08/03/10

África: llegó la hora de la energía solar

África recibe diariamente en promedio 6kWh de energía solar por metro cuadrado Crédito de la imagen: Flickr/whatleydude

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África debería imitar a China y fomentar la demanda, producción e innovación de energía solar, dice Banji Oyelaran-Oyeyi, de Hábitat, ONU

Hay muchas razones por las que África debería recurrir a la energía solar para satisfacer sus necesidades en este campo. El continente recibe diariamente en promedio 6kWh de energía solar por metro cuadrado. De cara al cambio climático, África está también bajo creciente presión para encontrar alternativas de bajo contenido de carbono para sus combustibles tradicionales.

La energía solar tiene que ver no sólo con la reducción de emisiones, sino también con la reducción de la pobreza. Se estima que 560 millones de personas viven sin electricidad en el Sub-Sahara africano y 625 millones dependen de combustibles sólidos, como la madera o el carbón, para cocinar. Con muy poca electricidad, y con enormes beneficios para la salud y la calidad de vida, la tecnología solar puede proporcionar luz, calor, cocinas y comunicaciones limpias y de buena calidad.

Mercados en ascenso

La caída en los costos y el ascenso de los mercados para tecnología solar ofrecen otro incentivo para que África se comprometa con este tipo de energía.

Muchas tecnologías compiten para mejorar la eficiencia de la energía solar, como la energía fotovoltaica y la térmica solar concentrada. Los costos de producción están cayendo y se predice que la energía solar dominará el mercado global de energías renovables dentro de diez años.

Según la consultora mundial de gestión McKinsey & Company, la capacidad solar instalada en el mundo aumentará entre veinte y cuarenta veces para 2020. Y la firma de investigación y publicaciones Clean Edge predice que la industria de energía solar fotovoltaica —que incluye módulos, componentes de sistemas e instalación— crecerá de US$29.6 mil millones en 2008 a US$80.6 mil millones para 2018.

Si África puede aprovechar estos mercados, posicionándose como proveedor global y consumidor de tecnología solar, cosechará crecimiento económico y desarrollo.

La alternativa solar

En teoría, África debería ser capaz de reemplazar gradualmente con energía solar sus combustibles convencionales en cuatro sectores: generación de energía, calefacción y agua caliente, combustibles para el transporte y energía rural.

Pero eso requerirá que sus gobiernos promuevan una gama de subsidios e incentivos para fomentar los desarrollos solares de pequeña escala para que puedan convertirse en una industria consolidada capaz de ofrecer economías de escala y, eventualmente, la paridad de la red.

Muchos países, como China, Alemania, Israel y España ya han demostrado que los esquemas como subsidios de capital, certificados de energías renovables, tarifas alimentadoras (tasas favorables pagadas a los sistemas de energías renovables conectados a la red), medición neta (pago a quienes generan energías renovables para sus excesos de potencia) y un mandato de energía solar fotovoltaica pueden promover exitosamente este tipo de energía.

Lecciones de China

África necesita construir su capacidad para desarrollar y producir la tecnología en sí misma y proporcionar incentivos para asegurar que los productos solares disfruten de una amplia captación.

El continente puede aprender mucho de países como China, que han visto un crecimiento fenomenal en años recientes en su industria de energías renovables. En 2008 fue el tercer país con mayor capacidad de energía renovable del mundo.

Una clara lección es la necesidad de contar con políticas de innovación sólidas que estimulen instituciones de tecnología eficientes y de alta calidad, un grupo de ingenieros altamente capacitados y empresas manejadas de manera profesional.

La principal debilidad de las políticas de desarrollo en África ha sido la falta de visión frente al impulso al desarrollo económico de largo plazo que promueve la dinámica de los avances tecnológicos. Mientras muchos gobiernos crean ministerios de ciencia y tecnología, a menudo éstos tienen poca interacción con otros ministerios de política económica.

Esto mismo sucedía en China, hasta que las reformas institucionales de los años ochenta explícitamente pusieron énfasis en adquirir capacidad tecnológica y aprender de otros países.

Desde entonces, China se ha centrado en proporcionar infraestructura tecnológica nacional para apoyar a las empresas domésticas, buscando innovaciones beneficiosas como la energía solar. Los gastos en investigación y desarrollo de la energía solar, y de hecho en todos los sectores, ha ido en aumento desde el último cuarto de siglo.

El gobierno también respalda la contratación nacional de empresas locales y promueve activamente vínculos, inversiones y aprendizajes colaborativos entre empresas chinas y extranjeras. El único propósito es construir capacidad y ganar mercados externos.

Acción en África

En contraste con la China, la mayoría de países africanos siguen siendo obstaculizados por una débil capacidad burocrática para manejar un sistema moderno de innovación, lo que limita severamente sus capacidades administrativas e institucionales para promover la tecnología solar.

Los políticos africanos deben comenzar por financiar el apoyo a la tecnología y la innovación, incluyendo nuevas inversiones y otros incentivos para promover la investigación, el desarrollo y el diseño de tecnología solar y de sistemas de producción.

Y este apoyo financiero necesita ser respaldado por procesos legislativos que incentiven la adopción tecnológica.

Pero tal vez lo más importante es que los políticos africanos necesitan vincular a las universidades con los fabricantes para asegurar la integración del conocimiento y de la capacidad a los sistemas de producción.

Con inversión y apoyo apropiados, estoy seguro que las naciones africanas pueden aprovechar la energía solar para crear un futuro mejor para sus pobladores.

Banji Oyelaran-Oyeyinka es director de la División de Investigación y Monitoreo de HÁBITAT de la ONU en Nairobi, Kenia.