17/03/10

¿Cómo comprar un panel solar?

Casa solar al borde del bosque de Sundarban, Bangladesh Crédito de la imagen: Ashden Awards

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La energía solar puede alumbrar los hogares pobres no integrados a una red, pero la gente ¿puede comprar el equipo? Un informe de Pinaki Roy y Katherine Nightingale

Cuando cae la noche, Shafiqul Islam, un profesor de la diminuta aldea de Saatkuta, puede ver las luces eléctricas parpadeando en las aldeas indias a lo largo de la alambrada que delimita la frontera.

Pero en su pueblo, a 300 kilómetros de la capital Dhaka y con solo 125 viviendas, la electricidad ha sido un sueño.

Como ocurre con el 70 por ciento de los 140 millones de habitantes de Bangladesh, el pueblo de Shafiqul no forma parte de la red eléctrica y la gente depende principalmente de las lámparas de kerosene para alumbrarse.

Pero recientemente unas cuantas luces eléctricas han aparecido en el pueblo. En 12 casas, tan pronto como empieza a atardecer, surge el resplandor de las lámparas fluorescentes compactas alimentadas por sistemas de energía solar.

Shafiqul fue el primero en comprar un sistema solar doméstico. Su sistema de 50 vatios carga una batería durante el día, lo cual permite que su casa tenga tres o cuatro focos de luz y un televisor cuando menos durante cuatro horas por la noche.

Eso está transformando su vida poco a poco: corrige los exámenes al anochecer y después lee o mira televisión. Pero muchos más podrían estar haciendo lo mismo.

Compra de sistemas domésticos

No ha sido fácil poner en manos de los pobres y aldeanos de lugares remotos sistemas de energía solar confiables. A lo largo de África y Asia, las organizaciones están probando diferentes métodos, dice Anne Wheldon, directora técnica del Premio Ashden para la Energía Sostenible, del Reino Unido, promotores de formas locales de energía de baja emisión de carbono.

Los dos más prometedores son los que facilitan a la gente la compra de los sistemas y la promoción de algunos métodos de mantenimiento a largo plazo, señala. Las personas pueden obtener un préstamo de un banco o una entidad de microcrédito y comprarlo directamente. También puede ser que una organización no gubernamental (ONG) o una empresa social instale los sistemas a cambio de pagos distribuidos en un periodo acordado.

Wheldon afirma que los programas de ayuda y los de gobierno han tenido menos éxito que estos dos métodos. “Hay varios programas gubernamentales de energía solar alrededor del mundo que no han funcionado muy bien”, indica.

“Han puesto lo mejor de su parte pero con frecuencia no tienen un buen servicio. Los sistemas de energía solar no necesitan muchos servicios pero cualquier equipo requiere de cierto nivel de reparación”, explica.

Máquina de coser con energía solar: no ha sido fácil poner en manos de campesinos pobres y de habitantes de lugares remotos sistemas de energía solar confiables

Ashden Awards

Katie Bliss, administradora de programas de SolarAid –una ONG con sede en el Reino Unido cuyo objetivo es llevar energía solar a los pobres– concuerda con Wheldon.

“Parte del por qué han fallado los proyectos de energía solar en el pasado es debido a que hay falta de apropiación. La ayuda puede crear dependencia y no brinda el suficiente poder a las personas para hacer las cosas por sí mismas, y puede además socavar las competencias y capacidades que realmente existen en los países”, añade.

La realidad de los microcréditos

En Saatkuta, Shafiqul adquirió su sistema de energía solar a través de un microcrédito.

“No estaba en condiciones de pagar el costo total de 26.800 takas (US$387) de una sola vez”, dice. “Pero me enteré que estaban ofreciendo plazos y eso sí era asequible para mí”.

Por su primer sistema de 50 vatios dio una cuota inicial de US$72 y actualmente está pagando US$11 mensuales durante tres años.

El costo es casi el mismo del que solía gastar usando lámparas de kerosene por las noches, asegura.

Detrás del esquema de energía solar para Bangladesh está Graneen Shakti, una empresa sin ánimo de lucro del Graneen Bank, que ha hecho una revolución en los microcréditos, lo que le ha valido el Premio Nobel de la Paz para su fundador Muhammad Yunus.

Desde 1966, Graneen Shaktu ha vendido 280.000 sistemas solares domésticos que han beneficiado a tres millones de personas. Muchos de sus clientes son agricultores, tenderos y comerciantes.

Fazlul Haque, gerente general adjunto de Grameen Shakti explica: “Tratamos de venderles bajo diversas modalidades, pagando el costo total en efectivo o en cuotas de dos a seis meses”.

Pero gran parte de los habitantes del campo no está en posibilidades de pagar mucho dinero de un solo contado. Por lo tanto, Graneen Shakti ahora ofrece la posibilidad de pagar cuotas pequeñas durante dos o tres años.

Los vendedores de las oficinas en el campo cobran las cuotas mensualmente a los clientes, con un exitoso comportamiento de pagos de aproximadamente 94 por ciento.

Los préstamos no cubren todo

Grameen Shakti tiene una gran infraestructura: 726 sucursales en 110 oficinas regionales, supervisada por 12 divisiones además de 45 centros tecnológicos.

Un beneficio es que los préstamos provienen de una organización prestamista que cuenta con una gran cantidad de capital lo cual garantiza su operación, puntualiza Wheldon.

Al lado, en la India, el Aryavart Gramin Bank, que proporciona servicios bancarios a las áreas rurales de Uttar Pradesh, también ofrece a sus clientes un programa de préstamos sólido y exitoso para adquirir sistemas de energía solar.

Pero no todos tienen acceso a los bancos o a los microcréditos. Aunque este financiamiento está diseñado para ayudar a la gente pobre, las condiciones todavía pueden ser imposibles de cumplir por los más pobres.

Tal como asegura Wheldon, los programas que otorgan préstamos para equipos pueden estar limitados a quienes ya son clientes del banco. “Ellos también pueden requerir algún tipo de garantía, que la gente más pobre no tiene. Por ejemplo, los clientes del esquema del Aryavart Gramin necesitan un buen historial crediticio para calificar para un préstamo con este propósito”. También necesitan dar un 20 por ciento de cuota inicial.

Incluso en Bangladesh, Grameen Shakti tiene que insistir en la evidencia de que el cliente tiene un ingreso regular mínimo antes de aprobar el préstamo.

Wheldon compara esta situación con la de los préstamos agrícolas.

“Una gran cantidad de bancos aprueban préstamos para equipo agrícola donde ven potencial para ganar dinero”, subraya. “La diferencia con un sistema de energía solar es que puede haber un potencial de ganancia (por ejemplo, trabajo nocturno), pero ello no necesariamente va a ser así”.

“Ayudaría si el sistema bancario y de microcréditos entendiera bien que los sistemas de energía solar pueden ser una buena inversión”, dice.

El enfoque de las ONG

Otro enfoque, en el cual las ONG actúan como ‘intermediarias’ para proporcionar el crédito y trabajar con los clientes, también está en marcha en Bangladesh.

La Infrastructure Development Company Ltd (IDCOL por sus siglas en inglés), creada por el gobierno de Bangladesh, está trabajando con varias ONG para vender sistemas solares domésticos. Con apoyo del Banco Mundial, IDCOL provee una subvención de US$46 a las ONG por cada sistema que vendan. Hasta el momento, 14 ONG forman parte del esquema y otras 6 se han registrado.

Casas solares benefician a tres millones de personas

Flickr/Barefoot Photographers of Tilonia

Monirul Islam, gerente general de IDCOL, dice que las subvenciones a las ONG han ido disminuyendo gradualmente a medida que el sistema se ha vuelto más popular, debido a que el gobierno quiere que las ONG sean autosuficientes. Además de las subvenciones, el Banco Mundial está financiando a IDCOL para que conceda préstamos a la mitad de la tasa comercial a las ONG socias para ayudarlas a promover los sistemas.

Hasta diciembre de 2009, IDCOL había aprobado más de 416.000 sistemas domésticos solares.

Con las ‘pilas’ puestas

Otra ventaja del enfoque de las ONG es que también pueden brindar mantenimiento a los sistemas mientras venden a nuevos clientes.

“Si alguien va a cobrar el pago de un sistema también puede estar capacitado para hacer las revisiones básicas de los sistemas en funcionamiento. Es una buena manera de vincular el servicio con el pago”, subraya Wheldon.

El Aryavart Gramin Bank aborda los servicios pagando una pequeña cantidad a un empresario local para que realice el mantenimiento. El dinero se añade a los costos del sistema.

“Pero se necesita hacerlo a gran escala; no funcionaría a través de un pequeño banco local”, asegura Wheldon.

En Bangladesh, Grameen Shakti proporciona a sus clientes cursos de capacitación en mantenimiento de un día de duración.

Los empresarios entran a escena

Ya sea manejado directamente por un banco, por una operación de microcréditos, o indirectamente a través de una ONG, hay un problema de magnitud: cómo cobrarle a miles de personas.

Una forma de llegar a más personas es vender los sistemas solares a los empresarios.

Sunnymoney, un proyecto de la ONG SolarAid del Reino Unido, actúa como agente intermediario (broker en inglés), juntando a los bancos y empresarios, proporcionando a estos últimos los equipos para energía solar y el conocimiento necesario cuando han obtenido el financiamiento.

Fue lanzado en Kenia en enero de 2009 y ahora ya está establecido en Malawi, Tanzania y Zambia. Asesora a 130 empresarios en los cuatro países. Están vendiendo miles de luces y cargadores solares.

Sunnymoney no proporciona créditos, de manera que los empresarios deben comprar sus propios productos solares, por lo general un panel solar que carga las baterías con energía para una lámpara LED o un cargador de teléfono móvil. Pueden adquirirlos por unos US$21 y vender cada uno en US$25.

Pero SolarAid ayuda a los empresarios a encontrar créditos, haciéndolos coincidir con fuentes locales de microcréditos como cooperativas financieras, bancos o instituciones de beneficencia de micropréstamos.

La clave: el crédito

Un obstáculo para los más pobres, sin embargo, es que con frecuencia tienen que comprar los sistemas de energía solar a los empresarios en un solo pago.

Sunnymoney desarrolla un modelo de vivienda solar más económico que puede adquirirse por partes a lo largo del tiempo

Ashden Awards

“Los empresarios por sí mismos no están en condiciones de ofrecer financiamiento”, indica Bliss. “En ciertos casos, ofrecerán una especie de sistema de crédito, pero hacerlo está completamente fuera de sus funciones, podrían hacerlo dentro de sus comunidades o redes sociales, pero es decisión propia para cada caso”.

Por lo tanto, agrega, los sistemas de energía solar probablemente lleguen a la clase media baja de las áreas rurales pero no a los que son más pobres. Para hacer frente a esta situación, Sunnymoney está trabajando en un sistema doméstico solar más barato que se puede comprar por piezas en diferentes momentos, al que los consumidores le pueden ir añadiendo paneles extras, luces y cargadores cuando tengan posibilidades de pagarlos.

actualmente está buscando inversión social para empezar el proyecto. La idea es que las empresas inviertan en “empresas sociales” que operen igual que los negocios pero para las cuales sea esencial obtener resultados sociales.

“Las ONG también pueden ayudar a la gente que no puede obtener créditos de los bancos”, anota Wheldon.

El elemento crucial para las ONG es vincularse a una fuente de crédito, como en la iniciativa IDCOL en Bangladesh.

Alquile una luz

Para aquellos que no están en capacidad de comprar un sistema, alquilarlo puede ser una opción, continúa Wheldon. Un comerciante, por ejemplo, podría alquilar una linterna solar pre cargada para la noche, con el objeto de mejorar su negocio en el mercado nocturno.

Los sistemas de energía solar más pequeños se están volviendo cada vez más asequibles para los pobres. De todas las maneras de llevar luz a sus hogares y negocios – el apoyo, los microcréditos, los proyectos de las ONG, el alquiler– Wheldon cree que los microcréditos a través de los bancos son la mejor opción.

Es una ruta que tiene el potencial de expandirse; para las ONG es difícil expandir la cobertura debido a que no cuentan con grandes reservas de capital que puedan aprovechar.

“Sería fantástico si los préstamos para energía solar se vuelven parte de las operaciones regulares de los bancos”, añade.

Tal vez eso permitiría que todos los hogares de Saatkuta se iluminen la noche.