25/04/18

Bacteria de gastroenteritis crece aún en condiciones adversas

poultry farm by panos
Limpieza y alimentación adecuada de granjas avícolas son requisitos clave para detener circulación de cepas de Campylobacter coli. Crédito de la imagen: PANOS

De un vistazo

  • Bacteria puede crecer y multiplicarse en temperaturas similares a las de los humanos
  • Urgen medidas sanitarias más rigurosas para manipular y transportar carne de aves
  • Campylobacter coli es uno de los principales patógenos gastrointestinales

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[SÃO PAULO] La bacteria Campylobacter coli, causante de la forma más común de gastroenteritis en el mundo, puede crecer y multiplicarse en temperaturas similares a las del cuerpo humano (37°C), o tan bajas como las que se usan en el almacenamiento de los alimentos (4°C).
 
“Constatamos altas tasas de crecimiento y sobrevivencia de la bacteria incluso cuando las cepas fueron expuestas al ácido similar al del tracto digestivo humano”, afirman los autores del estudio que se publicará en la edición de agosto de Food Microbiology.
 
Ellos analizaron 50 cepas de C. coli aisladas de heces humanas y de animales, y de la carne de las aves de algunas de las principales ciudades de Brasil entre 1995 y 2011.
 
Al ser sometidas a grandes variaciones de temperatura, con el fin de reproducir las etapas de procesamiento de alimentos y de transmisión del patógeno del ambiente al organismo humano, todas las cepas demostraron su capacidad de crecimiento, dando una idea de su habilidad de multiplicación bajo situaciones adversas.
 
La Campylobacter coli habita normalmente en el tracto intestinal de los animales de sangre caliente como aves de corral, ganado y cerdos, y es detectada frecuentemente en los alimentos derivados de dichos animales.

“Estos resultados son importante porque les permiten a los científicos una mejor comprensión del potencial patogénico de la bacteria, posibilitando el desarrollo de nuevas estrategias de control”.

Cristiano Gallina Moreira, Universidad Estatal de São Paulo

Los investigadores también identificaron tres genes esenciales para la movilización de las cepas (denominados cadF, flaA y sodB), que incluye la capacidad de adherirse e invadir las células hospederas y colonizar su intestino.
 
“Tomados en conjunto, los hallazgos permiten un mejor entendimiento de la circulación de las cepas en Brasil e indican que se requieren controles más rigurosos”, señala la bioquímica Carolina Gomez, de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo, y autora principal del estudio junto con Juliana Pfrimer Falcao. 
 
Algunas medidas sanitarias requeridas incluyen mejorar el ambiente donde se crían los animales así como el alimento que se les brinda, vacunaciones, mejor limpieza durante el sacrificio y mejor manejo de las condiciones de almacenamiento y transporte de su carne.
 
Según los autores, dado que Brasil es el principal exportador de carne de aves del mundo, estos resultados son una advertencia también para otros países, pues sin un control sanitario más estricto, la bacteria puede diseminarse.
 
La C. Coli es una de las bacterias patógenas gastrointestinales más comunes en muchos países. Por ejemplo, en 2014 se reportaron 236.851 casos confirmados de campilobacteriosis en la Unión Europea. Y según un informe de la Agencia de Normas Alimentarias, más del 70 por ciento de los pollos frescos vendidos en el Reino Unido están contaminados con Campylobacter.

En los Estados Unidos, el patógeno fue la causa más reportada de enfermedades bacterianas transmitidas por los alimentos en 2016, y se estima que causa allí 1,3 millones de enfermedades en humanos anualmente.
 
Los países en desarrollo no tienen programas nacionales de vigilancia de la campilobacteriosis y, por lo tanto, no cuentan con registros sobre el número de casos.
 
En Brasil, los casos de campilobacteriosis humana están subregistrados. “Nuestra vigilancia de este patógeno todavía es bastante precaria”, admite a SciDev.Net el biólogo Cristiano Gallina Moreira, de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Estatal de São Paulo.
 
Y agrega: “Estos resultados son importante porque les permiten a los científicos una mejor comprensión del potencial patogénico de la bacteria, posibilitando el desarrollo de nuevas estrategias de control”.
 
“También muestra que la industria de alimentos de Brasil necesitar hacer más para reducir la cantidad de Campylobacter en las aves de corral, además de llamar la atención sobre las cepas que están circulando en el país y que hasta ahora no se han estudiado”, concluye.
 
La investigación que se publicará en Food Microbiology es apoyada por FAPESP, donante de SciDev.Net.

> Enlace al resumen del artículo (en inglés).