20/03/14

Servicios climáticos y el Paradigma del Ginkgo Biloba

ginkgo_biloba_botanico_chile
Crédito de la imagen: Jardín Botánico Nacional, Viña del Mar, Chile

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

[MONTEVIDEO] Hasta hace poco regía en la ciencia climática el Paradigma de Noé. La historia del patriarca bíblico representaba cómo una persona que contaba con información climática precisa —la posibilidad de un diluvio universal, anunciado directamente por Dios— podía tomar mejores decisiones, como construir el arca, y obtener un resultado exitoso: salvar la biodiversidad del planeta.

Sin embargo, en el tercer día de la Conferencia del WRCP para América Latina y el Caribe que se realiza en Montevideo (17-21 de marzo), Walter Baethgen, experto uruguayo del Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI), de la Universidad de Columbia (Nueva York) y copresidente del evento, relató a los participantes cómo ahora en la ciencia del clima prima otro axioma.

El nuevo modelo, señaló Baethgen, es el Paradigma del Ginkgo Biloba, inspirado en un ejemplar de este árbol sagrado de Japón y China, que el 6 de agosto de 1945 fue el único sobreviviente natural del ataque nuclear a Hiroshima.

Ubicado a solo un kilómetro del epicentro de la explosión, un ginkgo biloba soportó la radiación, logró sobreponerse e incluso al poco tiempo brotó nuevamente.

“El  nuevo paradigma es adaptarnos con flexibilidad”, dijo Baethgen. “Ya no tenemos información perfecta —como Noé—, sino que debemos adaptarnos a un rango de condiciones plausibles. Y tenemos que empezar a adaptarnos a las condiciones de hoy”, agregó el experto, en una charla que fue aplaudida y muy destacada por la gran mayoría de los asistentes al congreso.

Sobre esta base, Baethgen habló luego de los servicios climáticos, un concepto que estuvo muy presente en las demás jornadas del evento.

“Ya no tenemos información perfecta —como Noé—, sino que debemos adaptarnos a un rango de condiciones plausibles. Y tenemos que empezar a adaptarnos a las condiciones de hoy”.

Walter Baethgen

Entendidos como aquellos que involucran la producción del conocimiento climático, su traducción, su transferencia y su uso, en un contexto que permita tomar decisiones y diseñar políticas y planes, los servicios climáticos involucran a diferentes actores de la sociedad, científicos y políticos.

En la reunión en Uruguay esta semana, uno de los objetivos del encuentro es, precisamente, definir una agenda científica para contribuir a la provisión de servicios climáticos para la región.

En su conferencia, Baethgen se enfocó en detallar cómo se pueden mejorar estos servicios, considerando todas las áreas de aplicación: producción, traducción, transferencia y uso del conocimiento climático.

El experto alentó, por ejemplo, a brindar entrenamiento y financiamiento a los investigadores para generar conocimiento; capacitar en la operación y en la interpretación de la información científica a políticos y tomadores de decisiones; entrenar en cómo comunicar esa información e, incluso, alentar la investigación para mejorar esa comunicación

En cuanto a los potenciales usuarios del conocimiento climático, Baethgen señaló que hay que darles educación para que efectivamente transformen esa información en decisiones o políticas.

Y así, en el punto donde la información se torna acción, el círculo se cierra, y la clave es tomar decisiones sobre la base, ya no del Paradigma de Noé, sino inspirados en la flexibilidad del ginkgo biloba.