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La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) entregó al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva el pasado 26 de abril un estudio donde destaca la capacidad de expansión de la producción de bioenergía en América Latina y Caribe sin afectar su seguridad alimentaria.

El estudio fue llevado a cabo por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe y entregado al presidente Lula en su visita a la sede de la institución en Chile.

Según el estudio, la principal crítica a la producción de biocombustibles es el riesgo de que los recursos productivos sean desviados del cultivo alimenticio hacia el cultivo energético, lo que provocaría el aumento de los precios de granos y productos básicos.

Tal preocupación fue manifestada recientemente por el presidente cubano Fidel Castro (lea Cuba and Venezuela strengthen their alliance).

Sin embargo, la FAO afirma en su estudio que América Latina y el Caribe tienen una amplia capacidad de producción, exportación e importación de alimentos, por lo que la disponibilidad no sería el problema de la seguridad alimentaria en estos países.

"La percepción generalizada es que la tierra arable está totalmente ocupada. (…) [Pero] Las cifras muestran lo contrario", dice el texto.

De acuerdo con el estudio, la utilización de tierras arables en la región puede subir de las actuales 150 millones de hectáreas a 244 millones, parte de las cuales podría ser utilizada para cultivos energéticos en beneficio de millones de pequeños agricultores.

La FAO añade que la producción mundial de etanol y biodiesel responde al uno por ciento de la demanda mundial de combustibles para el transporte terrestre.

"Dicha proporción podría crecer hasta cubrir desde un 3,8 por ciento de la demanda mundial de transportes para el año 2030 (…) sin afectar de manera considerable el recurso forestal ni la seguridad alimentaria mundial, utilizando tierras actualmente disponibles", estima el estudio.

Entretanto, la FAO destaca la necesidad de crear políticas públicas adecuadas para definir a las tierras disponibles para la producción de bioenergía, garantizar su producción de manera sustentable y regular el mercado.

El día anterior de la divulgación del estudio, la ministra brasileña del Medio Ambiente, Marina Silva, anunció la creación de la Secretaría de Recolección y Desarrollo Rural Sustentable. Sus atribuciones incluyen la elaboración de políticas, estudios y estrategias, las que garanticen la producción sustentable de los biocombustibles.