Por: Diego Arguedas Ortiz
Enviar a un amigo
Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.
[SAN JOSÉ] Un dispositivo de bajo costo para agilizar la detección de enfermedades infecciosas en el mundo en desarrollo ha pasado exitosamente las pruebas de laboratorio.
Desarrollada originalmente en 1986, la técnica utiliza un termorreciclador, que contiene las muestras y mediante cambios de temperatura logra su amplificación. Estos aparatos cuestan varios miles de dólares. Versiones más económicas son sustancialmente más lentas.
Emparejado con otras herramientas, podría potenciar el diagnóstico temprano y oportuno de enfermedades de transmisión sexual, virus de inmunodeficiencia humana (VIH), ébola y dengue.
“Es una herramienta razonable para llevar a cabo detecciones moleculares en contextos de escasos recursos”.
Season Wong, investigador
“Es una herramienta razonable para llevar a cabo detecciones moleculares en contextos de escasos recursos. Es una gran mejoría en términos de qué tan rápido y barato se pueden tener los resultados”, dice a SciDev.Net Season Wong, uno de los autores del artículo publicado en PlosOne (12 de febrero), presentando la innovación.
Está centrada en la reacción en cadena de la polimerasa, procedimiento técnico que copia (o “amplifica”) fragmentos de ADN, lo que facilita la identificación, con muy alta probabilidad, de virus o bacterias causantes de una enfermedad.
El equipo liderado por Wong logró construir el ‘termo-thermal cycler’ (aún sin nombre en español) con materiales de fácil acceso por un valor conjunto menor a US$200, que es capaz de procesar hasta 20 muestras sin necesidad de corriente empleando entre 15 y 22 minutos.
“Nuestro método no dista mucho del proceso manual. A partir de eso, encontramos que la mejor manera era utilizar tres termos con diferentes temperaturas”, sostiene Wong, también investigador de la firma estadounidense AI Biosciences.
Mientras un termorreciclador convencional sube y baja las temperaturas para realizar los ciclos necesarios en la amplificación, los investigadores programaron un pequeño brazo robótico para sumergir las muestras en tres termos, cada uno mantenido a las temperaturas específicas que el proceso requiere.
Pruebas con VIH, dengue y ébola arrojaron resultados similares a los dispositivos convencionales, por lo que podría emplearse por unidades de salud o instituciones educativas.
El equipo aún no tiene planes para su producción o uso masivo porque primero quería demostrar que el dispositivo funciona. El siguiente paso será probarlo en campo. Wong espera contactar colegas del mundo en desarrollo dispuestos a realizar la prueba en esta etapa.
Sin embargo, la especialista considera que el método puede ser evaluado para “zonas de difícil acceso, principalmente como prueba de tamizaje”.
> Enlace al artículo complete en PlosOne