29/10/09

Satélites ofrecen datos clave en seguridad de volcanes

El volcán Soufriere Hills en Monserrat ha estado activo por más de 14 años. Crédito de la imagen: Flickr/lara68

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El vulcanólogo Geoff Wadge explica cómo la Carta Internacional sobre el Espacio y Grandes Catástrofes ayudó a manejar erupción volcánica en Monserrat.

La Carta Internacional sobre el Espacio y Grandes Catástrofes está dirigida a proporcionar información oportuna y específica de los satélites durante una emergencia. Ofrece a quienes manejan los desastres una ruta oficial para conseguir los sensores de los satélites –a cargo de las agencias espaciales de cooperación—para obtener imágenes de las áreas afectadas.

La experiencia de una pequeña isla del Caribe, Monserrat, demuestra que tales datos son muy valiosos. Pueden resultar cruciales para la planificación de una respuesta efectiva a la emergencia si la experiencia local ya está enfocada en el problema y disponible para actuar rápidamente.

El volcán Soufriere Hills en Monserrat ha estado activo por más de 14 años. Si bien pueden transcurrir muchos meses sin que ofrezca algún riesgo, con frecuencia hay periodos altamente preocupantes. El gobierno maneja estas fluctuaciones del riesgo manteniendo despoblados dos tercios de la isla, aunque aún hay personas que habitan en una zona que puede ser evacuada fácilmente ante un peligro inmediato.

Así, cuando el volcán hizo erupción el 28 de julio del año pasado (2008), arrojando fragmentos de piedra pómez del tamaño de un puño sobre las áreas inhabitadas, el gobierno ordenó la evacuación del pueblo más cercano al volcán.

Los científicos del Observatorio Volcánico de Monserrat (OVM) ya habían estado midiendo una serie de sismos bajo el Soufriere Hills, a medida que el volcán emanaba nuevo magma. Así, ¿la explosión había vuelto más peligroso al volcán? ¿O sería menos peligroso durante las siguientes semanas? Y si fuera menos peligroso ¿podría revocarse la evacuación?

Cubierto por las nubes

En los años anteriores a la explosión, había crecido un gran domo de lava de unos cuantos cientos de metros de diámetro. Si colapsaba, enviaría mortales flujos ‘piroclásticos’ de gas y rocas súper calientes hacia las áreas ocupadas. ¿Se había vuelto más inestable este domo tras la explosión? Para responder esta pregunta, los científicos necesitaban observar el domo. Pero el Soufriere Hills estaba cubierto por las nubes.

Por suerte, uno de los científicos del OVM acababa de estar en un curso de teledetección para el manejo de desastres y conocía la Carta Internacional. Conociendo mi experiencia en teledetección de volcanes, se puso en contacto conmigo y, el 29 de julio, activamos la Carta a través del gobierno del Reino Unido (Monserrat es un Territorio Dependiente del Reino Unido).

Lo que necesitábamos eran imágenes detalladas del domo de lava bajo las nubes, para examinar los detalles más pequeños y decir qué cambios habían ocurrido durante y después de la explosión.

Solamente un radar podía ver a través de las nubes, por lo que varios radares satelitales, disponibles a través de la Carta, quedaron encargados de obtener las imágenes.

La importancia del detalle

Pero nos preocupaba que esos radares no nos proporcionaran los datos con una resolución suficientemente alta. El radar civil de mayor resolución era TerrSAR-X, propiedad de la Agencia Alemana del Espacio (DLR por sus siglas en inglés), que todavía no está adscrita a la carta.

Sin embargo, para nuestra suerte, la DLR aceptó recoger los datos de TerraSAR-X tomados en Soufriere Hills y el 2 de agosto recibimos las nuevas imágenes. Más importante aún, también nos dieron imágenes adquiridas antes de la explosión, lo que nos permitió visualizar los cambios.

Después de procesar los dos conjuntos de imágenes para destacar los cambios en la superficie del domo, obtuvimos respuesta el mismo día: la explosión había golpeado un nuevo respiradero relativamente pequeño a través del domo de lava, pero no lo había hecho menos estable.

El OVM envió esta conclusión al comité de protección civil de Monserrat, el cual, el 6 de agosto, lo usó como base para revocar la orden de evacuación y permitir que la gente regresara a sus hogares.

No fue hasta una semana después (14 de agosto) que la nube se despejó lo suficiente como para confirmar la interpretación del radar.

Carta, experiencia… y suerte

No hay duda de que los datos satelitales adquiridos mediante la Carta ayudaron a orientar una respuesta eficaz ante este peligro natural. Aunque se podría alegar que los datos que resolvieron el problema en realidad no provinieron de la Carta, fue la aceptación de nuestro caso por parte de ese organismo lo que convenció a la DLR a ayudarnos.

Pero la Carta en sí no fue el único factor en el que se basó nuestro éxito. Monserrat tiene una experiencia específica con la teledetección por lo que el comportamiento del volcán ya estaba siendo vigilando desde antes de la crisis, razón por la cual los científicos reconocieron la necesidad exacta y qué satélites podrían ayudar; además conocían la manera de obtener rápidamente la información (la Carta). Comenzar ‘desde cero’ pudo haberles tomado más tiempo o hacerles perder la ruta de solución

Y aquí hubo otro elemento de suerte: TerraSAR-X ya había adquirido desde ‘antes’ imágenes apropiadas del volcán.

¿Podrá hacerse mejor la próxima vez? Nuestra suerte con las imágenes tomadas ‘antes’ evidencia la necesidad de implementar un archivo global de imágenes satelitales que sirvan de ayuda en futuros desastres. Teniendo a la DLR como integrante de la carta también se formalizaría el acceso a sus invaluables recursos.

Y, mientras el gobierno del Reino Unido respondió rápidamente, los datos de contacto que necesitábamos para activar la carta no estaban disponibles fácilmente en la Internet. Tan sólo los usuarios autorizados de los países miembros de la Carta pueden solicitar imágenes. Ni el Centro Espacial Nacional Británico ni la propia Carta tenían la información de contacto disponible en línea.

Por nuestra parte, podríamos haber estado mejor preparados si nosotros mismos nos hubiéramos preguntado qué datos de archivo podríamos necesitar para ser capaces de responder al escenario al que nos enfrentamos aquel 28 de julio de 2008.

Geoff Wadge es profesor del Centro de Ciencias de Sistemas Ambientales de la Universidad de Reading, en el Reino Unido, y presidente del Comité Asesor Científico de la Oficina de Asuntos Exteriores del Commonwealth para la actividad volcánica de Monserrat.