Por: Marina Lemle
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Vista con desconfianza debido a los riesgos que supone para el medio ambiente y la salud, la exploración de gas de esquisto mediante fracturación hidráulica (fracking) sufrió otro revés en Brasil el 17 de marzo.
Un fallo judicial suspendió la licitación de bloques exploratorios en la Cuenca Sergipe-Alagoas, en el noreste del país, promovida por la agencia reguladora de la explotación de petróleo, gas y biocombustibles (ANP).
Similares decisiones judiciales se han dado desde 2014 en los estados de Paraná, Bahía, Sao Paulo, Piauí y Acre.
“El impacto de la contaminación sería incalculable, ya que podría acabar con el suministro de agua de una población entera de manera irreversible”.
Diego Monteiro – Lab2M / Coppe / UFRJ
El fracking fractura las capas de esquisto que se encuentran en la parte impermeable de la roca mediante chorros de agua, arena y productos químicos bajo presión. Los aditivos mezclados con agua y las partículas sólidas que ayudan a mantener las fracturas abiertas pueden contaminar las aguas subterráneas y superficiales. La técnica también gasta mucha agua, contamina el aire con gases tóxicos y puede causar terremotos. La necesidad de perforar más pozos aumenta los riesgos e impactos.
Las zonas previstas por la ANP para la actividad coinciden con los grandes acuíferos del país. El fracking, que también requiere licencia de la agencia ambiental nacional, aún no se practica en Brasil, que tampoco cuenta con infraestructura para transportar el gas a extraer.
Las resoluciones judiciales solicitan estudios hidrogeológicos, geomecánicos y ambientales que garanticen la protección de la salud humana y el medio ambiente. Si la ANP apela, la justicia federal podría revisarlas.
Para el geólogo Luiz Fernando Scheibe, profesor emérito de la Universidad Federal de Santa Catarina, la suspensión es un acierto, pues la adopción de esta tecnología aún no ha sido discutida por la sociedad.
"Los propios técnicos de la ANP reconocen que no hay conocimiento geológico o la instrumentación tecnológica suficiente para una producción económica y ambientalmente segura de esta fuente energética", dice.
Diego Monteiro, geólogo del Laboratorio de Modelización Multidisciplinar del Instituto de Estudios de Posgrado e Investigación en Ingeniería de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Lab2M / Coppe / UFRJ), explica que usar fracking puede costar hasta tres veces más que la tecnología convencional. Pero reconoce que el "premio" puede ser grande, dependiendo del tamaño de las reservas que se encuentren.
Lab2M y la compañía Petrec incubada por Coppe, evalúan usar fracking en Reconcavo Baiano, una región con mucho petróleo. Según Monteiro, allí el riesgo de contaminación de las aguas subterráneas no es tan eminente porque los depósitos se encuentran a más de 1.500 metros de profundidad, mientras que las reservas de agua están hasta 100 metros. Pero dice que es imprescindible realizar estudios detallados para mapear las fallas geológicas y las fracturas.
"El impacto de la contaminación sería incalculable, ya que podría acabar con el suministro de agua de una población entera de manera irreversible", advierte. Sin embargo, cree posible explotar los depósitos con fracking impactando mínimamente el medio ambiente.Más sobre Indígenas
