25/09/14

Enfoque en migración: ¿quién califica como refugiado?

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Crédito de la imagen: Markel Redondo/Voces Mesoamerica / Panos

De un vistazo

  • Evidencia sugiere que la violencia conduce a la migración de niños hacia Estados Unidos
  • Nuevo pensamiento lleva a preguntarse si esos migrantes califican como refugiados
  • Otros condicionantes —como el cambio climático— podrían requerir también reconocimiento oficial

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Un informe de Al Jazeera señala que la creciente violencia de las pandillas en Centroamérica está obligando a miles de niños a abandonar sus hogares y buscar refugio a lo largo de la frontera con los Estados Unidos. [1] Este punto de vista desafía la retórica popular de que son principalmente las necesidades económicas las que impulsan la migración, y constituye otro ejemplo de cómo los impulsores de la migración pueden no ser tan obvios.
 
El informe plantea dos preguntas: la primera, ¿es realmente la violencia el principal motor de la migración de los niños? Y si es así, qué clase de derechos y protecciones deben tener esos migrantes?, ¿deben ser reconocidos oficialmente como refugiados?
 
Abordemos primero el asunto de la violencia. Es bien sabido que las bandas de narcotraficantes en América Central a menudo obligan a los niños a trabajar para ellos, a veces usando la violencia. En promedio, más de mil niños refugiados de El Salvador, Guatemala y Honduras llegaron a la frontera entre Estados Unidos y México cada semana durante 2013-14 [2]. Esos países de procedencia se cuentan entre los más violentos del mundo. En 2012 Honduras tuvo una tasa de homicidios de 90 por cada 10.000 personas en comparación con Irak que tuvo ocho. [3]
 
En un reciente documento de trabajo, el politólogo Tom Wong, de la Universidad de California, San Diego, Estados Unidos, analizó los datos de las Naciones Unidas sobre las tasas de homicidios por país, junto con las cifras de migración infantil. [4]
 
Encontró que las dos variables estaban directamente correlacionadas y argumentó que la violencia es probablemente un motor importante de la migración infantil de Centroamérica a los Estados Unidos. En contraste, sus hallazgos indican que la flexibilización de las normas de inmigración de la administración de EE.UU. respecto a los niños y las víctimas de tráfico no son las culpables del aumento de las llegadas, contrariamente a los argumentos de los medios de comunicación y de los políticos.
 
Aunque la migración ilegal sí ocurre, la investigación ha establecido que la violencia es probablemente un motor importante. Por lo tanto ¿qué se puede hacer para proteger a esos niños?
 
La pregunta radica en si ellos califican oficialmente como refugiados. La gente que huye de la ‘violencia generalizada’ tiene derechos especiales en el régimen internacional de refugiados, un conjunto de normas y convenciones como la Declaración de Cartagena de 1984 que cubre a los refugiados de América Central y México y permite a los refugiados permanecer en otros países cuando huyen de la persecución. [5] Sin embargo, la definición legal de ‘refugiado’ de la ONU no cubre la violencia generalizada.
 
Este tema no podría ser más grave: se trata de niños huyendo de la violencia. Por lo tanto las naciones igualmente deberían darle al asunto del estatus de los niños refugiados la más alta consideración.
 
Varios países ya lo han hecho y algunos, como México, han introducido la práctica de la ‘protección complementaria’. Esta es una protección que los estados dan a las personas en riesgo de sufrir graves violaciones a sus derechos humanos si regresan a su país, pero que no califican como refugiados según la Convención de Refugiados de la ONU de 1951. [6]
 
Aunque los derechos humanos internacionales y las leyes humanitarias ofrecen alguna protección, dichas medidas no otorgan un estatus de residencia o documentos de viaje bien definidos e internacionalmente reconocidos. Las medidas de protección complementarias tienen por objeto llenar este vacío.
 
Sin embargo, la protección complementaria es solo una forma en la que el pensamiento está evolucionando respecto de la pregunta de ‘quién califica como refugiado’. Además de la violencia, los legisladores internacionales también necesitan tomar en cuenta si la gente que se ve forzada a emigrar debido al cambio climático, por ejemplo, calificaría oficialmente. Se requiere prestar mucha más atención política a este tema. Y evidencias como las de Tom Wong acerca de lo que realmente obliga a la gente a migrar serán un aporte importante a esas discusiones.
 
Max Martin es candidato a doctorado en la Universidad de Sussex, Reino Unido;  investiga la migración relacionada con el clima. Las opiniones expresadas en este artículo son suyas.
 
La versión original de este artículo se publicó en la edición global de SciDev.Net