14/09/13

Brasil abrirá estación de US$52 millones en la Antártida

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Crédito de la imagen: Estúdio41

De un vistazo

  • La estación de 19 laboratorios aumentará la presencia de la investigación brasileña en la Antártida
  • Se enfocará en biología molecular, oceanografía, geología y climatología
  • La investigación ha continuado en módulos de emergencia desde que la antigua base se incendiara en 2012

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[LA SERENA, CHILE] Brasil planea reabrir una versión sustancialmente mejorada de su única estación de investigación antártica, que se incendió en febrero el año pasado dejando dos víctimas fatales, se anunció en una conferencia.

Con instalaciones de mayor tamaño y más modernas, la base Comandante Ferraz abrirá durante el verano antártico de 2014-2015, con lo que se espera dar un mayor impulso a la investigación antártica brasileña, según se informó durante la XXIV Reunión Anual de Administradores de Programas Antárticos Latinoamericanos (RAPAL), realizada la semana pasada (1 al 4 de septiembre) en La Serena, Chile. 

“La nueva estación tendrá 19 laboratorios con tecnología de punta, lo que significará un importante aumento en la investigación antártica y en el desarrollo de nuevas capacidades”, dijo a SciDev.Net Marcos Silva Rodrigues, gerente del Programa Antártico Brasileño y secretario de la Comisión Interministerial de Recursos del Mar (CIRM).

La antigua estación se estableció en 1984 en Bahía Almirantazgo, en la Isla Rey Jorge, cerca del extremo de la Península Antártica.

El incendio destruyó cerca de 70 por ciento de la base, incluyendo instalaciones que los científicos empleaban pata estudiar los efectos del cambio climático, la atmósfera y ecosistemas costeros y marinos. Muestras tomadas en la estación estival de 2011-2012 (noviembre a marzo) también se perdieron.

Se estima que los daños materiales llegaron a US$12,4 millones y cerca de 40 por ciento del programa antártico brasileño se vio afectado.

“La nueva estación significará un importante aumento en la investigación antártica y el desarrollo de nuevas capacidades”.
 

Marcos Silva Rodrigues

La base, de 2.400 metros cuadrados, fue completamente desmantelada en dos meses. Más de 800 toneladas de fierro y escombros fueron enviadas por barco a Brasil y se removieron 60.000 metros cúbicos de nieve y hielo, dice Silva Rodrigues.

Pero agrega que las actividades de investigación se han mantenido.

“Todos los proyectos han continuado y, más aún, el promedio de 150-160 investigadores por temporada aumentó a 200 en el verano de 2012-2013 gracias al compromiso de la Marina brasileña de transportar a más científicos”, señala.

Para hospedar a todos los científicos y personal logístico, Brasil construyó 1.000 metros cuadrados de módulos de emergencia y empleó los dos barcos de investigación oceanográfica de la Marina, según dijo Marcello Melo da Gama, subsecretario del CIRM, durante el VII Congreso Latinoamericano de Ciencia Antártica, realizado luego de la reunión de RAPAL la semana pasada (4 al 6 de septiembre).

En tanto, una licitación internacional organizada por el Instituto de Arquitectos de Brasil para el diseño de la nueva estación, recibió 74 propuestas. El ganador fue la firma de arquitectos brasileña Estúdio 41, según se anunció en mayo.

El nuevo edificio tendrá 3.200 metros cuadrados, hospedará a 64 prsonas (34 en invierno) y se espera que su construcción cueste US$52 millones.
“Esto es parte de un nuevo impulso al Programa Antártico Brasileño, con un énfasis en áreas de investigación tales como biología molecular, oceanografía, geología y climatología”, dice Silva Rodrigues.

La nueva base es una colaboración entre el Ministerio de Medio Ambiente, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y la Marina, que está a cargo de la logística en la Antártida.

“Tendrá las mejores tecnologías para reutilizar el agua y generar energía minimizando el  impacto ambiental”, dice Silva Rodrigues. La estación será  energéticamente alimentada con etanol, paneles solares  fotovoltaicos y turbinas eólicas.

“Será la estación latinoamericana más moderna de la Península Antártica, donde la mayoría de las estaciones tienen entre 30 y 50 años”, dice José Retamales, presidente de la reunión RAPAL 2013 y director del Instituto Antártico Chileno.

El Ministerio del Medio Ambiente de Brasil contrató una consultoría para estudiar el impacto ambiental de la nueva base. Y representantes de tres países del Tratado Antártico emitieron un informe certificando que el desmantelamiento y las tareas de limpieza del área cumplieron con los requerimientos del Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente de ese tratado, señala Silva Rodrigues.

La versión original de este artículo se publicó en la edición Global de SciDev.Net