12/05/17

Radar latinoamericano: la ayahuasca en la mira

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La ayahuasca se prepara a a partir de una liana (Banisteriopsis caapi) y de las hojas de un arbusto amazónico. Crédito de la imagen: Paulo Pedro P. R. Costa / Wikimedia

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No sólo de malas noticias vive el mundo de la ciencia. A medida que digerimos la repercusión de las Marchas para la Ciencia —sobre todo en América Latina— y pensamos en formas efectivas para dar continuidad al movimiento, podemos ver con más optimismo hacia un campo multidisciplinario de la investigación que va ganando espacio e importancia, e incluye la participación activa de la comunidad científica latinoamericana.
 
Me refiero a la ciencia psicodélica, que busca estudiar los efectos de sustancias con potencial de alterar los sentidos, las percepciones y la conciencia humana, como el LSD, la MDMA (principio activo del éxtasis), la psilocibina (presente en algunos hongos) y la ayahuasca (conocida también como como té de Santo Daime), entre otras. Los conocimientos y los usos tradicionales sumados a estudios y datos científicos recientes muestran un gran potencial para la aplicación de los psicodélicos en el tratamiento de diversos trastornos mentales.
 
Algunos de esos estudios se acaban de presentar en la Conferencia Internacional de Ciencia Psicodélica 2017, realizada a fines de abril en California (EE.UU.). En una recorrida por el programa del evento, llama la atención a la diversidad temática —desde terapias promisorias y religión hasta meditación—, la multidisciplinariedad de campos —áreas tan diversas como la botánica, la antropología y la neurociencia—, y la presencia recurrente de una sustancia de importancia cultural en América Latina: la ayahuasca.
 
Los efectos del compuesto, preparado a partir de una liana y de las hojas de un arbusto amazónico, consumido en rituales indígenas y religiosos, han demostrado ser prometedores para el tratamiento de la depresión, la ansiedad, los trastornos alimentarios y la dependencia química en estudios realizados en región, especialmente en países como Perú y Brasil, donde el uso religioso de la sustancia está bastante extendido y es de fácil acceso.
 
La conferencia está organizada por la Asociación Multidisciplinaria para el Estudio de Psicodélicos (MAPS, por sus siglas en inglés), una organización que opera en varios frentes para el desarrollo y la explicación sobre el campo. En su tercera edición, difunde el renacimiento de la ciencia psicodélica, interrumpida en la década de 1960 con la prohibición generalizado de las drogas en represión a la contracultura.
 

Origen, usos y estudios

La ayahuasca es empleada desde hace miles de años por las tribus indígenas de la Amazonia, que la consideran una bebida mágica, de origen divino, con poderes de protección, premonición y curación. Aunque su consumo fue condenado en varios momentos de la historia, desde principios del siglo XX, se ha ido extendiendo más allá de la población indígena, y fue incorporado como un elemento central de cultos religiosos como Santo Daime, la Unión del Vegetal y Barquinha, que están muy extendidos en Brasil.
 
De color amarronado y gusto amargo, el compuesto provoca cambios de conciencia y de la percepción de los estímulos externos, especialmente visuales, y sus efectos secundarios frecuentes son vómitos y diarrea. En las religiones ayahuasqueras, estos efectos son una parte importante de los rituales, y buscan promover, a través de la experiencia mística, una especie de limpieza del organismo.
 
A pesar de que su uso es milenario y de que muchos de sus efectos psicodélicos y fisiológicos son bien conocidos empíricamente, la ciencia todavía sabe poco sobre la acción de la sustancia en el cerebro. Pero esto debe cambiar. La amplia difusión de los conocimientos tradicionales, el interés antropológico por el uso ritual de la bebida, los avances de la neurociencia y de las técnicas de neuroimagenología, y también el aumento exponencial de casos de trastornos mentales convergen para que cada vez más investigadores dediquen atención al tema, vislumbrando una contribución relevante a la psiquiatría.
 
Las investigaciones que implican el uso médico de la ayahuasca experimentaron un boom en Brasil a partir del trabajo y de la actuación de la antropóloga Beatriz Labate. A fines de la década de 1990, Beatriz comenzó a reunir, en diferentes iniciativas, a investigadores brasileños y extranjeros, interesados en el estudio de la sustancia, incluyendo el punto de vista psicológico y psiquiátrico.
 
En la actualidad, el país tiene una cantidad significativa de grupos que estudian diferentes aspectos terapéuticos de la ayahuasca. Parte de los resultados de ese trabajo pudo conocerse en la conferencia en California.

 

Obstáculos y ventajas

A pesar de los avances y el optimismo en torno al uso médico de los psicodélicos, los investigadores que se dedican al tema tienen cuidado en enfatizar que el tiempo todavía es de aprendizaje pues aún se sabe poco sobre la acción de estas sustancias en el cuerpo humano a corto, medio y largo plazo.
 
También vale la pena señalar que, con excepción de la marihuana —considerada un caso particular—, todavía no hay drogas legales desarrolladas a partir de las sustancias psicodélicas disponibles para el tratamiento fuera del contexto de la investigación. Entre los principales candidatos para la terapia están la MDMA (éxtasis) para tratar el estrés postraumático y la ayahuasca para la depresión. Pero se estima que aún tomará alrededor de una década para que sea ampliamente accesible. Y no hay garantía de que eso vaya a ocurrir.
 
Para que la ciencia psicodélica se vuelva realidad en el área médica, es necesaria más inversión, lo que supone lograr una mayor legitimidad del campo. Esto implica romper prejuicios, dentro y fuera de la comunidad científica. Y la mejor manera de hacer eso es a través de la difusión del conocimiento y de la amplia discusión del tema en la sociedad. De ahí la importancia de organizaciones como MAPS.
 
Otro obstáculo para el desarrollo de la ciencia psicodélica son los embrollos jurídicos y la burocracia que rigen los estudios con sustancias ilícitas. Hay diferencias de interpretación de la legislación internacional y una amplia gama de marcos regulatorios nacionales, lo que es una barrera entre el laboratorio y el mercado. No es de extrañar que la expansión legal del uso de la marihuana en Estados Unidos y América Latina esté dando un nuevo impulso a la investigación sobre sus efectos terapéuticos y aumentando el acceso a los tratamientos ya disponibles a base de la sustancia.
 
En este sentido, Brasil y Perú tienen una ventaja. Además de su uso ritual bastante generalizado en estos países, también está legalmente permitida, lo que ha facilitado la investigación científica de la sustancia. En Perú, el uso tradicional del compuesto es reconocido incluso como patrimonio cultural y atrae a miles de turistas a los diversos centros místicos existentes en el país, que también se han convertido en lugares de investigación.
 
En el resto del mundo, la ayahuasca es ilegal y no está regulada. Sin embargo, nada impide que, dada la creciente expansión de la sustancia y sus diversos efectos, incluso terapéuticos, surjan personas interesadas en explotar comercialmente el compuesto. No sería la primera vez. En 1986, un estadounidense obtuvo los derechos de propiedad intelectual de la Oficina de Patentes de Estados Unidos sobre la liana amazónica con la que se prepara la bebida (B. caapi). La patente ya cayó, pero teniendo en cuenta este y otros antecedentes internacionales relacionados con patentes de la flora típica latinoamericana, es importante que se empiecen a definir las cuestiones de propiedad intelectual.
 
De todos modos, esta es una oportunidad única para América Latina de tomar la delantera en un campo científico de vanguardia. Y debe aprovecharse con toda la determinación, precaución y ética que son necesarias dado el potencial valor y la naturaleza de las sustancias implicadas. ¡Allá vamos!

Carla Almeida es periodista brasileña especializada en ciencia e investigadora en las áreas de divulgación científica y comprensión pública de la ciencia. Colabora con SciDev.Net desde 2005. En esta oportunidad, con la contribución del biólogo Stevens Rehen, profesor del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ) y coordinador de investigación del Instituto D'Or de Investigación y Enseñanza (IDOR).