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[QUITO] Mitad de los proyectos en marcha de la Universidad Central del Ecuador (UCE) — la universidad pública más grande del país, que tiene 40,000 alumnos y 2,500 profesores — están detenidos por escasez de recursos financieros.


Uno de los 28 proyectos de investigación paralizados es el estudio para el desarrollo de una vacuna contra la leishmaniasis. Esta enfermedad, que ataca a zonas tropicales y subtropicales, es endémica en el 60% del país y se trasmite a través de la picadura de un mosquito que inocula el parásito. El presupuesto aprobado es de 160 mil dólares.


“Hemos recibido únicamente el 25%. Ahora tenemos listas las vacunas para aplicarlas en los pacientes que no estuvieron en contacto con el parásito pero no tenemos fondos para regresar a las comunidades”, explica William Cevallos, director del proyecto.


También se detuvo el proyecto para estudiar la prevalencia e incidencia de infecciones nosocomiales en tres hospitales. Su director, César Ruano, afirma que cubrió parte del valor de las encuestas con dinero de su propio bolsillo.


La crisis de la investigación científica se vuelve más notoria durante el presente año porque se agotaron ya los fondos de un crédito de 30 millones de dólares que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entregó al país para el desarrollo del I Programa Nacional de Ciencia y Tecnología, ejecutado en el sexenio 1996-2002.


El país negocia con el BID un nuevo crédito, por 20 millones de dólares, para ejecutar la II Fase del Programa de CyT. Pero el reciente cambio de gobierno implica prácticamente el reinicio de las negociaciones, que empezaron en 2001.


La Ley de Educación Superior, vigente desde 1981, establece que el 1% del ingreso corriente neto del presupuesto del Gobierno debe destinarse a investigación y desarrollo, a través de las universidades. Esta suma representó, en el 2002, alrededor de 40 millones de dólares.


“No recibimos de eso un centavo. Ahora, pese a tanta insistencia, se presupuestaron 1,2 millones de dólares, aunque nos corresponderían 50 millones por Ley”, explica Patricio Vargas, director de Innovación Tecnológica y Competitividad del Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas (Conesup), que agrupa a 56 universidades, 32 de las cuales son públicas.


El Conesup tiene 44 proyectos de investigación pendientes, por el orden de 47 millones de dólares. Ninguno ha comenzado. “Los investigadores están ansiosos por arrancar pero no hay fondos”, afirma Vargas.


El presupuesto aprobado por el Congreso Nacional de Ecuador para ciencia en 2003 es de 2 millones de dólares, un tercio del valor planteado por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), organismo que rige el desarrollo de la ciencia del país.


El monto representa 0,03% del presupuesto general, mientras desde 1995 al 2002 el monto para ciencia había representado el 0,08%.

La crisis en la ciencia es reflejo de la crisis del país. Aunque el presupuesto del Gobierno para este año represente 6,701 millones de dólares (19% más que el año anterior), 2,240 millones del mismo se destinan al pago de la deuda pública (estimada en unos 14,000 millones de dólares). El recorte del gasto para ciencia obedece a una redistribución de las asignaciones, pues el país está atrasado en el pago de su deuda externa.