Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

Investigación que genera ingresos de corto plazo erosionaría capacidad de la universidad, base del crecimiento económico de largo plazo, afirma Phuong Nga Nguyen.

En todo el mundo se cree que el conocimiento basado en la investigación aumenta el desarrollo socio-económico. En consecuencia, los organismos de financiación, incluidos los gobiernos, presionan a las universidades a enfocarse en resultados de investigación que puedan ser ‘utilizables’. La forma como llevan a cabo esta presión es mediante el ‘gobierno de la investigación’, que puede apoyar y facilitar la investigación universitaria u obstaculizarla, a veces incluso dañando las fortalezas existentes en una universidad.

Por gobierno de la investigación se entiende aquellas políticas que las partes involucradas, es decir gobiernos, donantes, industrias y organismos no gubernamentales, usan para manejar y regular la investigación. Estas políticas tienen por objeto establecer normas para realizar la investigación y ayudar a mejorar la calidad científica y ética, así como la promoción de buenas prácticas.

La práctica del gobierno de la investigación y, en particular, la forma en que los organismos de financiación asignan y controlan los fondos de investigación, varían según los países, de acuerdo con diferencias políticas, económicas y culturales. Pero sus efectos tanto en los administradores como en el personal académico de la universidad son a menudo las mismas en todo el mundo.

Presiones comerciales

Las demandas de las múltiples partes interesadas han cambiado las relaciones dentro y entre las universidades y con los donantes y las comunidades externas.

En el pasado, los gobiernos y las agencias de cooperación otorgaban a las universidades públicas fondos para el desarrollo de la investigación y el fortalecimiento de las capacidades. Pero en la economía global del conocimiento, el financiamiento ‘básico’ a menudo ha sido otorgado más a relaciones de tipo comercial. Los donantes demandan que las universidades de los países desarrollados y en desarrollo participen más en el mundo del comercio. Quieren ver un retorno de la inversión mediante productos de la investigación o conocimientos que contribuyan al avance económico y social.

Esto, a su vez, está impulsando a la universidades a poner énfasis en la investigación aplicada, muchas veces a costa de la investigación básica y de los programas de enseñanza. Algunas están favoreciendo también los proyectos de corto plazo para producir resultados rápidos que puedan ser objeto de una patente, a menudo poniendo en marcha sus propias compañías subsidiarias para avanzar en el desarrollo de productos.

La enseñanza se queda atrás

Muchas agencias de cooperación ya no ven a la enseñanza, que tradicionalmente ha sido parte central de la misión de una universidad, como la mejor forma de promover el desarrollo económico. Está actitud está empujando a muchas universidades a cambiar sus estrategias de recaudación de fondos para centrarse en la investigación.

Esto puede afectar los incentivos de la universidad, las actividades de tutoría e incluso las políticas de contratación. En países como China, el personal ‘exitoso’, que genera proyectos de consultorías, vende los resultados de las investigaciones a la industria o publica en revistas científicas, recibe más incentivos como bonos o viajes pagados.

Las universidades generalmente reducen sus compromisos con la enseñanza para que su personal académico tenga más tiempo para la investigación. Esto sacrifica tanto la calidad como la cantidad de la enseñanza. Incluso con su carga docente reducida, el personal académico tiende a descuidar sus responsabilidades para con la educación de los estudiantes, descargando frecuentemente sus tareas de enseñanza sobre los estudiantes graduados con el fin de tener más tiempo para la investigación. Esto parece ser particularmente cierto en países como China, el Reino Unido y los Estados Unidos.

La capacidad se está erosionando, no creciendo

El énfasis en el potencial comercial de la investigación significa que la investigación de base o pura no está teniendo la atención que tradicionalmente recibía. Pero los administradores y el personal académico de las universidades se olvidan de que las universidades con reputación de hacer investigación básica de calidad superior –como por ejemplo la Universidad de Melbourne en Australia— son las que atraen a la mayoría de socios comerciales y organismos de cooperación. Su capacidad para la investigación básica ofrece una base sólida para la investigación aplicada en la que los socios confían.

Gran parte de la investigación comercial que promueven las universidades se basa en proyectos de corto plazo que pueden generar ingresos rápidamente. Esos proyectos no cubren los gastos generales asociados con el uso de personal y servicios básicos.

Asimismo, no permite que las universidades establezcan agendas de investigación más profundas y de largo plazo, dañando su capacidad de investigar de manera más amplia y comprometiendo el objetivo de aumentar la investigación global de calidad.  

Asumiendo responsabilidades

Hay algunas acciones que los gobiernos y las universidades pueden asumir para conseguir lo mejor del gobierno de la investigación, evitando sus consecuencias adversas.

Los gobiernos y los organismos de financiación deberían redefinir sus demandas a las universidades. Deberían invertir más en la investigación básica y vigilar los procesos y los resultados de la investigación. Asimismo, deberían asignar fondos para que las universidades ‘recuperen recursos’, es decir desarrollen su capacidad de investigación y mejoren o mantengan su infraestructura.

Las universidades deben revisar regularmente sus políticas internas para mantener un balance saludable entre la investigación y la enseñanza, y entre la investigación de largo y corto plazo.

Lo que es más importante, las universidades deben establecer una política para fomentar la sostenibilidad y el desarrollo de su investigación interna, mediante el financiamiento de la formación de su personal académico, especialmente de los investigadores jóvenes, y comprar materiales esenciales, libros y equipos para satisfacer las necesidades de los investigadores.

Pero es la manera en que los organismos de financiamiento asignan y vigilan las becas de investigación lo que en última instancia influye en la forma como la investigación se lleva a cabo en las universidades y marca la pauta para motivar a los investigadores. Por lo tanto, dichos organismos deben asumir su responsabilidad de cubrir los costos básicos asociados con su énfasis en la investigación aplicada.

Todas las partes necesitan ayudar a construir la capacidad de investigación a largo plazo.

Phuong Nga Nguyen es director del Centro de Aseguramiento de la Calidad de la Educación y Desarrollo de la Investigación de la Universidad Nacional de Vietnam, Hanoi.