24/09/15

Estudio avala nuevos esquemas de vacuna contra la polio

Niño gotas polio CDC
Crédito de la imagen: CDC

De un vistazo

  • Estudio ayuda a determinar dosis que países podrían emplear para ir reemplazando vacuna oral
  • En abril de 2016 deberá retirarse poliovirus tipo 2 de la vacuna oral
  • Para 2020, se debe haber reemplazado esquema actual de vacunación contra polio según meta de OMS

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[SANTIAGO] El primer estudio que compara la eficacia de los esquemas de vacunación anti poliomielitis que combinan dosis inyectables y orales, mostró que éstos son eficaces para avanzar hacia la erradicación de los poliovirus salvajes y derivados de la vacuna, meta fijada para 2018 por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para lograr la erradicación, el plan propone retirar gradualmente la vacuna antipoliomielítica oral (OPV, en inglés), hasta llegar a 2020 inoculando las tres dosis y el refuerzo con vacuna antipoliomielítica inactivada inyectable (IPV).

Así se busca eliminar los casos de poliovirus circulante derivados de la vacuna y los de poliomielitis paralítica asociada con ella. Ambos son causados por mutaciones en alguno de los tres tipos de virus atenuados que emplea la vacuna oral.

“Un estudio que muestra resultados más concretos estructura y apoya la conducta de transición y ratifica lo que se debe hacer en el corto plazo”.

Luiza Helena Falleiros Arlant,  Universidad Metropolitana de Santos, Brasil

Como 90 por ciento de los casos se deben al poliovirus tipo 2, en abril de 2016 deberá retirarse este componente de la vacuna oral, convirtiéndola en bivalente (bOPV). Previamente se deberá incluir al menos una dosis de IPV en los planes nacionales.

Estas recomendaciones llevaron a investigadores chilenos a realizar el primer estudio clínico publicado a la fecha que compara la efectividad de inocular una IPV como primera dosis seguida de bOPV o IPV, esquemas recomendados por la OMS para Latinoamérica.

Los investigadores compararon la respuesta inmune de 570 bebés vacunados a las 8, 16 y 24 semanas de vida con alguno de estos esquemas: IPV–bOPV–bOPV;  IPV–IPV–bOPV e IPV–IPV–IPV.

En un artículo publicado en The Lancet Infectious Disease (27 agosto), concluyen que el esquema con tres IPV protegió contra el tipo 2 al cien por ciento de los niños; el con dos IPV al 95 y el con una al 77,4 por ciento.

“Esta última cifra es mayor de lo esperado, lo que significa que los países que, dados sus recursos y posibilidades, usen dos dosis orales después de una IPV tendrán una buena protección para sus niños”, dice Miguel O´Ryan, infectólogo de la Universidad de Chile y autor principal del estudio.

Paralelamente, observaron que una o dos dosis de bOPV confieren mejor inmunidad intestinal que usar tres IPV, lo que reduce el riesgo de diseminar el virus a terceros mediante las heces. “Esto sugiere una ventaja en mantener al menos una dosis de bOPV por un tiempo”, señala O’Ryan.

En 2014 la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica emitió sus recomendaciones para hacer la transición a cuatro dosis con IPV.

Una de sus autoras, Luiza Helena Falleiros Arlant, de la Universidad Metropolitana de Santos, Brasil, dice a SciDev.Net que los resultados de la investigación “ya se imaginaban, por lo que sabemos de esas vacunas, pero un estudio que muestra resultados más concretos estructura y apoya la conducta de transición y ratifica lo que se debe hacer en el corto plazo”.

Enlace al resumen del estudio en The Lancet Infectious Diseases