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El código de barras genético es un recurso rápido y barato que permitirá darle seguimiento a la “salud” de la biodiversidad y controlar los vectores que producen enfermedades, concuerdan expertos que participaron en la Segunda Conferencia Internacional del Código de Barras de la Vida, llevada a cabo en Taipei del 18 al 20 de septiembre.


La técnica del código de barras genético es un método de investigación que permite identificar con mayor precisión especies conocidas y registrar especies nuevas. Para ello utiliza una pequeña parte de ADN mitocondrial, que ha sido previamente identificada y aceptada por los científicos.


Esta pequeña región del genoma muta lo suficientemente rápido como para crear diferencias entre especies, y lo suficientemente despacio como para dejar a los miembros de una misma especie con códigos de barras muy similares.


Comparando en una base de datos las secuencias de material genético obtenidas -los “códigos de barras”-, se puede saber qué tanto se asemejan los individuos entre sí. El proceso tarda apenas unos minutos y cuesta únicamente US$2.


Yvonne-Marie Linton, del Museo de Historia Natural de Londres y líder del grupo de investigación Mosquito Barcoding Iniative, dijo a SciDev.Net que la técnica del código de barras ayudará a controlar la propagación de los mosquitos que producen enfermedades como la malaria, la enfermedad del Nilo y el dengue, porque permitirá diferenciarlos unos de otros.


“A veces sólo una o dos especies de mosquitos son responsables de la transmisión de la enfermedad”, explicó Linton. “Es importante saber exactamente cuáles son para relacionar la información a su comportamiento en la naturaleza, encontrar dónde se reproducen y utilizar técnicas para eliminar las larvas y no matarlos a todos a ciegas”.


Eldredge Bermingham, director encargado del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá, explicó que el código de barras genético ayuda a identificar y proteger la biodiversidad tropical, ya que cientos de plantas que están a la espera de una clasificación taxonómica pueden ser fácilmente identificadas mediante este método, de forma barata y sin la intervención de un experto.


“Gracias al trabajo de creación de bases de datos de códigos de barra que se hace en laboratorios en México, Brasil, Argentina y Panamá, se están descubriendo especies nuevas y se está obteniendo información sobre la localización geográfica de especies, lo que es útil para establecer estrategias de conservación”, dijo Bermingham a SciDev.Net.


Por su parte, David Schindel, secretario ejecutivo del Consorcio para el Código de Barras de la Vida, con sede en Washington DC (Estados Unidos), aclaró que el bajo costo de trabajar con códigos de barras implica únicamente la lectura comparativa de las secuencias genéticas. Construir la base de datos de referencia es, por el contrario, un trabajo mucho más costoso.


“Tomar un libro prestado en una biblioteca pública es gratis, pero alguien tiene que haber pagado por escribir, editar y comprar los libros de la biblioteca”, señaló Schindel.