23/03/11

Desastres naturales pueden beneficiar a población rural

El huracán Mitch permitió a los habitantes de la aldea Krausirpi mejorar su calidad de vida Crédito de la imagen: Kendra McSweeney

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

[MONTEVIDEO] En países en desarrollo, los desastres naturales causados por eventos climáticos pueden ofrecer a las poblaciones rurales una ‘ventana de oportunidades’ para mejorar su calidad de vida y protegerse de futuras tragedias. 

La necesidad de recuperarse y la innovación que resulta de esa tarea son los motores de la mejora. 

Así lo concluyeron investigadores de Estados Unidos y Canadá que estudiaron la aldea Krausirpi, un grupo de 600 indígenas de la etnia Tawakha que habitan en la selva hondureña. 

En el estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (14 marzo), los expertos compararon el nivel de vida y desarrollo de los habitantes de la aldea antes y después del huracán Mitch, que en 1998 devastó sus tierras cultivables, la base de su economía. 

Los científicos hallaron que en 2002 los hogares Krausirpi eran propietarios, en promedio, de tres veces más tierra que antes del huracán. 

Asimismo, la necesidad de recuperarse redujo tensiones e inequidades asociadas con la propiedad de la tierra, y unió a la comunidad para combatir problemas. 

Además, las familias jóvenes y con pocas tierras obtuvieron trabajos en proyectos de conservación y ayuda para la recuperación, lo que diversificó las fuentes laborales. 

“Antes de Mitch, Krausirpi monopolizaba su trabajo en la producción de cacao en tierras con peligro de inundación. Pero Mitch les recordó que es importante planificar y tener varias fuentes de ingresos para minimizar riesgos”, dijo a SciDev.Net Kendra McSweeney, investigadora del Departamento de Geografía de la Universidad Estatal de Ohio y coautora del estudio. 

Si bien Krausirpi recibió apoyo para la reconstrucción luego del huracán, éste no incluyó la distribución de la tierra, lo que dejó a la comunidad tiempo y espacio para hacer los cambios a su manera y a su ritmo, agregó. 

Del trabajo mancomunado surgió también un nuevo sistema de distribución de agua potable, lo que evitó que la comunidad se enfermara con agua de los ríos durante las severas inundaciones de 2008. 

“Es más probable que surjan resultados positivos en comunidades rurales si la capacidad local de encontrar soluciones no es abrumada con ayuda externa, aun la intencionada”, destacó McSweeney. 

Para Corinne Valdivia, profesora de la Universidad de Missouri y experta en economía agrícola y ciencias sociales, este estudio “ofrece una visión sobre la compleja naturaleza de los sistemas sociales y ecológicos de las comunidades rurales indígenas en ambientas frágiles”.

Sus resultados, agregó, “contribuyen a entender que el papel de los actores exógenos es fundamental, pero que en lugar de que la ayuda llegue de arriba hacia abajo, su enfoque debe ser de colaboración, incluir a instituciones, al conocimiento local y estar informado de la complejidad subyacente”.

Enlace al texto completo del estudio en PNAS

References

PNAS 2011 : 1014123108v1-201014123