09/06/11

Ciencia sudafricana debe atraer más mujeres

En Sudáfrica, la exclusión de las niñas de la mayoría de asignaturas de ciencia empieza en la escuela primaria. Crédito de la imagen: Flickr/World Bank Photo Collection

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En Sudáfrica ha funcionado la política para que las mujeres se gradúen. Ahora debemos apoyar a las científicas, dice ministra de ciencias.

La decisión política de Sudáfrica de ampliar el acceso a las instituciones de educación superior ha tenido éxito en atraer a la primera generación de estudiantes negros y a las mujeres. En tan solo una década, ha conducido a una notable reversión de género: en 1995 había más hombres graduados que mujeres; en 2008 había más mujeres graduadas que hombres.

Sin embargo, las mujeres tienden a estudiar ciencias sociales, humanidades y artes. Para redireccionar este balance, cuando fui ministra de educación entre 2004 y 2009, destiné fondos universitarios para fomentar que más mujeres estudiaran física y ciencias naturales, particularmente ingeniería.

Actualmente, hay más médicas que ingenieras. En Sudáfrica, hay aproximadamente 35.000 ingenieros, de los cuales solo 3.000 son mujeres. De los 32.000 médicos registrados, 6.000 son mujeres.

Para alcanzar la igualdad de género en la ciencia, y ayudar a las mujeres a desarrollar su potencial, necesitamos entender primero por qué las mujeres están subrepresentadas en la mayoría de disciplinas científicas.

Obstáculos a la igualdad

Tres grandes obstáculos amenazan la igualdad en Sudáfrica. El primero es el legado de la educación del apartheid (‘Educación Bantú’), según el cual a la gente negra no se le enseñan las matemáticas y ciencias necesarias para continuar sus estudios después de la escuela.

Esto cambió en la década de los años noventa, pero incluso ahora, los alumnos sudafricanos registran bajos puntajes en los exámenes de matemáticas y ciencias, según el Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes de la OCDE –un indicativo de la dificultad de superar el legado de la Educación Bantú.

El segundo obstáculo es que las matemáticas y la mayor parte de las asignaturas de ciencias son consideradas como inadecuadas para las niñas. La exclusión de las niñas comienza en el nivel de la escuela primaria, cuando a los estudiantes se les muestran imágenes que perpetúan los estereotipos de género y transmiten el mensaje de que la ciencia y la tecnología no son para las chicas.

Las imágenes utilizadas como material didáctico representan a las mujeres realizando tareas domésticas o simplemente observando mientras que los hombres realizan tareas relacionadas con la tecnología, como reparación de autos, cableado, cambio de bombillas y otras por el estilo.

Cuando las niñas se interesan en la ciencia, con frecuencia los profesores y los consejeros académicos las desalientan firmemente de estudiar esas asignaturas en la escuela. Los investigadores de la educación han encontrado que los consejeros les dicen a las niñas que las matemáticas y las ciencias son materias difíciles, y que las artes y las humanidades, como la literatura y la historia, pueden ser mejores opciones.

Por último, la evidencia encontrada en las aulas de las escuelas mixtas señala que los profesores discriminan. Sugiere que los profesores alientan a los niños a comprometerse con las ciencias permitiéndoles preguntar más, mientras dejan de lado a las niñas, dándoles respuestas inadecuadas o criticándolas ante el más mínimo error.

Ello contrasta con la evidencia de las escuelas solo para niñas, donde sí son alentadas y se desempeñan mejor en las ciencias.

Aumentar el acceso

La limitada participación de las niñas en las asignaturas de ciencias en las escuelas se traduce en pocos ingresos femeninos a las disciplinas científicas, tecnológicas o ramas de la ingeniería en los niveles de educación superior.

Es vital que Sudáfrica, así como otros países, realice más esfuerzos para aumentar el acceso de las mujeres al conocimiento científico. La ciencia y la ingeniería son fundamentales para la innovación y el crecimiento económico, y para hacer frente a los desafíos del desarrollo que enfrentan muchas de las comunidades más vulnerables del mundo.

En los últimos diez años, los líderes de la educación superior han comenzado a jugar un papel mucho más proactivo para fomentar que las mujeres sigan carreras científicas.

Algunas intervenciones prácticas ya están en marcha en Sudáfrica: el suministro de concesiones de equipos y financiamiento especial para conferencias; talleres de capacitación en redacción y publicación; subvenciones para posgrados y becas de investigación para mujeres; permisos especiales para estudios (incluyendo reemplazos de clases); y una activa comunicación institucional sobre las oportunidades de investigación para mujeres.

Gran parte de esos instrumentos de financiamiento tienen cuotas para científicas. Pero atraer y retener estudiantes puede ser desafiante cuando los niveles de financiamiento resultan irrisorios comparados con los salarios ofrecidos por el sector privado.

Éxitos destacables

Destacar los logros de las científicas es otra forma de alentar e inspirar a las jóvenes a seguir carreras en el campo de la física o las ciencias naturales.

Cada año, participo gratamente en las reuniones de las Mujeres Ingenieras de Sudáfrica (SAWomEng por sus siglas en inglés), Women in It, HERS-SA (red dedicada a destacar los progresos de las mujeres en la educación superior), el premio del Foro Nacional de Ciencia y Tecnología y el premio Mujer en la Ciencia.

Estos premios destacan a las científicas que han sobresalido en sus campos. Hay otras iniciativas del sector privado que también estimulan a las niñas a emprender una carrera científica. La campaña de la compañía de teléfonos móviles Cell C’s "Trabaje un Día con una Niña" es un buen ejemplo. Se trata de un evento anual en el cual las niñas pueden aprender sobre las empresas que participan en esta iniciativa.

Tomará muchos años alcanzar la paridad numérica. Pero, en palabras de Tebello Nyokong, investigadora del cáncer de la Universidad Rhodes de Sudáfrica: "cada pequeña cosa que se alcanza es mejor en relación a cómo se comenzó; por eso cada logro hay que celebrarlo".

Naledi Pandor es Ministra de Ciencia y Tecnología de Sudáfrica.

Este artículo forma parte del Informe especial Superar las barreras de género en la ciencia.