27/10/20

Q&A: “Habría que hacer un gran esfuerzo para crear una nueva normalidad”

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Mirta Roses Periago fue directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de 2003 a 2013 y actualmente ha sido designada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como embajadora para la lucha contra la COVID-19. Crédito de la imagen: David Spitz OPS/OMS

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Mirta Roses Periago fue directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de 2003 a 2013, lo que la convirtió en la primera argentina y la primera mujer en alcanzar esa posición. Médica cirujana, especialista en epidemiología y enfermedades infecciosas, actualmente ha sido designada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como embajadora para la lucha contra la COVID-19.

¿Qué considera que determinó que fuera elegida como la primera mujer en dirigir la OPS? ¿Su preparación académica? ¿Su experiencia previa? ¿Su vocación de construir consenso?

Creo que todo ello tuvo peso en mi elección. Pero ante todo es necesario entender la historia de la organización. La OPS cumplió 100 años en 2002. El primer director no estadounidense, el chileno Abraham Horwitz, fue electo recién en 1958.

Por decisión de Horwitz, la OPS fue la primera región en tener una mujer como jefe de oficina. Fue Sumedha Khana, pediatra hindú, en Guyana. La OMS eligió su primera directora mujer en 1998, Gro Harlem Brundtland.

Estaba preparada para el cargo —con experiencia en gestión, conocimiento de los países de las Américas—, pero en un mundo dominado por los hombres, es decisivo que esos hombres estén convencidos de que deben darle oportunidad a las mujeres.

Fue clave la ayuda de Carlyle Guerra de Macedo y George Alleyne, quienes me precedieron en el cargo y confiaron en mí. Carlyle me invitó a ingresar a OPS en el Caribe cuando para mí, casada y con cuatro hijos pequeños, era inimaginable irme a un país y a una región desconocida. Y luego Alleyne me eligió como subdirectora durante sus dos mandatos (de 1995 a 2003).

“Estaba preparada para el cargo (de directora de la OPS) —con experiencia en gestión, conocimiento de los países de las Américas—, pero en un mundo dominado por los hombres, es decisivo que esos hombres estén convencidos de que deben darle oportunidad a las mujeres”.

Mirta Roses Periago, médica cirujana, especialista en epidemiología y enfermedades infecciosas.

Crédito de la imagen: David Spitz OPS/OMS.

 

Y hoy, ¿qué consejo le daría a una joven científica que da sus primeros pasos?

Mi abuelo, Carlos Maia, me enseñó y repitió incansablemente que en el trabajo y en la vida el principal orgullo y satisfacción personal es hacer las cosas lo mejor posible, sin esperar reconocimiento.

La meta no está afuera, sino adentro nuestro. Decía que si no te reconocen en tu trabajo, si no te pagan lo que mereces, puedes renunciar, protestar o hacer huelga. Pero nunca debes rebajar la calidad de tu trabajo. Ese es tu verdadero premio y nadie podrá quitártelo.

Al analizar su extensa trayectoria, ¿alguna vez fue discriminada por ser mujer?

No recuerdo que me hayan discriminado; tampoco que me hayan agredido sexualmente. Pero recuerdo que, a raíz de redactar una carta de felicitación a la primera mujer que preside en 150 años la Academia de Ciencias de Córdoba, el presidente de la Academia de Ciencias de Buenos Aires nos preguntó a las tres mujeres que formamos parte de ella si hemos sentido el techo de cristal. Nos anticipó que otras académicas a las que consultó le habían dado una respuesta negativa.

Le respondí que usaba una muestra sesgada; que debía hablar con las decenas y centenas de mujeres que no habían llegado (a integrar la Academia).

Ahora, como embajadora de la OMS para COVID-19 usted tiene el mandato de “impulsar el compromiso político de alto nivel en diferentes partes del mundo”. ¿Cómo se logra la alianza política-salud?¿Se puede evitar la politización de los temas de salud durante una pandemia?

La pandemia ha golpeado al mundo en un momento políticamente turbulento, con baja confianza y amistad entre los líderes.

Gro Brundtland y Elhadj As Sy ya lo dijeron en el primer y segundo informe del Global Preparedness Monitoring Board, en 2019 y ahora en 2020, en “Un mundo desorganizado” que los dirigentes políticos, no pueden siquiera ponerse de acuerdo en salvar al planeta y a la especie humana.

Entonces, más que politización de la pandemia creo que hay falta de política pública, de políticos que defiendan el bienestar de todos por sobre los intereses sectoriales.

En países en los que a sus líderes les interesa el bienestar de sus ciudadanos y del mundo, al igual que la convivencia y supervivencia en paz y armonía con la naturaleza y todos sus seres, no hubo conflicto en enfrentar la pandemia.

Crédito de la imagen: David Spitz OPS/OMS.
Este virus inteligente, cómo usted lo ha descripto, ha presentado nuevos desafíos en el campo de la comunicación. ¿Cómo deben abordarse aquellos temas en los que falta evidencia científica?

Los psicólogos sociales dicen que la incertidumbre es inmanejable y, por lo tanto, se la niega.

Incertidumbre es humildad, reconocer nuestras limitaciones; pero nos creemos superhéroes. Decir que no sabemos aún, que es demasiado nuevo, que no lo conocemos, que estamos aprendiendo; reconocer que no hay respuestas para todo. Identificar al virus del VIH llevó cinco años.

Comunicar dando ejemplos concretos. Por ejemplo, al síndrome pospoliomielítico —grupo de signos y síntomas potencialmente incapacitantes que aparecieron alrededor de 30-40 años después de la poliomielitis inicial— tardamos 40 años en conocerlo, después de las epidemias de 1940-50, aunque la polio tiene más de 3.000 años.

Cuando escucho que dicen que limitan su libertad al exigir el uso de barbijo, recuerdo el rechazo al uso de condón frente al VIH/Sida; o del cinturón para andar en auto; o a la indicación de no fumar en lugares cerrados y tener que salir. Cada una de esas cosas se hicieron obligatorias después de años de ver gente morir de Sida, de tabaquismo, de accidentes de tránsito.

Y sobre las potenciales vacunas, ¿son justificadas las expectativas que se depositan en el mundo en los más de 30 ensayos de vacunas destinadas a frenar la COVID-19?

Es bueno que haya muchos caminos y opciones y es maravilloso el avance e interés en desarrollar y el estímulo a la ciencia. Pero no sabemos cuál emplearemos ni cuándo. Se requiere alta seguridad y calidad de protección, conocer la duración de inmunidad, la cantidad de dosis necesarias, las exigencias de conservación en frío, lograr accesibilidad en precio, cantidad para cobertura universal, entre otras cuestiones.

Crédito de la imagen: Harold Ruiz OPS/OMS.
A varios meses ya de enfrentarnos con la COVID-19, ¿que nos dejará como aprendizaje esta pandemia?

Dudo que aprendamos lecciones. No aprendimos de cólera, zika, fiebre amarilla, dengue, influenza, Ébola, MERS, SARS. Habría que hacer un gran esfuerzo no para volver a la normalidad sino para crear una nueva normalidad.

En el siglo XXI, ¿cuál cree que es la deuda pendiente en salud para América Latina y el Caribe?

La deuda son los llamados determinantes sociales y ambientales de la salud: equidad, pobreza, empleo seguro, diversidad de exportaciones con valor agregado en lugar de materias primas. Apoyo a la ciencia y la tecnología, reducción de brechas en educación y nutrición, protección del ambiente; acceso al agua potable, a la vivienda digna, a energía y a internet.