11/12/18

Se desconoce estado de contaminación de reservas marinas

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Contaminación de los océanos es una grave amenaza a la biodiversidad marina. Crédito de la imagen: Panos

De un vistazo

  • Contaminación de reservas marinas es una seria amenaza para la conservación de océanos
  • Información disponible no permite estimar adecuadamente las amenazas a la biodiversidad marina
  • Actualmente hay 11.169 áreas marinas protegidas repartidas en todo el mundo

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[SÃO PAULO] Las bases de datos científicas cuentan con poca información acerca de la contaminación en las unidades de conservación marina, según una revisión de los trabajos sobre contaminación química y sus efectos biológicos en estas áreas realizada por un equipo de investigadores brasileños.
 
Además, la cantidad de publicaciones que contienen esas bases de datos es bastante pequeña: el equipo solo encontró 1,291 artículos científicos sobre contaminación en dichas áreas, pese a que este problema constituye una de las principales amenazas para la conservación de los océanos.
 
Sin embargo, después de seleccionar los artículos adecuados basándose en un análisis más detallado del contenido de cada publicación, quedaron solamente 96 artículos, que habían investigado solo el 0,6 por ciento de las reservas marinas del mundo.
 
A pesar de que dichos estudios reportaron problemas en los sitios que analizaron, el nivel de información sobre la contaminación no fue suficiente para diagnosticar cuáles eran las amenazas a la fauna marina o para respaldar otras acciones, señala la investigación.
 
Ninguno de los estudios proporcionó información a largo plazo sobre el efecto de las variaciones temporales sobre las concentraciones y distribución de los contaminantes o sobre los efectos biológicos medibles, por ejemplo.
 
“Ante esto, no podemos estimar los efectos a largo plazo de la contaminación en estos lugares, ni comparar la contaminación con otras amenazas conocidas para las áreas marinas protegidas”, explica a SciDev.Net Denis Moledo de Souza, oceanógrafo de la Universidad Estatal de Sao Paulo y autor principal del estudio, publicado en Environmental Pollution.
 
Señala que es probable que los contaminantes actúen en conjunto con otros factores de estrés, ya que están integrados en complejos ecosistemas y procesos ecológicos.
 

… No podemos estimar los efectos a largo plazo de la contaminación en estos lugares, ni comparar la contaminación con otras amenazas conocidas para las áreas marinas protegidas

Denis Moledo de Souza, Universidad Estatal de Sao Paulo
 

El problema es que la información disponible en la mayoría de los estudios no es lo suficientemente sólida para estimar adecuadamente los impactos ecológicos de esas interacciones y las amenazas a la biodiversidad o para respaldar los cambios en la política ambiental.
 
“Solo podemos especular que el resultado de tales interacciones es la pérdida de especies y la disminución de los ecosistemas marinos dentro de las áreas marinas protegidas”, señala.
 
Actualmente hay 11,169 áreas marinas protegidas repartidas por todo el mundo, según el Instituto de Conservación Marina, una organización sin fines de lucro que busca identificar y proteger los ecosistemas oceánicos vulnerables en todo el mundo.

Estos sitios generalmente se crean para proteger o restaurar los hábitats marinos, la biodiversidad, los procesos ecológicos y para ayudar a mantener la productividad de la pesca, lo que puede ayudar a reducir la pérdida de biodiversidad y los índices de pobreza, así como a impulsar un desarrollo sostenible.
 
Sin embargo, el Fondo Mundial para la Vida Silvestre estima que solo el 4 por ciento de los océanos del mundo están protegidos, y que la mayoría de los parques y reservas marinas existentes están mal administrados o no están cuidados en absoluto.
 
“La conservación de las áreas marinas protegidas será efectiva solo si se maneja adecuadamente, si se controlan los factores de estrés y si hay datos disponibles para evaluar adecuadamente las políticas de manejo”, destaca Souza. “Eso incluye tener información sobre la contaminación causada por sustancias químicas liberadas en el mar”, agrega.
 
Alexander Turra, oceanógrafo del Instituto Oceanográfico de la Universidad de Sao Paulo, está de acuerdo en que los estudios sistemáticos sobre las unidades de conservación marina son escasos y que ese monitoreo por lo general ni siquiera está previsto en sus políticas de manejo.

Sostiene que esa carencia “tiende a obstaculizar los trabajos de los investigadores en la evaluación de la calidad de las unidades de conservación marina y si están alcanzando los objetivos para los que fueron creados”.
 
Añade que las áreas marinas protegidas no son inmunes a la contaminación, incluso si están ubicadas lejos de una fuente de polución. Esto se debe a que los contaminantes pueden viajar largas distancias, cruzando fronteras. Las principales fuentes de contaminación actualmente conocidas que amenazan la salud de los océanos incluyen aguas residuales tratadas y no tratadas, minería, drenaje urbano, dragado y eliminación de sedimentos, explotación de petróleo, transporte y refinación, derrames de petróleo, puertos deportivos y fábricas, entre otros.
 
Hudson Pinheiro, ictiólogo brasileño de la Academia de Ciencias de California, Estados Unidos, dice que las actividades con alto potencial de contaminación están muy reguladas en los países desarrollados, ya que sus impactos ecológicos se conocen desde hace mucho tiempo.
 
"Sin embargo, en los países en desarrollo, incluso conociendo el potencial contaminador, los requisitos ambientales son más débiles y, en consecuencia, el medio ambiente y la sociedad terminan pagando el precio", indica a SciDev.Net.
 
"Es importante estimular y fortalecer las asociaciones entre estos parques marinos y las universidades locales o los centros de investigación cercanos para elaborar planes de manejo adecuados y evaluaciones sistemáticas de su estado de conservación", dice Turra.
 
Añade que este estudio es importante y podría servir como base para el desarrollo de estrategias que aseguren la efectividad de la conservación en las reservas marinas, que solo se pueden lograr si hay información consistente disponible para respaldar la toma de decisiones.
 
El estudio publicado en Environmental Pollution fue apoyado por FAPESP, un donante de SciDev.Net.

Enlace al documento completo en Environmental Pollution