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Brasil posee los pilares esenciales para construir una biotecnología innovadora en el sector salud, pero el desarrollo se ve frenado por las barreras regulatorias y la escasa coordinación entre los sectores público y privado, dicen los autores de un nuevo estudio publicado en la edición de junio de Nature Biotechnology.

Para extraer sus conclusiones, los autores —del Centro McLaughlin-Rotman para la Salud Global (MRC, en inglés), la Red Universitaria de Salud y la Universidad de Toronto, Canadá— usaron estudios de caso de 19 compañías privadas brasileñas de biotecnología y cuatro instituciones públicas de investigación. 

Según hallaron los autores, el desarrollo de productos como vacunas, medicinas y equipos de diagnóstico ha experimentado un notable progreso entre las compañías brasileñas en años recientes.

Los productos fueron desarrollados para hacer frente a problemas locales de salud frecuentemente ignorados por las grandes compañías farmacéuticas internacionales —tales como malaria, enfermedad de chagas y dengue— y para mercados olvidados como pequeños laboratorios y asentamientos rurales.

Pero las barreras permanecen, señalan los autores. Por ejemplo, el proceso de solicitudes de patente puede tomar hasta siete años y a menudo hay largas demoras en el proceso de aprobación ética de los ensayos clínicos.

“Uno de los aspectos que resaltó en el estudio sobre Brasil fue la interacción entre el sector público con el privado”, dijo a SciDev.Net Meter Singer, co-autor del estudio y director interino de MTC. 

Singer explicó que el gobierno se ha enfocado demasiado en el sector público como fuente de productos de salud, pero ya es tiempo de aumentar el apoyo al papel que el sector privado puede cumplir en la salud.

Además, pocas compañías exportan sus productos o llevan adelante algún tipo de colaboración compartida con socios internacionales. 

“Las compañías brasileñas todavía están centralizadas en su propio mercado, pero están comenzando a prestar atención a los mercados internacionales”, afirmó Rahim Rezaie, otro co-autor. 

Entre las recomendaciones que los investigadores hacen a Brasil se incluyen mejorar el desempeño y la transparencia de los órganos reguladores del gobierno; promover la colaboración internacional y la exportación, y apoyar a las empresas innovadoras que se inician.

Wim Degrave, experimentado científico de la Fundación Oswaldo Cruz —uno de los institutos brasileños incluidos en el estudio de MRC—, subrayó que se deben fortalecer los servicios de asesoramiento sobre asuntos relacionados con patentes en las instituciones públicas de investigación.

Añadió que si bien una parte del desarrollo de productos de salud en Brasil no es innovativa en este momento, obtener ingresos de productos no innovadores y establecer una producción a gran escala permite a las empresas concentrarse en la investigación y desarrollo de nuevos productos. 

Este es el tercer estudio que realiza MRC en biotecnología en los países en desarrollo. Los otros se llevaron a cabo en China (ver Regulations ‘hinder’ China biotech investment) e India.

Ver documento completo (en inglés) en Nature Biotechnology

References

Nature Biotechnology 26, 627 (2008)