22/11/13

Cursos en línea no educan a pobres, según encuesta

Computer lab brazil PlayPower Foundation.jpg
Crédito de la imagen: PlayPower Foundation

De un vistazo

  • Cursos masivos abiertos en línea parecen reforzar ventajas de las élites
  • Más del 80 por ciento de estudiantes encuestados de estos cursos ya tiene título universitario
  • Mejor acceso tecnológico y a la educación básica puede ayudar a que estos cursos cumplan su promesa

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

Los cursos masivos abiertos en línea (conocidos como MOOC por sus siglas en inglés) no están llegando a los pobres sino que sirven a los ricos y bien educados de los países en desarrollo, revela una investigación.
 
Una encuesta mundial de casi 35.000 estudiantes que participan en estos cursos del servicio Coursera de educación en línea encontró que la mayoría ya están bien educados y empleados y son mayoritariamente hombres.
 
Los resultados, publicados hoy en una carta dirigida a Nature, sugieren que los cursos MOOC refuerzan las ventajas de los ricos en lugar de educar a quienes más necesitan acceso a la educación gratuita.

Estos cursos están dando más a quienes ya tienen mucho”.

Gayle Christensen, coautor

Según la encuesta, realizada por investigadores de la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos, más del 80 por ciento de los estudiantes de estos cursos ya tenían un grado universitario y 44 por ciento un posgrado.
 
“Si nos fijamos en lo que algunos comentaristas dicen sobre lo que los cursos masivos abiertos en línea podrían hacer, el objetivo es revolucionar el acceso a la educación. Se han dicho cosas como: ‘Nada tiene el poder de liberar miles de millones de cerebros como los cursos masivos en línea’”, comenta a SciDev.Net Gayle Christensen, coautor de la encuesta. “Así que nos fijamos en los datos para ver si ese era el caso. En este punto, los cursos están dando más a quienes ya tienen mucho”, asegura.
 
La encuesta encontró que el porcentaje de estudiantes de estos cursos con grado universitario supera con creces el porcentaje de la población general con tales calificaciones.
 
Esta disparidad es particularmente marcada en Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica, donde casi el 80 por ciento de los estudiantes de MOOC proviene del seis por ciento más rico y mejor educado de la población.
 
La carta a Nature dice que se requiere mejorar el acceso a la tecnología y a la educación básica en todo el mundo antes de que este tipo de cursos pueda cumplir su promesa.
 
La encuesta también encontró que los hombres representan alrededor de dos tercios de los estudiantes de estos cursos en los países que no pertenecen a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, un grupo compuesto principalmente por naciones ricas.
 
“Pienso que es un reto al que [los proveedores de MOOC] se van a enfrentar: superar las normas culturales y sociales que están restringiendo el acceso a la tecnología y la educación. Si queremos que estos cursos potencien el acceso abierto, tenemos que averiguar cómo podemos hacer que más mujeres y niñas accedan a ellos”, puntualiza Christensen.
 
Claire Davenport, directora de comercio, operaciones y desarrollo internacional de FutureLearn, empresa propiedad del instituto de aprendizaje a distancia de la Open University del Reino Unido, y una de las proveedoras de estos cursos señala que “la razón de ser de MOOC al ser gratuito y no requerir experiencia previa o calificaciones tiene que ver con la democratización de la educación y la ampliación del acceso”.
 
“Casi todo lo que tiene que ver con estos cursos consiste, en realidad, en hacerlos accesibles a la mayor cantidad posible de personas”, indica.
 
“Obviamente, en áreas donde no hay acceso a Internet, el aprendizaje en línea será más que un desafío. Pero algo interesante sobre estos cursos es que es muy posible que las personas compartan una computadora”, afirma Davenport.
 
Enlace a la carta en Nature (en inglés)
    
La versión original de este artículo se publicó en la edición global de SciDev.Net

References

Nature doi: 10.1038/503342a (2013)