15/12/14

Críticos advierten sobre vaguedad de acuerdo en la COP20

COP20NewsClimateLima
Crédito de la imagen: Lou Del Bello

De un vistazo

  • Documento intenta establecer línea de base para conversaciones sobre acuerdo climático global 2015
  • Pero acuerdo de Lima es criticado por ser nebuloso y ambiguo
  • En vez de objetivo global, países pueden informar sobre objetivos individuales

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[LIMA] Dos días después de lo programado, la 20º Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP20) concluyó en la madrugada del domingo 14 con un acuerdo que reitera algunos de los compromisos del año pasado respecto a los países más vulnerables, como el ‘mecanismo de daños y pérdidas’, sin embargo muchos creen que se requiere con urgencia una respuesta mucho más audaz frente al cambio climático.
 
El mecanismo de daños y pérdidas, aprobado por la COP19 el año pasado en Varsovia, Polonia, tiene por objeto compensar a los países por pérdidas relacionadas con el cambio climático a las que no pueden adaptarse de otro modo, tales como los eventos climáticos extremos o el aumento en el nivel del mar.
 
El mecanismo estuvo en riesgo de quedar fuera del acuerdo final —para promover  la Plataforma de Durban— pero fue restituido en las horas finales de una acalorada reunión plenaria el 13 de diciembre.
 
Ilan Kelman, experto en reducción de riesgos y cambio climático del University Collegue de Londres, Reino Unido, cree que los países negociadores tuvieron tiempo más que suficiente para diseñar e implementar soluciones duraderas a la lucha contra el cambio climático, y que ahora existe la necesidad de un acuerdo significativamente más robusto que el de Lima.
 
“Los países más vulnerables, esencialmente los pequeños estados insulares, se merecen algo mucho mejor”, comenta a SciDev.Net.
 
“En primer lugar [es necesario que haya] mucho más apoyo para la adaptación de abajo hacia arriba en los términos propios de las comunidades pero con el apoyo externo que están solicitando. En segundo lugar [lo que se necesita es] mucha mejor integración de la adaptación dentro de la reducción del riesgo de desastres y los procesos de desarrollo para garantizar que la adpatación no cause más problemas de los que resuelve”, explica.
 
Kelman señala que el conocimiento para implementar medidas de respuesta al cambio climático ya está disponible y lo que falta es ejecutarlas.
 
El acuerdo de cinco páginas de Lima urge a todas las partes a enviar los planes de sus objetivos climáticos “con la suficiente antelación” para la COP21 en París, Francia en noviembre de 2015. También reitera el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas de las partes “a la luz de las diferentes circunstancias nacionales”.
 
Pero según los críticos el texto es demasiado vago, y los objetivos que se fija, demasiado limitados.
 
“Estamos complacidos de que se haya reconocido el estado de los países menos desarrollados y que al final de las negociaciones se hayan vuelto a incorporar al texto algunos puntos”, detalla Simon Anderson, experto en cambio climático y adaptación del Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo (IIED, por sus siglas en inglés), un centro de reflexión del Reino Unido.
 
“Pero ahora necesitamos pautas mucho más fuertes para asegurar una mayor transparencia en las finanzas climáticas y hacer cumplir efectivamente la implementación tecnológica”, precisa.
 
Anderson concuerda con muchos otros observadores que creen que el lenguaje del texto es demasiado nebuloso, y advierte que esto hará mucho más difícil responsabilizar a los estados a tener objetivos claros y medibles.
 
El documento de Lima intenta establecer la línea de base para la ratificación de un acuerdo global sobre los recortes de las emisiones de gases invernadero. Hasta la reunión de París, los países solamente podrán centrarse en sus contribuciones nacionales declaradas, dice Anderson. Esto también es problemático, agrega.
 
“Un acuerdo internacional jurídicamente vinculante sería la solución ideal, pero puede ser difícill de ponerse en práctica porque cada país tiene su propio sistema de evaluación para la mitigación y adaptación”, explica y añade que “una segunda solución más pragmática y mejor” requeriría que los países procedan de forma individual con sus propios objetivos de respuesta climática e informen a una plataforma global bajo un acuerdo voluntario.
 
Anderson añade que los países que atraviesan agitación o conflicto político podrían encontrar particularmente difícil cumplir con los objetivos internacionales.
 
Varios centros de reflexión, como el World Resources Institute y la Climate Policy Initiative, afirman que el sector privado puede cumplir un papel crucial en ayudar a los paísea a ampliar políticas sensibles al clima independientemente de su posición política.
 
Creen que los actores privados podrían ayudar a apoyar la transición a una economía global baja en carbono y mejorar la adaptación en los países vulnerables, y han formulado un llamado para que su rol sea firmemente considerado en las negociaciones del próximo año.
 
Enlace al acuerdo de Lima (PDF en inglés)