15/12/16

Colombia, ¿desminada en 2021 con apoyo de la ciencia?

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HALO Trust

De un vistazo

  • Colombia, segundo país con más víctimas por minas antipersona, prevé eliminar estos artefactos para 2021
  • Varios grupos de científicos trabajan en esta tarea desde diferentes disciplinas
  • Se estima que la eliminación de las minas costará US$327 millones

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[BOGOTÁ] Con más de 11.000 víctimas a causa de minas antipersona registradas desde 1991 —60 por ciento de la fuerza pública y 40 por ciento civiles—, Colombia es el segundo país con mayor cantidad de personas afectadas por estos artefactos, después de Afganistán.

Pocos días después de firmar la paz con el grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el gobierno nacional anunció (24 noviembre) que mil de los hombres desmovilizados se unirán al trabajo de desminar el territorio.

El objetivo es declarar al país libre de minas en 2021, y se calcula que la labor costará US$327 millones.

Para lograrlo, desde hace más de diez años los científicos colombianos ya han visto en esta iniciativa una línea de investigación.

Según un artículo publicado en Nature Materials (30 octubre), el biólogo colombiano Juan Pablo Giraldo, hoy en la Universidad de California en Riverside, trabaja con nanotubos para convertir espinacas en sensores vivos que detectan sustancias empleadas en explosivos.
 
El grupo de investigación al cual pertenece trabaja en lo que ellos llaman ‘nanobiónica vegetal’, a través de cuyo método se les confiere a las plantas funciones que antes no tenían.

En este caso, no solamente detectan explosivos, sino transmiten inalámbricamente la información a un dispositivo parecido a un teléfono celular. Puede usarse en áreas amplias y ofrece monitoreo en tiempo real, concluye el estudio.

Por su parte, investigadores de la Dirección de Ciencia y Tecnología del Ejército Nacional trabajan en minería de datos y Sistemas de Información Geográfica para planificar operaciones militares y desminado humanitario, detección y neutralización de Artefactos Explosivos Improvisados (AEI).

En la Escuela de Estudios Superiores de la Policía y la Universidad del Rosario, una investigación emplea roedores Rattus norvegicus para detectar explosivos.

La antropóloga Liliana Duica, de la Universidad de los Andes, con entidades del Estado, busca entender cómo las personas incorporan el miedo en sus prácticas cotidianas y cómo habitan el ‘paisaje minado’. “Es un tema muy huérfano en la antropología”, dice a SciDev.Net.

Desde la física, y de manera confidencial, trabajan universidades colombianas con pares en Suiza, Suecia, Alemania y Estados Unidos.

Utilizando neutrones —eficientes para determinar la humedad del suelo— y radiaciones gamma que envían rayos hacia el posible sitio minado para regresar convertidos en imagen gracias a procesos de computación, el Grupo de Física Nuclear de la Universidad Nacional de Colombia desarrolla un instrumento que puede pasar a unos dos centímetros del suelo y detectar minas.


El problema con estos AEI, dice a SciDev.Net Francisco Román, del grupo de investigación ECM, también de la Universidad Nacional, es que son construidos sin metales, en jeringas de plástico, en balones y juguetes, o en elementos naturales como la guadua (o bambú americano).

Su grupo creó un generador capaz de producir impulsos electromagnéticos con diferentes frecuencias que permiten descubrir la antena de las minas y activarlas desde lejos.

Actualmente trabajan con microondas de alta potencia “que aprendan a distinguir cuando lo que está enterrado es una mina o una piedra, [porque] hay muchas falsas alarmas durante el desminado”.

Una reunión reciente sobre la ciencia del desminado, dice Duica, concluyó que se trata de un tema crítico para el desarrollo rural y la restitución de tierras. Por tanto uno de los retos de las entidades gubernamentales es desarrollar una tipología para priorizar zonas en los 673 municipios (60% del país) en donde se sospecha que existen minas enterradas.

En principio, el Gobierno ha desarrollado una metodología diferenciada de los municipios en la que reconoce las particularidades étnicas y comunitarias, así como la diversidad geográfica y su ecosistema.

Con esta metodología, de acuerdo con un comunicado de prensa de Presidencia de Colombia, la Brigada de Desminado Humanitario, la Agrupación de Explosivos y Desminado de Infantería de Marina, y las cinco organizaciones civiles de desminado humanitario acreditadas en Colombia (The HALO Trust, Handicap Internacional, APN, Campaña Colombina contra Minas y Atexx), podrán trabajar al mismo tiempo en los municipios más contaminados del país.

Así, el Plan Estratégico contempla que durante la primera fase se trabajará en 287 de esos municipios con un costo de US$126.

Además de los materiales con que se fabrican las minas, la topografía colombiana es otro obstáculo para realizar el trabajo de desminado. Los suelos con mucha vegetación y en terrenos muy montañosos imposibilitan hacer el trabajo eficiente y rápidamente.   

“Una conclusión a la que hemos llegado es que el método que se está utilizando de desminado es muy artesanal: de la edad del hierro”, opina Román, razón por la que no cree que sea posible terminar de desminar al país en 2021. “Hay muchas cosas en las que nosotros podemos colaborar para reducir los tiempos del desminado”.

Otra pregunta en la que trabajan las entidades y los investigadores es conocer si las minas tienen una vida útil, con lo cual se podría garantizar la existencia de zonas donde las minas pueden estar perdiendo su capacidad de activación.

La Dirección de Acción Integral Contra Minas Antipersonal (DAICMA) cuenta con un banco de unos 30 proyectos de ciencia y tecnología que recibe el Comité Científico por parte de grupos de investigación y empresas para apoyar el uso de tecnologías y metodologías que fortalezcan el desminado. Hay “desde proyectos en pro de la detección y destrucción, hasta proyectos ambientales y de uso de animales”, explicó a SciDev.Net Diego Torres, miembro del comité por parte de la Universidad Nacional.

Por ahora los más fáciles de implementar, continúa Torres, son los kits de apoyo al desminado con caninos y los kits especiales para identificar los explosivos, desarrollados por el ejército. 

Finalmente, como concluye Román en su diálogo con SciDev.Net, “el mejor método para desminar al país es la paz”.