13/09/19

Q&A: “Como mujer hace falta ser el doble de buena”

ASamuels-FaN
Además de médica epidemióloga, Alafia Samuels es investigadora, profesora honoraria de la Universidad de las Indias Occidentales y consultora en Prevención y Control de Enfermedades Crónicas en CARICOM. Crédito de la imagen: The Household Food and Nutrition Security Project / Facebook..

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En las Américas, la diabetes, la hipertensión y otras enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) -ligadas al estilo actual de consumo y producción de alimentos- causan por año casi cuatro de cada cinco muertes. Según un reciente informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los países del Caribe tienen, a su vez, las tasas más altas de mortalidad por ENT en la región y, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, está la ambiciosa meta de reducir la mortalidad prematura por ENT en un 30 por ciento para 2030.

En esa búsqueda está Alafia Samuels, médica epidemióloga y profesora honoraria de la Universidad de las Indias Occidentales (UWI), en Jamaica, dedicada a la prevención y control de las ENT. Investigadora y directora de la Unidad de Investigación Epidemiológica del Instituto Caribeño de Investigación en Salud en UWI, es además consultora en Prevención y Control de Enfermedades Crónicas en CARICOM, organización que nuclea a quince países caribeños.

Samuels se focaliza en cuatro ENT: cardiovasculares, cáncer, diabetes y respiratorias crónicas, que impactan fuertemente en la salud del Caribe. Para combatirlas, hace falta modificar las dietas, entre otras acciones sociomédicas, explicó en esta entrevista en la que también se refirió a las dificultades de ser mujer en el ámbito académico: “Cuando fui nominada a un ascenso a profesora, varios de mis colegas masculinos bloquearon esa posibilidad durante años y dijeron que no estaba calificada, a pesar de mi trayectoria”, contó vía correo electrónico desde Priory, St Ann (Jamaica).

¿Cuál es la causa de esta epidemia de muertes prematuras por enfermedades no transmisibles y cómo debería abordarse la situación en la región?

El Caribe sigue con la peor epidemia de muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares en la región de las Américas. Es por la existencia de un perfil de riesgo que incluye altas tasas de obesidad derivadas de una alimentación poco saludable. La causa de esta epidemia es el cambio en la cultura alimentaria originada en el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados ​​y preparados fuera de casa. Esta problemática debe abordarse a través de toda la sociedad, mediante un enfoque múltiple destinado a aumentar la diversidad de la dieta y reducir los alimentos ultraprocesados ​​en la alimentación. La dificultad reside, en gran parte, en los determinantes comerciales de la salud y el marketing agresivo que acompaña la venta de alimentos y bebidas no saludables por parte de la Big food y la Big drink [las grandes compañías de comida y de bebidas azucaradas].

El precio obesogénico es cuando al tamaño normal un producto se vende a $3, y al tamaño doble, a $4, lo que alienta a las personas a comprar este último, que resulta una mejor oferta. Una vez comprado uno siente que, como  pagó por él, debe comérselo, e ingiere así más de lo que desea o necesita”.

¿Cree que podría tener impacto en la clase dirigente conocer las pérdidas económicas ligadas a las ENT; en definitiva, su correlato en el producto bruto de las naciones (PBI)?

En 2009, [el investigador de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU, CEPAL] Abdulkadri Abdullahi estimó el peso económico de la hipertensión y la diabetes y esta información, ampliamente difundida, influyó en el accionar de ministros de diferentes países que se han focalizado en las ENT. Barbados, por ejemplo, ha implementado un impuesto del 10 por ciento sobre las bebidas azucaradas, que ha incidido en la reducción del consumo. Pero el verdadero desafío lo representan las empresas generadoras de empleo que logran obtener ganancias con la venta de alimentos poco saludables y se muestran desafiantes ante cualquier recomendación que se les haga dirigida a mejorar el contenido nutricional de sus productos.

¿Cómo lidiar con estos cambios que trajo la globalización en lo que respecta a los hábitos alimentarios y la merma de la actividad física, además del consumo de alcohol y tabaco?

Existe una cultura alimentaria global que ha sido impulsada por la comercialización agresiva de tabaco, alcohol, bebidas y alimentos ultraprocesados ​​no saludables. Un caso típico es el del tabaco: a pesar de que existe un tratado internacional como el Convenio Marco para el Control del Tabaco, la comercialización por parte de las empresas ha dado como resultado un aumento mundial de su consumo. Los próximos objetivos deberían ser terminar con las grasas trans, reducir la sal y eliminar el azúcar agregado a las bebidas. El cambio será resistido; estas empresas manejan miles de millones de dólares y a menudo contribuyen con las fuerzas políticas que conforman los gobiernos, por lo que tienen amigos en lugares de poder. Las organizaciones de la sociedad civil, que a menudo son débiles en el Caribe, deben fortalecerse para desempeñar su papel en esta lucha, que es clave.

Alafia and Prize
Este año, Samuels recibió un premio de la Agencia Caribeña de Salud Pública por su destacada contribución en el campo de las enfermedades crónicas no transmisibles.
Cortesía de Alafia Samuels para SciDev.Net.

Usted impulsa la reducción de la diferencia de género en diabetes e hipertensión. ¿Cómo se podría actuar en este sentido?

La prevalencia excesiva de obesidad lleva a las mujeres del Caribe a tener tasas de diabetes que superan el 60 por ciento a la de los hombres. Por su parte, la hipertensión en los hombres presenta tasas más bajas de detección, tratamiento y control debido en parte a la negación y a la consulta tardía, que los conduce a tasas más altas de mortalidad prematura por enfermedad cardiovascular. La hipertensión y la diabetes nos regresan, en gran parte de los casos, al tema de los hábitos alimentarios actuales. Y la nueva cultura alimentaria nos remite al llamado “precio obesogénico”.

¿Qué es el precio obesogénico?

Es cuando al tamaño normal un producto se vende a $3, y al tamaño doble, a $4, lo que alienta a las personas a comprar este último, que resulta una mejor oferta. Una vez comprado uno siente que, como  pagó por él, debe comérselo, e ingiere así más de lo que desea o necesita. La forma más efectiva de abordar esto es con impuestos sobre los alimentos poco saludables.

¿Se le ocurre un ejemplo?

Las Islas Bermudas, por ejemplo, han implementado un impuesto del 75 por ciento sobre las bebidas azucaradas y utilizaron parte de los ingresos para subsidiar alimentos saludables, lo que cambia el costo relativo de los alimentos no saludables frente a los saludables. En Jamaica, los ministros de Salud y Educación han anunciado límites al azúcar en las bebidas que se pueden vender en las escuelas, lo que provocó una reformulación por parte de los fabricantes. Las campañas masivas de educación pública, bien financiadas, han sido efectivas. Bloomberg Foundations a través de Vital Strategies ha financiado una campaña de este tipo en Jamaica que ha cambiado la percepción pública y los patrones de compra.

Campaña de The Heart Foundation of Jamaica y Vital Strategies para prevenir el consumo de bebidas azucaradas (en inglés).

Personalmente, me he asegurado de que mi trabajo académico aborde problemas del mundo real y que las conclusiones se traduzcan en políticas y acciones que marquen la diferencia para las personas reales en el mundo real”.


¿Qué papel cree que deberían jugar los especialistas en los medios de comunicación?

La comunidad de salud pública necesita involucrarse de manera más efectiva con los medios. Ha habido especialistas en medios y en comunicación que han realizado maestrías en Salud Pública y, por lo tanto, son comunicadores muy efectivos en esta temática. Además, el sector de salud necesita cultivar y educar a los medios en las complejidades de este desafío y sumarlos como aliados. Las comunicaciones son una gran debilidad en nuestra respuesta.

Resulta impresionante ver la cantidad de estudios que usted realizó, siempre graduada con honores, y la cantidad de cargos públicos que desempeñó. Dado que en América Latina y el Caribe la igualdad de oportunidades en cuestiones de género no es frecuente, ¿cómo lo logró? ¿Qué consejos podría darle a una joven que comienza su carrera hoy?

Mi carrera no fue fácil. He sufrido más por discriminación de género que por discriminación racial, incluso en los Estados Unidos, donde viví, estudié y trabajé durante diez años. La discriminación de género no es ampliamente reconocida.

Como mujer es necesario ser el doble de buena para ser considerada. Cuando fui nominada a un ascenso a profesora, varios de mis colegas masculinos bloquearon esa posibilidad durante años y dijeron que no estaba calificada, a pesar de mi trayectoria. No es fácil, y no será fácil en el corto plazo. Pero yo encontré un área que me apasiona y trabajo duro, pese a todo, formo redes y apoyo a colegas y creo equipos efectivos. Personalmente, me he asegurado de que mi trabajo académico aborde problemas del mundo real y que las conclusiones se traduzcan en políticas y acciones que marquen la diferencia para las personas reales en el mundo real.