08/06/05

Presidente de Chile promete aumentar inversión en I+D

El presidente Lagos prometió incrementar la inversión de Chile en I+D Crédito de la imagen: Gobierno de Chile

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[SANTIAGO] La inversión de Chile en investigación y desarrollo (I+D) debiera alcanzar entre 1 por ciento y 1,2 por ciento del producto interno bruto hacia marzo de 2006, de acuerdo al compromiso hecho por el presidente Ricardo Lagos.


El mandatario hizo el anuncio el pasado 21 de mayo, durante la última cuenta anual de su gobierno. 


Cuando Lagos asumió sus seis años de mandato en marzo de 2000, la inversión en I+D alcanzaba al 0,56 por ciento del PIB. Actualmente ésta llega a 0,7 por ciento.


De acuerdo con el mandatario, el sector privado deberá tener una participación cada vez mayor en la investigación y desarrollo del país.


“Chile puede y debe proponerse, hacia el año 2010, llegar a lo menos al 1,5 por ciento del PIB destinado a investigación y desarrollo, y que la mitad de esa inversión sea aportada por el sector privado”, dijo Lagos.


Actualmente el sector privado aporta el 28 por ciento de los fondos destinados a I+D. El gobierno contribuye con el 61 por ciento y el 11 por ciento restante proviene de fondos externos, de acuerdo con la Comisión Nacional de Investigación en Ciencia y Tecnología (Conicyt).


El gobierno chileno sostiene que logrará la meta a través de incentivos y subvenciones para que la empresa privada invierta en investigación y desarrollo. Además, mejorará la calidad de los centros de investigación nacionales, incentivará a los investigadores chilenos a integrarse a redes internacionales de ciencia e innovación y fortalecerá la vinculación de los científicos con el sector privado.   


Como parte de su esfuerzo por aumentar la inversión en ciencia y tecnología, el gobierno ha impulsado varias iniciativas. La más reciente de ellas implicará un aumento de 0,2% en la inversión en I+D, según el presidente de Conicyt, Eric Goles.


Se trata del nuevo impuesto específico a la minería o Royalty II (ver Chile faces row over bid to fund science with mining tax), aprobado el pasado 18 de mayo.


Los fondos recaudados, que se estiman en al menos US$ 85 millones anuales, se destinarán al recientemente creado Fondo de Innovación para la Competitividad.


Institutos de Investigación y empresas privadas podrán postular a estos fondos para echar a andar proyectos de I+D en áreas de interés para el país.


Otras dos iniciativas en marcha son el Programa Bicentenario de Ciencia y Tecnología y los Consorcios Tecnológicos Empresariales de Investigación.


A través de un convenio con el Banco Mundial, el primero de estos programas cuenta con un presupuesto de US$ 100 millones para el período 2003-2009. Su objetivo es formar equipos de investigación científica avanzada, vinculando a universidades y al sector privado, además de integrar a los científicos nacionales con sus contrapartes en el resto del mundo.


Por su parte, los consorcios tecnológicos también incentivarán las alianzas de investigación entre los sectores público y privado. 


Para ello el gobierno destinará US$ 30 millones, mientras que los privados aportarán alrededor de US$ 20 millones para la implementación de proyectos en el ámbito de la aeronáutica y la biotecnología en agricultura, entre otros. Nueve consorcios están actualmente seleccionados. Los fondos se distribuirán entre todos aquellos que finalmente se adjudiquen el concurso, número que aún no está totalmente determinado.


José Miguel Benavente, economista de la Universidad de Chile y experto en I+D e innovación, considera que si bien todas estas iniciativas permitirían lograr la meta de Lagos, el país aún carece de una política pública que aúne todos los proyectos de fomento a la ciencia y tecnología.


En un estudio publicado el año pasado, Benavente registra más de 30 programas, basados en distintos ministerios y agencias, encargados de asignar los fondos públicos destinados a I+D.


“Esto podría resolverse creando un organismo rector que diseñe una política científico-tecnológica a nivel nacional, enfocándose en tres o cuatro áreas de investigación y estableciendo directrices, prioridades y reglas para los programas en curso, tal como sucede en otros países”, dice Benavente. “De esta manera se haría más eficiente el uso de los recursos públicos”.


Las principales áreas científicas y tecnológicas en las cuales Chile está invirtiendo son las tecnologías de la información y la biotecnología en los sectores forestal, agrícola y acuícola (ver Vaccine ‘could save Chile’s salmon industry millions’).