14/12/15

Acuerdo climático de París cimienta vía para más ciencia

COP PARIS resolution
Crédito de la imagen: Flickr/COP PARIS

De un vistazo

  • Acuerdo climático de París toma en cuenta a la ciencia más de lo que se esperaba
  • A pesar de que la temperatura límite es +2ºC, la puerta está abierta a reducirla a +1.5ºC
  • Acuerdo final propone fortalecer ‘I+D colaborativa’ para facilitar el desarrollo tecnológico

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[PARÍS] Un acuerdo para reducir las emisiones globales y ayudar a que el mundo se adapte al cambio climático fue firmado en París este 12 de diciembre –aunque había la preocupación de que la ciencia sería ignorada por nuevas promesas.

Este acuerdo, firmado por 195 países, establece el objetivo de “alcanzar un pico mundial de emisiones de gases de efecto invernadero cuanto antes”. Los países recortarán sus emisiones “rápidamente” y “de acuerdo con la mejor ciencia disponible” para alcanzar un “balance” entre emisiones artificiales y remociones de carbono de la atmósfera para el 2050, dice el texto.
 
Contrario a los acuerdos climáticos anteriores, el de París dice que todos los países deberían intentar reducir el promedio global de incremento de temperatura “bien por debajo de dos grados Celsius”, por encima de niveles pre industriales, y “perseguir esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1.5 grados Celsius”.

Qué diferencia haría medio grado

A pesar de que no es una meta oficial, la referencia a 1.5ºC como límite es un guiño a la “coalición de gran ambición”, un grupo de más de cien países que ha presionado por estrechar los objetivos. Este grupo informal incluye algunos de los estados más vulnerables al cambio climático, tales como pequeños estados insulares y países áridos africanos, así como la Unión Europea, los Estados Unidos y otros países desarrollados.

Sin embargo, aún hay una “brecha entre la ciencia y la política”, dice Tim Gore, líder en políticas de cambio climático en Oxfam International. Por un lado, el texto reconoce que la meta de 1.5 grados es “necesaria para evitar los peores impactos del cambio climático”, dice, pero por otro lado, las acciones políticas reflejadas en el texto “son de alguna manera cortas para el punto de referencia científico”.

El acuerdo encarga al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático para que produzca un informe científico en el 2018 sobre los impactos del calentamiento global correspondientes a 1.5 grados Celsius. Mientras algunos observadores ven esta solicitud como un ejercicio de estancamiento, otros son más optimistas.

“Es otra herramienta para mostrar que, al final, 1.5 grados es la meta que el mundo debería plantearse”, dice Gore.

Un reporte previo en esta materia, emitido por el Cuerpo Subsidiario de la COP para la Asesoría Científica y Técnica, fue rechazado por India y Arabia Saudí durante las negociaciones.

Bajo el acuerdo de París, los gobiernos deben revisar sus promesas para combatir el cambio climático, llamadas Contribuciones Nacionales Previstas y Determinadas (iNDC por sus siglas en inglés), cada cinco años. El informe del IPCC dará a los activistas “una oportunidad para tomar estos hallazgos y [poner] presión a los países para que digan ‘aquí está la referencia, esto es lo que está en juego’”, dice Gore a SciDev.Net.

En el 2023, y cada cinco años después a partir de ese año, los gobiernos también tomarán parte en este ejercicio de “inventario global” para evaluar colectivamente el progreso, “a la luz de la equidad y la mejor ciencia disponible”, dice el acuerdo.


“La ciencia, incluyendo las ciencias sociales, desempeñarán un papel clave en la implementación de este acuerdo”, dice  el Grupo de Investigación y ONG Independientes, uno de los nueve grupos reconocidos por la ONU como observadores durante las conferencias, tal y como citó Jean-Pascal van Ypersele, vicepresidente de IPCC para el informe de la quinta evaluación, en Twitter.

Más allá de la transferencia tecnológica

El acuerdo final establece que los países en vía de desarrollo deben ser ayudados para construir sus sistemas de innovación a través de “enfoques colaborativos para la investigación y el desarrollo”, y facilitando el acceso a la tecnología “particularmente en etapas tempranas del ciclo tecnológico”.

Esto quiere decir que los mecanismos existentes bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático “deben realmente construir capacidades de innovación en países en desarrollo, no solo ayudarles a capacitar algunos ingenieros para que instalen y mantengan paneles solares”, dice Heleen de Coninck, científica ambiental en la Universidad de Radboud, en los Países Bajos.

“Lo que les interesa a los países en desarrollo, y tienen razón en esto, es que sus economías sean más competitivas [para que no] dependan de otros países” en la compra de tecnología que podría ser muy cara o inapropiada para sus condiciones locales, indica.

Algunos países desarrollados presionaron en contra de esta idea, posiblemente por temor a que los países en desarrollo se conviertan en serios competidores de tecnología, explica Coninck. Dice que la mención final, ligeramente redactada, de la I+D colaborativa es una pequeña victoria para los países en desarrollo.

El acuerdo establece la meta para que los países desarrollados constituyan un fondo que pagaría por lo menos US$100 mil millones por año de aquí al 2020, para “proveer más tecnología apropiada y apoyo en la construcción de capacidades” para naciones más pobres –una figura que espera aumentar en revisiones futuras. “La tecnología no atrae tanta atención. Las finanzas son la principal moneda de cambio”, dice Gore.

La versión original de este artículo se publicó en la edición global de SciDev.Net