesquero de ese país— fueron afectados por cambios hidrológicos y de productividad forzados por el clima.

En Mondego, las sequías extremas y precipitaciones severas impulsaron la abundancia a largo plazo y la distribución espacial tanto de larvas de peces como de juveniles y adultos.

En el Río de la Plata, en tanto, el gran aporte de caudal fluvial derivado del aumento de lluvias vinculadas al fenómeno El Niño desde la década de 1970 ha tenido impacto en las fluctuaciones habituales en la salinidad del agua y en las características de las capas de la masa de agua que modifican, por ejemplo, dónde está ubicado el plancton o ciertas especies de peces.

“Cuando hay corrimiento del frente salino (donde se mezcla el agua dulce y salada) se afecta la pesquería y la disponibilidad de recursos pesqueros, porque cambian los sitios de desove y captura de peces. Entonces, a los pescadores artesanales, sobre todo, les cuesta más pescar, pescan menos o directamente no pueden pescar”, dijo a SciDev.Net Gustavo Nagy, investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Uruguay) y uno de los autores del estudio.

“El estudio no pretende señalar un impacto severo si no un cambio permanente que afecta desde hace décadas las condiciones del estuario del Río de la Plata”, agregó Nagy. Es similar a lo que ocurre en los otros estuarios pero que está complejizado por el gran tamaño del estuario sudamericano, puntualizó.

“Estos cambios son primariamente influenciados por la conjunción del aumento y frecuencia de los eventos de El Niño, acompañado a un aumento gradual de temperatura y de otros factores como deforestación, represamiento de ríos y cambios en el uso del suelo” que tiene impacto en el aporte de nitrógenos a las aguas, por ejemplo, precisó.

El aumento de frecuencia e intensidad de El Niño muy posiblemente está influenciado por el calentamiento global, según lo muestra la evidencia de las últimas décadas, subrayó Nagy.

“El trabajo resalta acciones concretas de adaptación, que incluyen la gestión de recursos hídricos río arriba para reducir los riesgos de cambios abruptos y severos en los flujos de agua dulce y la gestión adaptativa de los recursos pesqueros a fin de reducir los impactos de un clima cambiante y poco predecible”.

Omar Defeo, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay

Por su parte, Omar Defeo, investigador de la misma facultad pero que no participó en el estudio, señaló a SciDev.Net que “los tres sistemas analizados en esta revisión muestran que su hidrología, ecología y actividades económicas, como las pesquerías, están siendo afectadas por cambios en el caudal de los ríos, potenciados por la ocurrencia de sequías o inundaciones de magnitud relacionadas con variaciones severas del clima”.

Esos ejemplos “ratifican la tendencia mundial de creciente presión y deterioro de los estuarios como resultado de la acción de los forzantes climáticos antes mencionados”, agregó el experto.

Además, destacó que, a pesar de los contextos climáticos, socioeconómicos y ecológicos diferentes de los estuarios estudiados, “el trabajo resalta acciones concretas de adaptación, que incluyen la gestión de recursos hídricos río arriba para reducir los riesgos de cambios abruptos y severos en los flujos de agua dulce y la gestión adaptativa de los recursos pesqueros a fin de reducir los impactos de un clima cambiante y poco predecible”.

El experto también hizo hincapié la necesidad de implementar políticas y desarrollar investigaciones de largo plazo para monitorear la calidad de estos ecosistemas.

> Enlace al estudio en Journal of Environmental Research and Public Health