26/10/14

Nuevos indicios sobre contaminación ambiental en niños

ninios_Björn_Guterstam_GWP_Flickr.jpg
Crédito de la imagen: Björn Guterstam, Global Water Partnership / Flickr

De un vistazo

  • Contaminantes del aire tienen diferentes impactos entre la población infantil y adulta
  • Niños de bajo nivel socioeconómico son más vulnerables a la contaminación ambiental
  • Se requiere estudiar más la relación entre polución atmosférica y desarrollo de daños cerebrales

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

La exposición de los niños a contaminantes atmosféricos podría aumentar el riesgo de que desarrollen trastornos neurológicos degenerativos, advierte un estudio publicado en Primary Health Care Research & Development (26 de setiembre).
 
Las partículas contaminantes muy pequeñas alcanzan fácilmente el cerebro, provocando efectos distintos en adultos y niños, por lo que se requieren más estudios y medidas más eficaces para prevenir exposiciones futuras, señala un equipo de investigadores de México y Estados Unidos.
 
“En los adultos, la contaminación está asociada con paro cardíaco y depresión, mientras que en los niños [hay] una inflamación sistémica significativa, incluyendo marcas [genéticas] que apuntan al desarrollo de las enfermedades de Parkinson y Alzheimer”, escriben los autores.
 
Lilian Calderón Garcidueñas, una de las autoras, quien trabaja en el área de neurociencias de la Universidad de Montana, Estados Unidos, asegura además que “el nivel socioeconómico es muy importante en el impacto de los contaminantes sobre la salud de los pequeños”.

“El nivel socioeconómico es muy importante en el impacto de los contaminantes sobre la salud de los pequeños”

Lilian Calderón Garcidueñas

 
En un trabajo anterior (julio 2012), Calderón y su equipo demostraron que los niños de menor estatus socioeconómico de Ciudad de México —aproximadamente el 27 por ciento de su población— tienen mayor riesgo de mortalidad, debido a su exposición a los contaminantes y al ozono atmosférico, que los de estatus medio o alto.
 
Ello, debido a la cercanía de los vecindarios pobres a autopistas o avenidas principales, caminos sin pavimentar, vertederos y fábricas, e incluso por la distribución de la vivienda.
 
La gente en áreas pobres tiende a pasar más tiempo en o cerca del tráfico, trabajar en la calle, usar transportes peligrosos. En cambio, las familias de clase media y alta tienen acceso a ambientes escolares y domésticos en los que gozan de alimentación balanceada y mayor estimulación cognitiva, explicaban los autores en dicho estudio.
 
Calderón remarca la necesidad de realizar diversos estudios que profundicen la asociación entre la exposición a la contaminación atmosférica y el desarrollo de daños en el sistema nervioso central, como se hace con las enfermedades respiratorias y padecimientos cardíacos derivados de la exposición de los niños a contaminantes atmosféricos.
 
Para Hugo Rengifo, médico integrante del Comité Nacional de Salud Ambiental de Perú, el trabajo que amplía las zonas del cerebro afectadas por los contaminantes evidencia la necesidad de contar con mejor información estadística dentro de los sistemas de salud, que robustezcan los estudios epidemiológicos que vinculan los contaminantes con efectos en el cerebro de la población infantil.
 
Según Rengifo, el trabajo de Calderón y su equipo “es un aviso de lo que puede suceder si siguen aumentando los contaminantes del aire y no se llevan a cabo medidas de remediación, mitigación o disminución de los mismos”.
 
Enlace al estudio en Primary Health Care Research & Development
 
Enlace a la investigación realizada en niños de México en julio 2012