15/10/21

Amazonía: Calor extremo afectaría a millones de personas para 2100

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12 millones de personas en la Amazonía brasileña se verían expuestas a temperaturas de calor extremo, con grandes riesgos para la salud, especialmente en los estados del norte de Brasil. Crédito de la imagen: Helder C. Jr/Flickr, bajo licencia Creative Commons 2.0

De un vistazo

  • Estudio cuantificó impacto combinado de deforestación severa, cambio climático, salud y productividad
  • Para 2100, 12 millones de personas en la Amazonía estarían bajo calores insoportables para la vida
  • El estudio fue realizado por investigadores de Brasil

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El efecto combinado de deforestación severa y cambio climático podrían exponer a 12 millones de personas en la Amazonía brasileña a temperaturas de calor extremo, con grandes riesgos para la salud, concluyó un estudio de investigadores brasileños publicado en Communications Earth & Environment.

Si la pérdida de cobertura forestal en la Amazonía es tan severa que convierte a la selva en una sabana —hipótesis posible, según modelos predictivos—, las consecuencias afectarán sobre todo a los estados del norte de Brasil.

Ese escenario de deforestación severa parece cercano si se observa que entre agosto de 2019 y julio de 2020, la deforestación total en la Amazonía brasileña tuvo el mayor aumento anual desde 2010, con un área de casi 1.000 km², dicen los autores.

Según los modelos elaborados para la investigación, “la tasa de estrés por calor puede exceder el límite de adaptación humana para el 2100 bajo los efectos combinados de la sabanización amazónica y el cambio climático”.

La exposición a altas temperaturas puede provocar deshidratación, agotamiento e incluso el deterioro de funciones vitales. Además, un aumento del estrés por calor puede reducir la productividad en muchas áreas de la economía y conducir a migraciones masivas.

“Cambió por completo el trabajo en la agricultura (…) Debido a la incomodidad térmica, las personas ya no pueden trabajar en los horarios que solían trabajar”

Henrique Pereira, Universidad Federal de Amazonas.

Los autores enfatizan que los peores efectos se sentirán principalmente en áreas de Brasil que tienen infraestructura y servicios de salud deficientes. “Es una población que no cuenta con servicios capaces de responder a una emergencia climática. Habrá un colapso, como vimos con la pandemia”, dijo a SciDev.Net Beatriz Oliveira, coautora del estudio e investigadora de Fiocruz Piauí, enfatizando la necesidad de que la región prepare sus servicios de salud para el futuro.

Los efectos del aumento de la temperatura y el estrés por calor ya se están sintiendo en la Amazonía, destacó Henrique Pereira, profesor de Ciencias Agrarias de la Universidad Federal de Amazonas.

“Cambió por completo el trabajo en la agricultura”, dijo Pereira a SciDev.Net. “Debido a la incomodidad térmica, las personas ya no pueden trabajar en los horarios que solían trabajar”.

En concreto, los datos históricos de la zona muestran que la media de días con temperaturas superiores a 35°C pasó de 11 días por año entre 1961 y 2000 hasta 98 días ​​entre 2009 y 2015, informa el investigador.

Por eso, según Pereira, el trabajo agrícola tradicional que solía realizarse en la Amazonía entre las 8 y las 14 horas ahora debe hacerse entre las 4 de la mañana y regresar a las 8.

Cómo evitar la crisis

Los expertos señalan que, si bien las consecuencias más drásticas que pronostica este estudio están estrechamente relacionadas con el cambio climático global, es fundamental combatir la deforestación en la Amazonía, que tiene impactos directos en la región.

Ane Alencar, directora de ciencia del Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía (IPAM), cree que es “fundamental” combatir la deforestación ilegal a gran escala, la principal que se ha producido en la Amazonía.

Esto debe hacerse con “órganos integrados de control e inspección para combatir el crimen organizado que ocupa terrenos públicos”, dijo la investigadora a SciDev.Net.

Las políticas públicas y el comportamiento del mercado tienen una influencia directa en la deforestación en la Amazonía, agregó Paulo Barreto, investigador de la organización científica Imazon (Instituto del Hombre y el Ambiente de la Amazonía).

El experto señala que las políticas aplicadas en Brasil entre 2005 y 2012, con sanciones y la creación de áreas protegidas, redujo la deforestación. Sin embargo, esos logros se han reducido desde entonces con el debilitamiento de las políticas y de las inspecciones.

“La falta de control comienza a generar problemas para Brasil y algunos sectores de la agroindustria; y hay inversionistas y fondos que están retirando dinero del país”, dijo Barreto a SciDev.Net.

Por eso, parte de la agroindustria comenzó a exigir cambios al gobierno. “Una esperanza es que el propio sector está presionando al sector público para que cambie, porque ya comprende el problema”, dijo.

“Este momento es dramático”, evaluó Pereira. “No hay duda de que nuestra mayor contribución al clima regional y el bienestar general es reducir la deforestación en la Amazonía”.

> Enlace al estudio en Communications Earth & Environment