04/03/10

Energía solar para pobres requiere apoyo gubernamental

India cuenta con 700.00 sistemas solares domésticos y Sri Lanka con 125.000 Crédito de la imagen: Flickr/World Bank Photo Collection

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Gobiernos del sur de Asia deben apoyar la energía solar para hacerla asequible a los pobres del campo, dice Vishaka Hidellage, experto en desarrollo

Las crecientes demandas de energías en el sur de Asia, región de rápido crecimiento, se satisfacen principalmente aumentando la generación centralizada de energías no renovables —basadas en el carbón, gas y petróleo— y su distribución a través de la red eléctrica.

Sin embargo, el interés por las energías renovables, como la conexión a la red de sistemas solares, está aumentando al igual que el creciente interés de la región por hacer frente al cambio climático. India y Sri Lanka han introducido las opciones de ‘medición neta’ para facilitar tales sistemas, a través de los cuales se paga a los generadores de pequeña escala por su producción neta de electricidad, por encima de sus necesidades domésticas. Y Sri Lanka ha empezado recientemente a usar la tecnología más avanzada para transferir la energía generada desde los tejados a la compañía eléctrica, a través de la red.

Pero tales estrategias solamente funcionan en áreas cubiertas por la red. Y un gran porcentaje de las 706 millones de personas que no cuentan con electricidad en el sur de Asia vive en localidades remotas donde la extensión de la red es costosa, poco práctica o simplemente no es viable.

En una región bendecida con mucha luz solar, los generadores de políticas deberían enfocarse más bien en aprovechar las soluciones descentralizadas que brinda la energía solar para cubrir el déficit de energía.

Amanecer solar

Hay evidencias de que los gobiernos están despertando lentamente a este potencial de la energía solar. Por ejemplo, muchos países del sur de Asia ahora promueven Sistemas Domésticos Solares (SDS) para la electrificación rural, y proporcionan pequeños subsidios o donaciones para fomentar su uso. Los sistemas consisten de un panel solar fotovoltaico conectado a una batería y un controlador de carga, con una o más tomas de corriente para alimentar los equipos eléctricos.

Los SDS son convenientes y pueden satisfacer las necesidades básicas de electricidad de los habitantes rurales. También tienen otros beneficios, como reducir las emisiones de carbono y eliminar el costo y los riesgos para la salud asociados con el uso de combustibles tradicionales como el kerosene.

Instituciones internacionales de financiación, como el Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Mundial, han apoyado proactivamente los esfuerzos gubernamentales para instalar los SDS en lugares remotos, mediante préstamos y diseño de proyectos.

Subsidios solares

Los proveedores de microcréditos que ofrecen pequeños préstamos para ser pagados en 2 a 3 años, como Grameen Shakti en Bangladesh, también están incrementando las posibilidades de los pobres del campo para adquirir los SDS.

Pero mientras el número de SDS instalados en el sur de Asia es impresionante —India cuenta con 700.000 sistemas (44MW), Sri Lanka con 125.000— el alto costo inicial y su limitada aplicación está impidiendo su rápida expansión.

Todavía hay una gran brecha entre el costo de un sistema solar y lo que los pobres pueden pagar. Cada sistema cuesta US$0.25-0.43 (INR 12-20) por kWh en India y más de US$0.28 (LKR 32) por kWh en Sri Lanka, cerca de tres veces el costo de una red convencional de electricidad.

Sin embargo, en lugares donde no hay red, alternativas como la energía solar son la única opción a pesar de su alto costo. La red de electricidad ha absorbido subsidios ocultos que no son pagados por el consumidor urbano. Pero el argumento para subvencionar de manera similar la electrificación rural rara vez gana o, cuando menos, consigue una justa defensa. Los subsidios gubernamentales son claves para hacer asequible esta tecnología.

Crecimiento doméstico

Los gobiernos también deben ayudar a aumentar la adopción de los sistemas solares mediante el mejoramiento de la infraestructura que los respalda. Esto incluye superar la falta de voluntad de las compañías de servicios públicos de suministrar servicios por fuera de la red eléctrica, desarrollar modelos empresariales exitosos de energía solar y de financiamiento, apoyar la financiación del consumidor e invertir en investigación y desarrollo de la tecnología solar en sí.

Aplicaciones como el bombeo de agua, la deshidratación y la calefacción podrían mejorar los ingresos de los pobres. Facilitar la investigación y el desarrollo local, la fabricación y la capacidad de creación ayudará a lograr estos objetivos.

Los gobiernos deben abandonar las restricciones políticas, como el subsidio de las energías no renovables, las estructuras tarifarias y los derechos de importación, y en su lugar buscar tarifas diferenciadas y exoneraciones tributarias para la importación de los paneles fotovoltaicos al país.

Canalizar el apoyo gubernamental hacia la construcción de las capacidades locales y encontrar oportunidades para añadir valor a los productos solares debería ser una prioridad particular. El negocio solar en el sur de Asia está dominado por unos cuantos jugadores globales clave y los componentes son importados y caros. La pequeña parte de manufactura local o de valor agregado que tienen, es por lo general menos de 25 por ciento y se limita a la fabricación de baterías o cableados.

Los incentivos gubernamentales para promover los SDS principalmente van a compañías privadas centralizadas, lo que significa que todo el trabajo de desarrollo es hecho externamente, con poca oportunidad para la construcción de la capacidad local en las técnicas y tecnologías de la energía solar.

Energía para las personas

Sin embargo, existen algunos intentos para mejorar esta situación, como los programas de empoderamiento de la comunidad en India y Bangladesh que capacitan a las personas para construir y mantener componentes como controladores de carga y circuitos de luz.

India también ha alcanzado algunos éxitos en la fabricación solar local mediante la colaboración con grandes compañías de energía. Al hacerlo, el país ha reducido el costo de las opciones solares y ha expandido el rango de las aplicaciones solares para incluir bombas solares de agua, alumbrado público solar, lámparas y cocinas solares, señales solares ferroviarias y de tránsito y cabinas telefónicas solares.

Pero hay un margen significativo de mejora, pues la energía solar aún contribuye solamente con el 0.02 por ciento de la generación de energía en India y 0.06 por ciento en Sri Lanka.

Los sistemas solares por fuera de la red tienen el potencial de mejorar radicalmente el acceso a la energía en el sur de Asia y ayudar a los pobres. Pero los beneficios de la tecnología solar están en riesgo de pasar por alto a quienes más lo necesitan: los pobres del campo, a menos que los gobiernos den un paso adelante para apoyarlos.

Vishaka Hidellage es director regional del Programa Practical Action de Sri Lanka, India y Pakistán