17/05/08

Mal de Chagas, un ‘complejo de formas genéticas’

Vector del Mal de Chagas Crédito de la imagen: Centers for Disease Control and Prevention

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[MONTEVIDEO]  El vector de la enfermedad de Chagas en América Latina,hasta ahora considerado único,es en realidad un “complejo de formas genéticas distintas”, lo que permite comprender la heterogeneidad de este mal en los diferentes países endémicos y ajustar las estrategias de control para cada variación. 

Los resultados surgen del análisis interpoblacional —el más extenso realizado sobre un insecto transmisor de esta enfermedad— que fue dirigido por María Dolores Bargues y Santiago Mas-Coma del Departamento de Parasitología de la Universidad de Valencia, España.
 
Publicada en la edición de mayo de la revista PLoS Neglected Tropical Diseases, la investigación analizó secuencias de ADN y sus resultados “aportan información útil para conocer la estructura poblacional, la dispersión geográfica y la capacidad de adaptación a diferentes hábitats humanos del vector”, dijo Bargues a SciDev.Net.  
Este mal parasitario afecta a más de 14 millones de personas en zonas pobres de la región entre Argentina y México.

Los investigadores hallaron que la heterogeneidad con que se manifiesta la enfermedad en Latinoamérica (México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Colombia y Ecuador) está vinculada con la divergencia evolutiva de la principal especie vectora, el Triatoma dimidiata, transmisor del parásito Trypanosoma cruzi que causa el mal.

En efecto, ellos encontraron que T. dimidiata es un complejo de diferentes vectores que incluye dos especies y cuatro subespecies. 

“Desde el sur hasta México, T. dimidiata está en todos los tipos de hábitats, con una elevada capacidad para colonizar las viviendas humanas”, explicó la científica. 

Pero a pesar de esa variedad, el vector “no es morfológica ni genéticamente diferenciable, lo que sugiere la existencia de un flujo genético. Esta situación hace que sea fácil la reinfestación en las viviendas luego de los tratamientos”.

Así, “queda patente que T. dimidiata no es un vector susceptible de ser eliminado definitivamente de las viviendas, pero sí pueden conseguirse buenos resultados en su control con un adecuado programa de fumigación y vigilancia”.

Este hallazgo sirve para entender por qué esta enfermedad tiene características diferentes en las zonas endémicas centroamericanas y por qué responde de diferentes modos a las estrategias de control en los países afectados. 

Bargues adelantó que la investigación continuará analizando “a qué factores están asociadas las distintas manifestaciones clínicas de la enfermedad de Chagas en cada país”, concluyó.

Enlace al artículo completo (en inglés)