17/12/10

Manejo descuidado: gran culpable de propagar cultivos GM

Las abejas diseminan genes de cultivos transgénicos a campos cercanos, pero el error humano juega un rol más importante Crédito de la imagen: Flickr/macropoulos

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El descuido en la manipulación de semillas sería la principal razón de la diseminación no intencional de plantas genéticamente modificadas (GM), según una investigación.

El descubrimiento desafía la creencia generalizada de que la principal fuente de contaminación de transgénicos es el polen que llevan las abejas desde cultivos transgénicos a predios cercanos de plantas no modificadas. El error humano durante la producción y selección de semillas tendría mayor incidencia, dicen los investigadores.

Actualmente se cultivan plantas no modificadas cerca o en los mismos predios de plantas transgénicas para que las pestes tengan donde refugiarse. Esta técnica previene que las pestes se vuelvan resistentes a los pesticidas usados en plantas GM. Pero el error humano podría jugar en contra de esta estrategia ampliamente usada, de acuerdo con el estudio.

Shannon Heuberger, entomóloga de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, y sus colegas midieron el flujo de genes —el movimiento de genes entre distintos tipos de plantas cuando hay fertilización cruzada— en 15 predios de Arizona cultivados con algodón Bt (Bacillus thuringiensis), un tipo de cultivo muy difundido.

Los investigadores encontraron que la transmisión de genes por el polen de abejas era poco frecuente. Menos del uno por ciento de las semillas de plantas corrientes de algodón contenían genes de algodón BT transmitidos por esta vía.

En cambio, la selección descuidada de semillas llevó a que en algunos de los sacos destinados a predios de plantas no modificadas se encontrara hasta un 20 por ciento de semillas GM. Uno de los predios de plantas ordinarias resultó con un gran número de transgénicas debido a error humano al momento de plantar.

“Nuestro resultado más importante es que los productores de semillas pueden minimizar el flujo de genes examinando la semilla antes de plantarla y teniendo más cuidado durante el proceso de siembra”, declaró Heuberger a SciDev.Net.

“En comparación, diseñar estrategias para minimizar la polinización de abejas entre campos contiguos puede ser complicado, porque es difícil predecir el comportamiento de los insectos”, agregó.

El estudio concluye que los productores de semillas y los tomadores de decisión deberían examinar las semillas antes de sembrarlas para monitorear la presencia de transgénicos; también necesitan comunicar “la importancia de separar los tipos de semilla al momento de sembrar, para reducir el error humano”.

María Isabel Manzur, jefa de biodiversidad de la Fundación de Sociedades Sustentables (FSS), una ONG medioambiental chilena, dijo que el estudio es “muy interesante, porque ayuda a elucidar en mayor profundidad cómo ocurre la contaminación transgénica”.

“Corrobora una vez más que los cultivos transgénicos pueden contaminar cultivos circundantes, hecho que las empresas biotecnológicas se han esmerado en negar a pesar de la creciente evidencia que demuestra lo contrario”.

El estudio fue publicado en PLoS ONE el mes pasado (30 de noviembre).

Enlace al estudio completo en PLoS ONE.

References

PLoS ONE doi: 10.1371/journal.pone.0014128 (2010)