03/06/20

Pandemia deja en evidencia falta de personal de enfermería

enfermeria
La pandemia de la COVID-19 está dejando al descubierto las vulnerabilidades de la enfermería en nuestra región. Crédito de la imagen: Anna Psiaki, Wikimedia Commons, bajo licencia Creative Commons (CC BY-SA 4.0).

De un vistazo

  • Entre vulnerabilidades de sistemas de salud ante COVID-19 resalta la falta de personal de enfermería
  • Se necesita invertir en formación de profesionales de enfermería y mejorar sus condiciones laborales
  • Exposición al contagio de COVID-19 y turnos extenuantes, entre sus problemas actuales

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La pandemia del nuevo coronavirus también ha develado la mala situación de la enfermería a nivel mundial y en particular en América Latina.

Ha quedado “al descubierto la vulnerabilidad de los sistemas de salud, así como el déficit de profesionales de enfermería para enfrentar la situación desde la primera línea de atención”, menciona una carta al editor publicada en la edición de mayo de la Revista Panamericana de la Salud Pública, que edita la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La región de las Américas tiene 8,4 millones de enfermeros y enfermeras, que representan el 56 por ciento del total de la fuerza laboral médica (que incluye médicos, farmacéuticos, dentistas y parteros). A nivel mundial el promedio es 59 por ciento.

La carta también señala que solo una tercera parte (aproximadamente 8,4 millones) de los 28 millones de profesionales de enfermería del mundo trabaja en este continente. De esta cifra, aproximadamente el 24 por ciento tiene 55 años o más.

“La región de las Américas necesita mejorar la composición de la fuerza de trabajo en enfermería”, explicó a SciDev.Net vía correo electrónico Silvia Cassiani, asesora regional de enfermería y técnicos de salud de la OPS/OMS, y una de las autoras de la carta, escrita en colaboración con enfermeros líderes de Brasil, Colombia, México y Uruguay.


Y también es necesario “ampliar el número de profesionales, distribuirlos mejor al interior de cada país, aumentar la presencia masculina en la profesión e invertir en la formación con calidad así como el empleo de profesionales con formación avanzada en los países de la región de las Américas”, agregó.

Además, está el inconveniente de que en América Latina no se sabe siempre técnicamente qué es ser enfermero, refirió en comunicación telefónica con SciDev.Net Dolores Latugaye, directora de la escuela de enfermería de la Facultad de Ciencias biomédicas de la Universidad Austral (Argentina).

Latugaye, quien está de acuerdo con lo dicho en la carta a pesar de no haberla suscrito, subraya que “en cada país quien desempeña la tarea tiene distintos niveles”.

Por ejemplo, “en Argentina puede ser [enfermero] un estudiante de 9 meses, con título de auxiliar de enfermería, o con tres años o cinco de estudios. Esas diferencias pasan en todos los países. Hay tantos niveles de formación que se genera una confusión muy grande de cuáles son los números también”, agrega.

“La enfermería profesional de América Latina y el Caribe está haciendo su más grande esfuerzo por estar al frente cuidando a los pacientes hospitalizados en unidades críticas”, dijo por su parte a SciDev.Net vía correo electrónico Olivia Sanhueza Alvarado, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Escuelas y Facultades de Enfermería (ALADEFE).

Es necesario “ampliar el número de profesionales, distribuirlos mejor al interior de cada país, aumentar la presencia masculina en la profesión e invertir en la formación con calidad así como el empleo de profesionales con formación avanzada en los países de la región de las Américas”.

Silvia Cassiani, asesora regional de enfermería y técnicos de salud de la OPS/OMS

Pero en tiempos de pandemia los problemas son muchos, enumera Sanhueza: “En algunos países se han quedado sin los suficientes y adecuados equipos de protección personal; estamos expuestas al riesgo de contagio, a turnos extenuantes sin el debido descanso, por falta de personal para su reemplazo; en ocasiones, expuestas a violencia de parte de la población, por miedo y falta de conocimientos; a estar separadas de la familia, para evitar la diseminación de la pandemia y a un sostenido estrés laboral”.

El contexto global, tal como se mostró en el informe sobre el estado de la enfermería mundial lanzado el 7 de abril último, exhibe disparidad también en este recurso humano entre el Norte y el Sur: los países en desarrollo durante años forman recursos que terminan trabajando en los desarrollados, debido a los mejores sueldos y condiciones.

“El tema de la migración es importante porque significa que no se generan las condiciones para que la gente formada se quede”, precisa Latugaye. “La escasez de enfermeros es muy influyente en la salud de las personas”, complementa.

La OMS declaró el 2020 como Año internacional del personal de enfermería y partería, por el bicentenario del nacimiento de la pionera Florence Nightingale. “El refuerzo de la enfermería y la partería traerá consigo los beneficios adicionales de promover la equidad de género, contribuir al desarrollo económico y favorecer otros Objetivos de Desarrollo Sostenible”, sostiene el organismo.

“Sin enfermeros no hay cuidados de la salud”, coincide Cassiani, quien también remarca que los sistemas de salud necesitan “disponer de profesionales en un número adecuado y bajo condiciones de trabajo dignas, tales como tener un ambiente adecuado de trabajo para el ejercicio profesional, prevención de alteraciones de la salud mental y ocupacional de los profesionales, sueldos que incluyan una protección social, oportunidades de ascenso, entre otras”.

> Enlace a la Carta publicada en la Revista Panamericana de la Salud Pública.

> Descargue aquí el Informe sobre el estado mundial de la enfermería 2020 (en inglés).