12/04/21

Chile y Uruguay, de casos modelos a situación de emergencia

covid Chile Uruguay
Durante la primera semana de abril, Chile había recibido cerca de 15 millones de dosis de vacunas de los laboratorios Sinovac y Pfizer. Además, se aprobó la vacuna del consorcio CanSino, que sumará 1,8 millones de dosis únicas durante mayo y junio. Crédito de la imagen: Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile.

De un vistazo

  • Chile y Uruguay registran casos récord de COVID-19 a pesar de su alta vacunación
  • Pérdida de percepción del riesgo debido a vacunas puede ser un factor para esa situación
  • Expertos coinciden en que hay que mantener cuidados y ritmo de vacunación

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Aunque Chile es el tercer país del mundo con más vacunas aplicadas por 100 habitantes y el sexto en la velocidad de vacunación diaria y Uruguay lidera desde abril el ranking mundial de inoculación per cápita, ambos países viven ahora su peor momento de la pandemia con picos sostenidos de contagios por COVID-19.

El relajamiento de las medidas de autocuidado de parte de la sociedad, la gestión política de la crisis sanitaria y la evolución del virus con la aparición de variantes más infectivas, son algunos de los factores que explican la actual situación, que tal vez no era esperada a medida que la vacunación avanzara.

En Chile, el proceso de vacunación anti COVID-19 empezó en febrero y hasta el cierre de esta edición lleva 30 por ciento de la población inoculada. Del total, más de un tercio ya recibió la segunda dosis, lo que implica que 22 por ciento del país está completamente vacunado.

Es importante frenar el ritmo de contagio en plena campaña de vacunación porque el aumento de casos puede traer aparejado la emergencia de nuevas variantes”.

Pilar Moreno, investigadora del Institut Pasteur de Montevideo, Uruguay

Uruguay, donde la vacunación comenzó el 27 de febrero, ya inoculó a más de 805.000 personas con una dosis (23 por ciento de la población) y unas 180.000 con dos dosis (5 por ciento).

Ahora con casos récords, los expertos coinciden en que no es tiempo de aflojar medidas y esperar a que la vacuna funcione. Destacan que el proceso de inoculación no debe detenerse y debe hacerse a la mayor velocidad posible.

Además, “es importante frenar el ritmo de contagio en plena campaña de vacunación porque el aumento de casos puede traer aparejado la emergencia de nuevas variantes”, dijo a SciDev.Net Pilar Moreno, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la Repúlica y del Institut Pasteur de Montevideo, de Uruguay.

A principios de abril, Uruguay fue el país que administró más cantidad de dosis de vacunas cada 100 habitantes. Fue el único país que superó un ritmo de inoculación superior a uno por ciento de su población por día. Fuente: Our World in Data.

Marzo y abril en alza

Marzo fue para Chile y Uruguay el mes en que el alza de casos fue más pronunciada hasta que abril trajo récords de casos diarios.

El 9 de abril, Chile registró 9.171 casos diarios de Covid-19, el mayor desde que se inició la crisis sanitaria. En el anterior pico de la pandemia, en el invierno de 2020, solo se había llegado a 6.938 casos diarios.

En Uruguay, el récord de casos diarios se alcanzó el 7 de abril con 3.935 nuevos contagios, y dos días después se anunció el récord de muertes, con 52 fallecidos en un día.

En busca de explicaciones para el escenario en Chile, expertos de ese país señalaron el relajamiento de las medidas de la estrategia “Paso a paso”, plan con el que el gobierno chileno ha manejado la pandemia.

“Se transmitió el mensaje de relajamiento sobre todo con el permiso de vacaciones (entre enero y marzo)”, dijo a SciDev.Net Juan Pablo Torres, infectólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Este permiso, que permitió a las personas moverse dentro del país y que podía sacarse una vez en esos meses, tuvo el foco en cuidar la salud mental, explica Torres, pero también se tradujo en una disminución de las medidas de autocuidado.

A ello se suma un proceso de testeo, trazabilidad y aislamiento no adecuados. “En el primero Chile está muy bien, pero en los otros dos es deficiente”, aseguró el infectólogo.

En efecto, mientras en las últimas semanas se realizaron en promedio 70.000 testeos diarios, en el pico de junio de 2020 solo se hacían 20.000 test al día. Por el contrario, en el reciente informe de monitorización de testeo-trazabilidad-aislamiento en la Atención Primaria de Salud, uno de cada tres centros dijo no estar realizando trazabilidad a los casos sospechosos. En informes anteriores, ese número no llegaba a uno de cada diez.

La dificultad de trazabilidad se debe a que cuanto mayor es la cantidad de casos, más difícil es seguir el hilo de contagios y, por ende, detectar infecciones derivadas de cada paciente. Además, en Chile hay subdeclaración de contactos estrechos porque supone una estigmatización.

En Uruguay, la cantidad de test diarios también está en aumento desde mediados de marzo, con un promedio que supera los 13.000 análisis por día. Sobre la trazabilidad, el Ministerio de Salud informó que en 41 por ciento de los casos confirmados no tiene nexo identificado.

Casos diarios de Covid-19 por día en Uruguay. Fuente: Our World in Data.

Movilidad y variantes

Para Katia Abarca, académica de la Pontifica Universidad Católica de Chile y directora médica de uno de los estudios de la vacuna de Sinovac en Chile, otro de los factores que llevó a la actual situación es la continuidad de los viajes internacionales. “Ello permitió que las nuevas variantes (de Brasil y Reino Unido) llegaran a Chile”, dijo a SciDev.Net.

Las fronteras se cerraron el 5 de abril. “El gobierno ha tenido una gran preocupación por la economía, pero sin salud no tenemos economía”, opinó la científica.

A fines de marzo, el Ministerio de Salud había identificado 64 casos de la variante del Reino Unido y otros 45 de la de Brasil (P.1.). “El problema es que la secuenciación (para identificar las variantes) es lenta y engorrosa”, aseguró Abarca. A fines de marzo, el Ministerio de Ciencia chileno anunció la incorporación de laboratorios universitarios al trabajo de secuenciación del virus para elevar de 150 a 500 las secuencias semanales.

En Uruguay funciona un grupo de trabajo interinstitucional de vigilancia genómica de SARS-CoV-2 que anunció (23 de marzo) la detección de la variante brasilera P1 en varias zonas del país y desde entonces estudios basados en muestras nacionales revelan que aumentó su prevalencia entre pacientes.

Si bien los expertos de ambos países creen que parte del pico de contagios podría deberse a la alta transmisibilidad de las nuevas variantes, aún no hay datos que lo confirmen.

En Chile, Uruguay, y también en Brasil, Argentina y Paraguay “la curva de casos es muy similar, con un alza a mediados de enero y otra desde la segunda quincena de febrero”, dijo a SciDev.Net Ximena Aguilera, directora del Centro de Epidemiología y Políticas de Salud de la Facultad de Medicina de la Clínica Alemana – Universidad del Desarrollo, y miembro del consejo asesor de COVID-19 del Ministerio de Salud chileno.

Las fiestas de fin de año y el retorno a las actividades habituales luego del verano explicarían en parte el fenómeno. “Sería la razón del porqué en la región no bajaron considerablemente los casos durante el verano tal como sí ocurrió en el hemisferio norte”, aseguró la especialista.

“En Uruguay la vacunación viene bien. Estamos en una fase exponencial de contagios y hay que esperar hasta mayo para ver el efecto de la vacuna en la población. De a poco los médicos ven que se infectan menos personas vacunadas, sobre todo con Pfizer BioNTech”, dijo Moreno. En el país, del total de vacunados con una dosis, alrededor de 20 por ciento recibió Pfizer y el resto la vacuna de Sinovac.

En Chile, según datos del Ministerio de Salud, la ocupación de camas críticas en el grupo de mayores de 70 años bajó 13 por ciento en marzo. En este grupo, la vacunación alcanza 83 por ciento del total. En cambio, en ese mes, entre las personas de 40 a 49 años (con una vacunación de 1,32 por ciento) los contagios aumentaron en 157,62 por ciento.

“Esto demuestra que mientras no se alcance la inmunidad de rebaño, no se pueden relajar las medidas de autocuidado”, enfatizó Juan Pablo Torres.