29/03/12

Dar voz a países en desarrollo en debate de geoingeniería

Una propuesta de geoingeniería consiste en pintar de blanco los edificios a escala masiva, para reflejar la luz del sol Crédito de la imagen: Flickr/Steve H

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[LONDRES] Las decisiones acerca de si se deben usar masivamente las soluciones técnicas conocidas como ‘geoingeniería’ para mitigar o revertir el cambio climático y cómo hacerlo, tienen que involucrar a los países en desarrollo, se acordó ayer (28 de marzo) durante una sesión de gobernanza en geoingeniería en el marco de la conferencia El Planeta bajo Presión

Algunas propuestas de geoingeniería incluyen reflejar la luz solar lejos de la Tierra rociando el agua del océano hacia las nubes o cargando la estratósfera con aerosoles de sulfatos, cultivos de bioingeniería para hacer la luz solar más clara y reflectante, manejando la radiación solar y removiendo el dióxido de carbono de la atmósfera.

Aunque han surgido grupos de investigación en geoingeniería en África, China e India, la controversial disciplina está dominada por un pequeño número de organizaciones de los Estados Unidos y Europa, se dijo durante la reunión.

“Es muy importante que las personas con conocimiento y entendimiento científicos y de los desafíos que enfrentan los países en desarrollo frente al cambio climático estén involucradas en el establecimiento de la agenda de investigación”, dijo a SciDev.Net Jason Blackstock, experto visitante en geoingeniería del Instituto de Ciencias, Innovación y Sociedad de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido.

Este artículo es parte de nuestra cobertura de El Planeta bajo Presión 2012 (Londres, 26 a 29 marzo). Para leer reflexiones de nuestro equipo en la conferencia visite nuestro blog.

Los problemas que enfrentan las poblaciones vulnerables “deben ser el aspecto principal en las conversaciones sobre las tecnologías y estructuras de gobernanza que van a evolucionar”, sostuvo.

Andy Parker, oficial senior de políticas de la Royal Society de Londres, la academia de ciencias del Reino Unido, que en diciembre publicó un informe sobre gobernanza de la investigación para el manejo de la radiación solar, señaló que los efectos de la implementación de esta tecnología “no serán localizados” y que hay muchas incógnitas. Por ejemplo, explicó, los científicos no saben cómo podría impactar la geoingeniería en los patrones de lluvia en todo el mundo.

Si bien el informe de la Royal Society no hace recomendaciones específicas de gobernanza —“es demasiado temprano” para eso, según Parker— sí resalta la necesidad de un diálogo abierto e inclusivo.

Parker añadió que en las reuniones celebradas el año pasado en China, India y Pakistán se registró un “general y saludable escepticismo” en torno a la geoingeniería y no se la había considerado como una solución técnica útil o rápida.

Informó que dichas reuniones también se habían caracterizado por un “deseo genuino de cooperar” en investigación y gobernanza y por una amplia valoración de los debates abiertos sobre geoingeniería en vez de que el mundo desarrollado “les diga qué pensar”.

La Royal Society está financiando ahora una reunión de geoingeniería en África, en asociación con la Academia Africana de Ciencias y la TWAS, la academia de ciencias para el mundo en desarrollo. Se espera que se celebre a fines de año en Etiopía.

Kathy Jo Wetter es investigadora del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (ETC), organización no gubernamental con sede en Canadá que ha realizado talleres sobre nuevas tecnologías en Etiopía, Sudáfrica y Uganda.

Ella señaló a SciDev.Net que “la tecnología sobre la que más se interesó la gente que asistió a nuestros talleres fue la geoingeniería, porque, según dijeron ‘nunca habíamos escuchado sobre esto… no queremos que nuestra primera experiencia al respecto sea cuando esté delante de nuestra puerta’”.

Si bien existen mecanismos que gobiernan la forma en que la gente usa las tecnologías, subrayó Blakstock, no hay marcos internacionales de investigación para evaluar las tecnologías en sus fases iniciales ni la mejor manera de desarrollarlas.

Sugirió que sea el Consejo Internacional de Ciencias (ICSU, por sus siglas en inglés) o la Alianza Tierra Futura los que desarrollen dicho marco.

Gordon McBean, climatólogo de la Universidad de Western Ontario y presidente electo del ICSU, se mostró de acuerdo en que la organización podría abordar este asunto y dijo a SciDev.Net que participó en las debates de la conferencia que lo analizaron.

Si bien la gobernanza de las nuevas tecnologías no fue incluida en el primer borrador del documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20), el último borrador de la negociación para la reunión de junio sí se refiere a la evaluación de la tecnología, afirmó Wetter.

Si esa referencia se mantiene en el borrador final, podría ayudar a llenar “el vacío de evaluación de la tecnología que existe en el sistema de la ONU en la actualidad”, aseveró.

Enlace a la página web de la conferencia

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