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Millones de dólares se han gastado en la tecnología de Imágenes por Resonancia Magnética (IRM), pero su potencial para comprender la malaria cerebral permanece virtualmente inexplorado, dicen investigadores.

La resonancia magnética ha proliferado como una herramienta para entender muchas enfermedades de los países ricos, sin embargo, aunque esta técnica de escáner podría “transformar nuestra comprensión” de la malaria cerebral y conducir a nuevas terapias, casi no ha sido usada con este objetivo, dicen expertos en el American Journal of Tropical Medicine and Hygiene.

La malaria cerebral afecta a entre 20 y 50 por ciento de quienes contraen malaria y es la forma más severa de esta enfermedad. Es causada por el parásito Plasmodium falciparum y provoca coma, daño cerebral y falla orgánica. Es fatal en 30 a 50 por ciento de los casos.

Según los investigadores, cerca de uno de cada cuatro niños del África Subsahariana que sobreviven a la malaria cerebral quedan con problemas persistentes de memoria, atención y otras habilidades cognitivas.

Su mecanismo subyacente no es bien conocido y no hay tratamiento específico, dicen los investigadores estadounidenses y tailandeses. Los actuales estudios se valen principalmente de tejido cerebral de pacientes fallecidos. En cambio, las imágenes de resonancia magnética ofrecen un método no invasivo de obtener información a medida que la enfermedad progresa.

Sin embargo, pese al inmenso progreso de la tecnología de escaneo en la última década, sólo ha habido un estudio sistemático de IRM con pacientes vivos de malaria en un área donde la enfermedad es prevalente. Y eso ocurrió hace más de una década, dicen los investigadores.

El equipo, liderado por Gary Brittenham, del Columbia University College of Physicians and Surgeons, de Estados Unidos, actualmente está usando IRM para investigar la malaria en Tailandia.

Brittenham dijo a SciDev.Net que espera que estas investigaciones se amplíen a otras áreas endémicas, pero admite que adaptar los escáneres de IRM para estudiar en terreno cómo se desarrolla la malaria cerebral presenta “una serie de desafíos técnicos y logísticos”. Pese a ello, actualmente hay unidades de escáner disponibles en algunas áreas endémicas, agrega.

El trabajo de Brittenham es bienvenido por Terrie Taylor, investigadora de la Michigan State University, en Estados Unidos y directora del Blantyre Malaria Project.

En 2008 Taylor comenzó a evaluar en Malawi el daño de la malaria cerebral empleando un escáner de resonancia magnética donado. El objetivo es comparar imágenes de autopsias con imágenes cerebrales de sobrevivientes.

Enlace al resumen en el American Journal of Tropical Medicine and Hygiene

References

American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, 81(4) (2009)