04/11/11

Manejo comunitario de plagas ‘es poco eficiente’

El estudio mostró que campesinos ecuatorianos demoraron mucho en controlar la polilla de la papa Crédito de la imagen: Dangles, IRD

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[SANTIAGO] Hasta siete años puede tomar controlar plagas que asolan a una región cuando un pequeño número de productores entrenados se encarga de impartir las técnicas de control a los demás campesinos, según un estudio publicado en PLoS Computational Biology (13 de octubre).

El estudio, realizado por dos investigadores franceses, evaluó la efectividad de los programas de manejo integrado de plagas (MIP), que se caracterizan por usar sistemas que minimizan los daños a la salud y al medio ambiente.

Debido al costo y la dificultad de enseñar el MIP a cada miembro de una comunidad, la estrategia más utilizada es la de entrenar a un número limitado de pequeños agricultores, quienes se comprometen a compartir lo que han aprendido con sus vecinos.

Poco se sabe sobre cómo funciona la cooperación y cuánto toma controlar una peste usando este método. El objetivo del estudio fue desarrollar una metodología para contestar estas preguntas.

Con información proporcionada por 220 campesinos de los Andes ecuatorianos involucrados en un programa de MIP para combatir la polilla de la papa los investigadores diseñaron un modelo computacional que simula la interacción entre campesinos, pestes y medio ambiente.

La simulación reveló que la difusión de la información en comunidades campesinas es lenta, lo que incide negativamente en el control de plagas. En el caso de la comunidad ecuatoriana, la infestación de la papa empezó a ceder solo seis o siete años después de iniciado el programa de control.

“Nuestro estudio también indica que si los agricultores aprenden de otros sobre los beneficios de prevenir pestes a tiempo, un esfuerzo educacional temporal puede tener un impacto en el control de la peste que se sostenga en el tiempo”, dijo a SciDev.Net Olivier Dangles, uno de los autores del estudio.

Según Dangles, el modelo computacional podría aplicarse a cualquier grupo que necesite cooperar para manejar mejor recursos compartidos. Por ejemplo, para difundir nuevos métodos de pesca o tecnologías de irrigación que ahorran agua.

Junto a su equipo está desarrollando otras aplicaciones para el modelo computacional basadas en juegos de rol. “En estos juegos, los campesinos pueden jugar a cooperar y ver si con ello logran reducir el nivel de infestación de los cultivos de la comunidad”, explicó.

Rebecca Nelson, bióloga experta en plantas y en agricultura internacional y desarrollo rural en la Universidad de Cornell, Estados Unidos, dijo a SciDev.Net que los resultados del estudio contribuirán a que los programas de MIP sean más realistas respecto al tiempo que demora la capacitación en lograr resultados positivos.

Enlace al artículo completo en PLoS Computational Biology

References

PLoS Computational Biology, 2011; 7 (10): e1002222