04/01/14

Activistas temen que tratado afecte a países del Pacífico

Chris Stovers PANOS
Crédito de la imagen: Chris Stovers/PANOS

De un vistazo

  • Activistas temen que el tratado propuesto pueda limitar las libertades de Internet y acceso a los medicamentos
  • Un plan para extender la protección de los derechos de autor podría obstaculizar el flujo de conocimiento
  • Las conversaciones sobre el acuerdo se reanudarán este año

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[BANGKOK/BUENOS AIRES] Las recientes conversaciones para un tratado entre 12 países de la costa del Pacífico, que se espera continúen este año después de que fallaran las negociaciones en diciembre pasado, ha desatado discrepancias a ambos lados del Pacífico.
 
Activistas de América Latina y del Sudeste Asiático temen que las negociaciones puedan restringir aún más el libre uso de Internet y limitar el acceso a medicamentos genéricos al extender el alcance de grandes compañías en el ámbito de la propiedad intelectual.
 
Las negociaciones sobre el Acuerdo Estratégico Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés) han sido secretas, pero un borrador del capítulo sobre propiedad intelectual se filtró en noviembre a través de la organización mediática WikiLeaks, lo que alimentó la preocupación sobre las ramificaciones del acuerdo propuesto. 
 
“La provisión vital de medicinas genéricas accesibles, de las cuales dependen millones, podría verse severamente restringida por los términos del pacto comercial”, dijo la organización de ayuda médica Médecins Sans Frontières en un comunicado difundido el mes pasado.
 
La organización dijo que las demandas de Estados Unidos de que la información clínica para algunas medicinas se clausure por 12 años garantizaría una protección adicional al monopolio de las empresas biofarmacéuticas.

 

“La provisión vital de medicinas genéricas accesibles, de las cuales dependen millones, podría verse severamente restringida por los términos del pacto comercial”.

Médecins sans Frontieres

Esto retrasaría las autorizaciones de versiones genéricas de drogas, añadió. La organización basada en Ginebra instó a los países involucrados en las negociaciones a rechazar medidas que dañarán el acceso a las medicinas, argumentando que los términos actuales del acuerdo restringirán el acceso a medicinas accesibles para millones de personas.
 
Preocupaciones en el Sudeste asiático
 
Los negociadores del acuerdo llegaron a Singapur el mes pasado para otra ronda de pláticas sobre el TPP, un acuerdo comercial entre 12 países encabezado por Estados Unidos que involucra a cuatro países —Brunei Darussalam, Malasia, Singapur y Vietnam— de los diez miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
 
Australia, Canadá, Chile, Japón, México, Nueva Zelanda y Perú también forman parte.
 
Representantes del gobierno de Estados Unidos dicen que el tratado de libre comercio incluiría provisiones de “altos estándares” sobre derechos laborales, atención de salud y medio ambiente, a la vez que también catalizarían las ampliamente necesarias reformas de empresas estatales que dominan algunas de las economías asiáticas.
 
“En todos nuestros acuerdos, se ha dejado en claro que todos los países tienen derecho a regular, en el interés de la salud, seguridad y protección medioambiental de la gente”, dijo Michael Froman,  representante de Estados Unidos, en una videoconferencia de prensa en agosto del año pasado.
 
Pero activistas en varios países advierten que, de ser firmado, el acuerdo restringiría la disponibilidad de bienes y servicios esenciales como  medicamentos, semillas y acceso a Internet en partes del Sudeste Asiático y de manera más amplia en el mundo en desarrollo, con consecuencias nefastas para millones de personas.
 
“Los países del Sudeste Asiático que puedan competir con China con menores salarios y condiciones de trabajo podrían obtener algunos trabajos temporales por fuera del TPP, pero a cambio tendrán que transar la atención de salud accesible, agricultura doméstica y gran parte de su soberanía nacional”, dice Arthur Stamoulis, director ejecutivo de Citizens Trade Campaign, una coalición de grupos activistas con base en Washington.
 
Las leyes de propiedad intelectual en el Sudeste Asiático son débiles en comparación con sus similares en Estados Unidos, de manera que a los oponentes al TPP les preocupa que éste permitiría a corporaciones multinacionales usar las leyes locales para su ventaja, típicamente reafirmando un derecho legal para proteger su propiedad intelectual.
 
Preocupaciones de salud
 
El TPP podría, por ejemplo, permitir que las compañías tabacaleras multinacionales bloqueen futuros intentos de los gobiernos para pedir etiquetas más grandes en los paquetes de cigarrillos advirtiendo a los fumadores sobre los efectos de su consumo para la salud, dice Mary Assunta, asesora principal en política de la Alianza para el Control del Tabaco del Sudeste Asiático. Y añade que 127 millones de adultos ya son fumadores en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, por lo que un nuevo incremento en el hábito de fumar tendría serios impactos en la salud pública.
 
El tratado comercial también fortalecería la influencia de las compañías farmacéuticas internacionales y reduciría el acceso público a las medicinas genéricas, dice Saunthari Somasundaram, presidenta de la Asociación Nacional del Cáncer de Malasia.
 
El costo de los fármacos ya es una carga mayor para el acceso al sistema de salud en Malasia, donde 80 por ciento de la población recibe atención de salud a través de hospitales o clínicas estatales, añade Saunthari, y los medicamentos genéricos son un recurso que salva vidas para muchos pacientes de bajos ingresos.
 
“Nos oponemos a cualquier regulación que disminuya la habilidad de [Malasia], que es un país en desarrollo, para tratar de manera efectiva el cáncer y salvaguardar la salud de su gente”, dice a SciDev.Net.
 
Derechos digitales
 
El TPP también restringiría las libertades en el ámbito digital, de acuerdo con Jeremy Malcolm, director general de política de Consumers International, un grupo de defensa con base en Londres que representa a grupos de consumidores en 120 países.
 
Malcolm dice que el tratado permitiría a los proveedores de servicios de Internet monitorear fotos o videos privados si se sospecha que el material infringe derechos de autor.
 
Esto, dice, “es problemático desde una perspectiva de privacidad. Aprobar esta capacidad de la ley comercial sin una revisión completa de las implicaciones para la privacidad es desconcertante.”
 
En Singapur durante el mes pasado (7 a 10 de diciembre), los países del TPP fracasaron en alcanzar un acuerdo, pero votaron para continuar sus largas negociaciones este año. Michael Froman, el representante de Estados Unidos en el tratado, describió las negociaciones de cuatro días como “muy exitosas”.
 
Pero Stamoulis, de la Citizens Trade Campaign dice a SciDev.Net  que los países en desarrollo deberían estudiar cuidadosamente las lecciones de tratados de libre comercio liderados por Estados Unidos y firmados previamente, los cuales dice que han contribuido al desplazamiento rural y a una presión para disminuir los salarios, entre otros problemas.
 
Añade que las ventajas competitivas que podrían obtener los países en desarrollo al sumarse al TPP están lejos de ser aseguradas en el largo plazo, dado que otras naciones podrían potencialmente socavarlas al firmar otros tratados de libre comercio con Estados Unidos.
 
Preocupaciones desde América Latina
 
Francisco Vera, director de proyectos de la ONG chilena Derechos Digitales, argumenta que la agenda del TPP modificaría la forma en que se producen y distribuyen los bienes culturales en América Latina, en donde los estándares legales ya son suficientemente altos como para garantizar a los autores la protección de su trabajo.
 
El borrador del acuerdo solo beneficiaría a las industrias y a los dueños de estos derechos y no necesariamente a los autores, dice.
 
“Representa una seria amenaza a nuestros derechos en Internet y también a otros derechos ligados a temas de propiedad intelectual”, dice. “Las posibles ventajas que un país como Chile podría recibir de un acuerdo como este son canceladas por los impactos negativos del TPP”.
 
Vera, quien encabeza una campaña para que se abra la discusión pública sobre el acuerdo, dice que el TPP hará más difícil y caro el acceso a películas, libros y conocimiento en general, y hará más estrictas las provisiones para las violaciones de derechos de autor, lo que repercutirá en una caída drástica de dichos materiales en Internet.
 
Aunque la Internet es global, las realidades económicas y sociales son nacionales y locales, y esto debe tenerse en cuenta, dice a SciDev.Net Julio Vega, director general de la Asociación Mexicana de Internet.
 
Vega dice que la intención del acuerdo de restringir el libre flujo de datos personales para transacciones comerciales y requerir que las compañías transnacionales tengan servicios de Internet nacionales en cada país podría obstaculizar el desarrollo de negocios en línea.
 
Estas acciones inhibirían el amplio acceso a Internet en países como México, donde sólo el 35 por ciento de la población tiene acceso a  Internet, dice Vega.
 
También dice que la Asociación Mexicana de Internet no está en contra de castigar la actividad ilegal, pero sí cuestiona la forma en que el TPP planea combatir la piratería digital usando los proveedores de Internet para monitorear a los usuarios y hacer cumplir las leyes. En cambio, argumenta, los gobiernos deberían ser responsables de esto.
 
“El TPP busca aplicar las mismas normas que ya existen en algunos países desarrollados en otros menos desarrollados, e impedirá la posibilidad de que industrias locales desarrollen innovación y conocimiento”, añade Vera.
 
Enlace al borrador del capítulo de derechos de propiedad intelectual del TPP 
 
La versión original de este artículo se publicó en la edición Global de SciDev.Net