04/05/18

Alta dosis de antimalárico es mortal para mosquitos

Live mosquitos in a test tube at a laboratory in the National Center for Parasitology
Crédito de la imagen: Panos

De un vistazo

  • Investigadores probaron los efectos de la dosis alta de ivermectina en mosquitos
  • Descubrieron que sus dosis más altas podían matar a los mosquitos 28 días después del tratamiento
  • Investigador dice que la droga podría ser una nueva arma contra la malaria

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

[NAIROBI] Un medicamento que combate los parásitos de la malaria también mataría a los mosquitos que se alimenten de la sangre de pacientes que hayan consumido dosis altas, con lo cual este fármaco podría ser un arma potencial contra esta enfermedad.
 
De acuerdo con un estudio llevado a cabo en Kenia y publicado en la revista The Lancet Infecious Diseases (27 de marzo), agregar dosis elevadas de ivermectina (una droga que mata los parásitos de esta enfermedad) al antimalárico dihidroartemisinina-piperaquina (DHA-P) podría matar los mosquitos incluso 28 días después de haber iniciado el tratamiento.

“Estos resultados sugieren que la ivermectina tiene el potencial de convertirse en una herramienta novedosa para el control y eliminación de la malaria.”

Menno Smit, Escuela de Medicina Tropical de Liverpool.

Menno Smit, co-autor del estudio y candidato posdoctoral en epidemiología de la malaria en la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool (Inglaterra), dice que la ivermectina es una intervención novedosa que podría ser añadida a las campañas dirigidas hacia las comunidades para la administración masiva del fármaco, con el fin de matar tanto a mosquitos como parásitos.
 
De acuerdo con Smit, un modelo matemático que formó parte del estudio predice que una alta dosis de ivermectina aumenta el impacto en la reducción de la malaria en 61 por ciento.
 
Al azar, los investigadores dividieron 141 adultos con malaria, provenientes de Kenia occidental, en tres grupos de tratamiento: unos recibieron 600 microgramos de ivermectina por kilogramo de peso cada día; otros la mitad de esta dosis, y un tercer grupo recibió un placebo, durante tres días. Todos los pacientes recibieron el tratamiento estándar con el antimalárico DHA-P.
 
Durante el seguimiento, los participantes entregaron seis muestras de sangre a lo largo de 28 días del inicio del tratamiento. Utilizando una membrana artificial, los mosquitos criados en laboratorio y en confinación recibieron sangre como alimento, y fueron monitoreados para verificar su supervivencia durante 28 días tras la alimentación, dice Smit.
 
“Nuestro estudio mostró que la ivermectina fue bien tolerada y fue capaz de matar mosquitos que se alimentan de personas durante por lo menos 28 días después del tratamiento”, según los investigadores.
 
“Estos resultados sugieren que la ivermectina tiene el potencial de convertirse en una herramienta novedosa para el control y eliminación de la malaria”, agrega Smit. “La ivermectina vuelve la sangre venenosa para los mosquitos que se alimentan de personas que han sido tratados recientemente. Combinar un fármaco antimalárico y la ivermectina apunta tanto al parásito como al mosquito”.

Willis Akhwale, fundador y director ejecutivo en la Consultoría de Salud Pública Continental, con sede en Kenia, y quien es también especialista en control de la malaria, dice que el estudio es novedoso pues se enfoca tanto en el parásito como en el vector.
 
“Es importante apuntar a ambos dado que, en la etapa de la eliminación, es el parásito el objetivo para la eliminación, y matar el vector también reduce su transmisión” indica a SciDev.Net. “Hay un valor agregado potencial si esta nueva herramienta se combina con otros métodos convencionales efectivos”.
 
Akhwale agrega que este es un enfoque atrevido, especialmente considerando los efectos secundarios de la ivermectina cuando se usa para tratar otras condiciones parasitarias, como la elefantiasis. Algunos de los efectos secundarios en articulaciones y en el sistema gstrointestinal son peores de aquellos causados por la malaria.
 
“Aunque el estudio analizó la toxicidad y la tolerabilidad del fármaco a altas dosis utilizadas y mostró hallazgos de seguridad significativos, no estoy seguro de que si se usa a gran escala, como en la administración masiva de medicamentos, se obtengan los mismos resultados”, agrega Akhwale.
 
Él hace un llamado por estudios que respondan cómo los factores genéticos podrían influir en la tolerabilidad del fármaco en dosis altas.
 
La malaria o paludismo es una enfermedad causada por el parásito Plasmodium, que es trasmitido por la picadura de un mosquito infectado. Sólo el género anófeles del mosquito transmite el paludismo.
 
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en las Américas, hubo 568.000 casos de paludismo y cerca de 220 muertes fueron reportados en 2016. De acuerdo con su más reciente actualización epidemiológica de paludismo (30 de enero), tras casi una década de descenso sostenido, entre 2016 y 2017 se incrementaron los casos en varios países de América Latina, particularmente en Colombia, Ecuador, El Salvador, Guyana, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Venezuela, Brasil y México.
 
La existencia de condiciones de vulnerabilidad y pobreza en poblaciones que habitan áreas con presencia del vector y transmisión de la enfermedad, y el predominio de actividades laborales y económicas que aumentan el riesgo de exposición a los vectores (minería, extracción de productos naturales, agricultura), así como la ocupación no planificada del espacio, son algunos de los determinantes que explican el incremento de casos, determinó esta institución a principios de año.
 
Este artículo fue producido por la edición de África Subsahariana de SciDev.Net, con colaboración de la edición de América Latina..