10/06/15

Panamá: US$29 millones para proteger la biodiversidad

Oso-perezoso-Panamá2
Crédito de la imagen: Ministerio de Ambiente, Panamá (tomada de Facebook)

De un vistazo

  • Fondo de US$ 29 millones fomentará la producción sostenible y la conservación de la biodiversidad en áreas protegidas de Panamá
  • Las localidades fueron escogidas en base a criterios ambientales, seguidos por los económicos y sociales
  • Más de 48.000 personas se beneficiarán con este proyecto, y 50% serán mujeres

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

Once áreas protegidas en Panamá resultarán beneficiadas por un proyecto para fomentar los sistemas de producción sostenible y la conservación de la biodiversidad en el Corredor Biológico Mesoamericano (CBM).

El CBM es un proyecto compuesto por áreas protegidas de ocho países, incluyendo México y otros países de Centroamérica, interconectadas para preservar la biodiversidad.

Este proyecto prevé el manejo efectivo de áreas protegidas, mediante monitoreo de biodiversidad; la asistencia técnica para fortalecer a organizaciones de productores; y gestión del conocimiento, comunicación y promoción de alianzas y cooperación Sur-Sur.

“El proyecto impulsa sistemas productivos sostenibles que contribuyen a generar ingresos para mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales e indígenas, a la vez que son amigables con la biodiversidad”.

Zuleika Piznón, Ministerio de Ambiente de Panamá

El 5 de mayo, el Gobierno de Panamá aprobó un convenio de cooperación técnica no reembolsable que financiará el proyecto con US$9,5 millones provenientes del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés). Este aporte será complementado con US$10,6 millones en dinero y especies por este gobierno, y con fondos provenientes de municipalidades y del sector privado, para totalizar US$29 millones.

El proyecto —que se ejecutará durante cinco años —se aplicará en siete provincias panameñas —Bocas del Toro, Coclé, Colón, Chiriquí, Los Santos, Panamá y Veraguas—; dos comarcas indígenas —Guna Yala y Ngäbe-Buglé—; y dos territorios indígenas (Bribri y Naso-Teribe).

Estas localidades son áreas protegidas (AP) ubicadas en Panamá, y fueron escogidas con base en criterios ambientales, seguidos por los económicos y sociales. Asimismo, más de 48.000 personas se beneficiarán con las acciones de este proyecto, y se espera que 50% sean mujeres.

“Este proyecto fortalecerá la integridad y conectividad del Corredor y contribuirá a preservar la resiliencia de los ecosistemas regionales ante presiones climáticas y otras externas, incluyendo la protección de especies prioritarias para la conservación”, dijo a SciDev.Net Zuleika Pinzón, directora de Áreas Protegidas y Vida Silvestre del Ministerio de Ambiente de Panamá, organismo que implementará el proyecto.

“Además, impulsa sistemas productivos sostenibles que contribuyen a generar ingresos para mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales e indígenas, y son amigables con la biodiversidad”, agrega Pinzón.

Localmente, los beneficiarios son grupos de asociaciones o redes de pequeños productores que implementaron iniciativas ambientales en sistemas productivos sostenibles, agrícolas o ecoturísticos. A nivel regional, este proyecto promoverá la cooperación sur-sur entre países del CBM, y tendrán beneficios ambientales derivados de la protección de rutas migratorias y una mejora en la conectividad de las AP.

Desde Costa Rica, Eduard Müller, vicepresidente de Educación y Capacitación de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (CMAP), cree que este proyecto es valioso pero, para que tenga impacto, requiere que sea articulado con otras iniciativas ya exitentes en Panamá y la región.

“Las áreas protegidas y el desarrollo regenerativo son la mejor alternativa para enfrentar los retos del cambio climático y desarrollo económico y social a nivel local”, indica Müller a SciDev.Net. En sus palabras, la restauración de la funcionalidad de los ecosistemas puede brindar opciones que logren contrarrestar situaciones de pobreza en poblaciones rurales, y su consecuente presión sobre la biodiversidad.