28/08/14
Parque de la Papa: ciencia se nutre del saber ancestral
El Parque de la Papa se encuentra en el Cusco, al sur de los Andes peruanos, en pleno Valle Sagrado de los Incas, cuna de una de las civilizaciones más avanzadas de Latinoamérica.
Es una de las pocas iniciativas mundiales de conservación donde el manejo y protección de los recursos genéticos y de los conocimientos tradicionales sobre salud, alimentación y agricultura es administrado por los propios campesinos.
El territorio del parque abarca más de 12.000 hectáreas entre los 3.150 y 5.000 metros de altura.
Es hogar de seis comunidades quechuas.
La Asociación Quechua-Aymara para Comunidades Sustentables (ANDES), reunió a las seis comunidades en un proyecto común de conservación, basado en el manejo integral del paisaje, para asegurar que sus recursos y conocimientos tradicionales beneficien a todos sus habitantes.
El área es un microcentro de origen de la papa: alberga unas 600 variedades nativas de papa y parientes silvestres. Muchas nunca han salido de este hábitat.
El parque también es rico en diversidad de otros cultivos autóctonos. Todos se han preservado mediante prácticas tradicionales a través de los siglos.
Por ejemplo, cultivan —mezclando— varias variedades en vez de una sola, porque eso les permite afrontar en mejores condiciones los cambios climáticos durante el año. Con ayuda de la ciencia, esas y otras prácticas se están validando.
La limpieza de virus, los estudios moleculares y de caracterización genética son algunas actividades de investigación que se realizan en el parque para promover el uso y conservación de su gran variedad de papas nativas.
Sus hermosos ecosistemas, glaciares y lagunas, y sus variedades de flora y fauna domesticadas y silvestres son un laboratorio abierto para las entidades científicas internacionales que estudian el cambio climático, plagas y enfermedades, y otros fenómenos naturales y causados por el ser humano.
La mujer tiene un rol central, como transmisora de los usos, costumbres y conocimientos ancestrales
y como guardiana de la biodiversidad genética.
Debidamente empoderadas gracias a la capacitación, toman decisiones, participan en asambleas...
... y ayudan a registrar la biodiversidad
porque para los campesinos del Parque, tan importante como rescatar sus materiales genéticos es que las tecnologías y conocimientos ancestrales vinculados permanezcan bajo su custodia y no sean objeto de reclamos de derechos de propiedad intelectual por terceros.
En estos esfuerzos se combina la sabiduría ancestral con la ciencia y la tecnología de avanzada, para conservar y utilizar la biodiversidad de la papa y otras raíces y tubérculos andinos, garantizando el sustento de las futuras generaciones.
Por: Zoraida Portillo
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Los pueblos indígenas poseen conocimientos ancestrales vitales para preservar la biodiversidad del planeta. Los expertos internacionales reconocen que sus prácticas agrícolas, forestales, pesqueras y de flora y fauna son muy útiles para enfrentar el cambio climático y evitar la desaparición de especies. En Cusco, Perú, una iniciativa de campesinos quechua-hablantes, herederos de la tradición milenaria de sus antepasados, está validando esos conocimientos con ayuda de la ciencia, en una interrelación donde ambos se benefician.