28/04/06

Búsqueda de consenso: tratados Andinos con EEUU

The FTAs are about more than just pills and patents Crédito de la imagen: Wikipedia

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A medida que tres países andinos avanzan en sus TLCs con Estados Unidos, Lisbeth Fog informa sobre las implicaciones en salud pública, investigación y estabilidad regional.


Luego de 21 meses de negociaciones difíciles, el pasado 27 de febrero Colombia anunció haber llegado a un consenso con Estados Unidos en el tema del Tratado de Libre Comercio (TLC).


“El TLC le permitirá a Colombia abrir permanentemente el mercado de nuestros productos con los Estados Unidos”, dijo el presidente Álvaro Uribe, al finalizar las negociaciones. Dijo además que el acuerdo creará empleo y ayudará a erradicar la pobreza, porque “si incrementamos las exportaciones, habrá más inversión y como resultado mejor calidad de vida en el aspecto social”.


Pero el texto del TLC aún no se ha hecho público, y no todo el mundo comparte el optimismo de Uribe. Tomadores de decisión, investigadores y algunos representantes del sector agrícola, principalmente, no están de acuerdo en lo que el TLC representará para la salud pública, la investigación y el desarrollo nacional, y algunos incluso piensan que podrá incidir negativamente en los proyectos de paz del país.


Confusión regional


Inicialmente Colombia, Ecuador y Perú habían pensado entrar a negociar conjuntamente un TLC con los Estados Unidos, pero este ultimo país se adelantó y firmó su propio tratado a comienzos de abril. Ecuador aún sigue negociando.


El tema ha causado una tormenta política que ha generado titulares de primera página en los países de la región. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha acusado a Colombia y a Perú de ser bígamos.


Dice que firmar TLCs con Estados Unidos es incompatible con pertenecer a la Comunidad Andina de Naciones, (CAN), que promueve la cooperación en temas de economía, política y sociales entre Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.


Venezuela decidió renunciar a la CAN. Mientras tanto, el presidente de Bolivia, Evo Morales ha respaldado la posición de Chávez a tiempo que tildó de “traidor del movimiento indígena” a su homólogo peruano, Alejandro Toledo, por haber firmado el TLC.


Patentes y píldoras


En septiembre de 2005, dos negociadores colombianos renunciaron a sus cargos, preocupados porque su gobierno estaba a punto de ceder a la posición norteamericana sobre patentes farmacéuticas. Sentían que con ello se eliminaría la posibilidad para Colombia de producir sus propias versiones de drogas patentadas en Estados Unidos y hacerlas asequibles a la población, y que el costo de las drogas importadas sería muy alto para la mayoría de los colombianos.


Germán Holguín Zamorano, director de la organización no gubernamental Misión Salud, dice que “Colombia hizo varias concesiones por encima de la normativa de la Organización Mundial del Comercio (OMC)” — como por ejemplo permitir patentes de desarrollos triviales sobre sustancias conocidas.


En carta dirigida a la Academia Nacional de Medicina, dice que el TLC tendrá un alto impacto en los temas económicos y sanitarios, aumentará los precios de los medicamentos y se demorará el ingreso de los genéricos al mercado. Holguín dijo que el TLC servirá para fortalecer el monopolio de las transnacionales.


“El acuerdo beneficia a las compañías farmacéuticas, no a los pacientes colombianos”, agrega Francisco Rossi, experto en políticas de salud pública del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien actuó como observador en las negociaciones.


Maria Claudia García, de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación, (AFIDRO), cuestiona los reclamos diciendo que el TLC no restringirá el acceso a los medicamentos. Por el contrario, dijo García, Colombia avanzará hacia el incremento de la producción de genéricos por parte de compañías locales de investigación.


Estas medidas harán más eficientes las instituciones colombianas, como la Oficina de Patentes y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, (INVIMA).


El Ministro de la Protección Social, Diego Palacio dijo que el gobierno invertirá en el INVIMA diez billones de pesos (US$4,500,000) en los próximos cinco años “para implementar los cambios que necesita un país que busca ser competitivo.” Palacio dijo que el TLC no afectará la legislación colombiana referente a la protección de la propiedad intelectual, ni reducirá el acceso a las medicinas, y menos aún afectará la salud pública de los colombianos.


¿Explotación equitativa de la biodiversidad?


Javier Gamboa, coordinador nacional de la mesa de propiedad intelectual, dijo que a pesar de la discordia, el TLC trae dos buenas noticias.


La primera, dijo Gamboa, es que es la primera vez que un TLC cubre el tema de patentes sobre los recursos biológicos. Dijo que el TLC respeta la legislación colombiana e internacional, lo que significa que es necesario un consentimiento previo informado para el acceso a recursos biológicos colombianos por parte de usuarios de patentes de Estados Unidos.


También quedó en el TLC que se debe llegar a un acuerdo entre las partes en cuanto a la distribución equitativa del beneficio de las patentes, y que sólo se pueden patentar invenciones basadas en microorganismos –y no en otras especies como animales o plantas.


El segundo punto de ventaja, continuó Gamboa, es que este tratado por primera vez incorpora un marco integral de promoción de la ciencia y la tecnología por medio del cual se estimulan las colaboraciones entre universidades y centros nacionales de investigación de los dos países. Dijo que tanto Colombia como Estados Unidos priorizarán la investigación que hace uso de la biodiversidad.


Pero Rossi dice que solo porque el TLC mencione por primera vez a la biodiversidad de este modo no significa que sea un aspecto positivo, ya que la redacción es vaga y se presta a malas interpretaciones. Indicó que en propiedad intelectual el texto colombiano es el mismo que Perú firmó.


GRAIN, una organización internacional no gubernamental manifestó que este aspecto levanta sospechas en el sentido de que el TLC no puede asegurar que la biodiversidad y el conocimiento tradicional colombiano sean explotados equitativamente.







Investigadora colombiana
examina muestras de
yuca en un banco de genes

En un informe presentado en marzo, la organización dice que el tratado colombiano es una “copia fiel del acuerdo firmado entre Perú y Estados Unidos en lo que concierne a biodiversidad y al conocimiento tradicional”.


GRAIN dice que aunque el TLC entre estos dos países ‘reconoce’ la importancia del consentimiento previo informado y la divulgación del origen de las muestras biológicas, no es obligatorio.


La organización también asegura que bajo el TLC las compañías estadounidenses no necesitan consultar las bases de datos peruanas para encontrar evidencia de plantas usadas tradicionalmente en caso de aplicar a patente.


El futuro de la agricultura


La agricultura es también un tema espinoso. Los medios colombianos han citado a representantes de asociaciones de grandes sectores de la agricultura, como arrocero, avícola y pecuario, entre otros, diciendo que los negociadores cedieron demasiado a las demandas de Estados Unidos.


Predicen que la producción agrícola colombiana declinará y el desempleo se incrementará porque el TLC abrirá las puertas del país a la importación de alimentos, como el arroz que cultiva Estados Unidos.


El día que el gobierno anunció el final de las conversaciones con los Estados Unidos, el presidente colombiano anunció un programa llamado “Agricultura: ingreso seguro”, que subsidiará al arroz, el maíz, la cebada y el fríjol cuando la producción nacional tenga que competir con las importaciones de los Estados Unidos.


Pero el senador Jorge Robledo, exprofesor de la Universidad Nacional de Colombia, dice que si bien es cierto que es importante una economía abierta, Colombia no debe importar productos que produce internamente, incluso “de mejor calidad”. En su opinión, si el Congreso aprueba el TLC, los sectores arrocero y maicero nacionales irán a la bancarrota.


Otros opositores del TLC dicen que su puesta en vigencia perjudicará la calidad de vida de las familias campesinas, así como los esfuerzos para lograr la paz en el país. Con una agricultura deteriorada, la comunidad campesina sufrirá y el conflicto interno empeorará.


Una mirada más regional


En los países vecinos, Ecuador y Perú, los indígenas han protagonizado marchas de protesta contra los TLCs de sus gobiernos con los Estados Unidos, argumentando que los acuerdos abrirán las puertas a una segunda forma de colonialismo.






El TLC ha dividido a la
Comunidad Andina de
Naciones (CAN).

Los tres países quieren mejorar su comercio, pero Angela María Orozco, consultora privada y exministra de comercio exterior de Colombia, advierte que el país no será competitivo solamente por firmar el TLC.


“Si los empresarios y el Gobierno no trabajamos arduamente, lo único que pasará es que mantendremos las exportaciones que hoy tenemos”, dijo.


Durante 2006, los tres gobiernos estarán ocupados tratando de convencer a sus congresos sobre la necesidad de aprobar sus TLCs. Un reto potencial aún mayor será remendar las relaciones internacionales en la región y evitar la crisis de la Comunidad Andina de Naciones.