06/01/10

Alimentos procesados generan obesidad en Guatemala

Crédito de la imagen: Juan Espino|Flickr

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El aumento en el consumo de alimentos procesados contribuiría significativamente al alto índice de obesidad y sobrepeso en Guatemala, el noveno país más pobre de América Latina y el Caribe, de acuerdo con estudio publicado en la revista científica Health Economics (edición de diciembre de 2009).

La obesidad y el sobrepeso, algunos de los principales factores de riesgo de muerte por enfermedades no contagiosas, aumenta en los países en desarrollo debido a los cambios alimentarios.

Si antes se consumían preferentemente alimentos básicos y granos enteros, ahora la tendencia es a comer alimentos parcial y altamente procesados, con altos contenidos de sal, azúcar y grasas saturadas, y pocas fibras y demás nutrientes esenciales.

Los alimentos procesados contribuyen al aumento de peso debido a que el azúcar y otros endulzantes, pueden estimular el apetito al alterar el balance hormonal. Además, los carbohidratos refinados que contienen son absorbidos fácil y rápidamente por el cuerpo.

El estudio fue realizado por Abay Asfaw del Centres for Disease Control and Prevention de Washington DC, USA, que examinó la relación entre el consumo de alimentos procesados de 21.803 guatemaltecos mayores de diez años y el Índice de Masa Corporal (IMC), que compara el peso y la estatura.

Un IMC entre 25kg/m2 y 30kg/m2 indica sobrepeso y sobre eso indica obesidad. En Guatemala el IMC promedio es 22.29. Más de 23 por ciento de las personas tienen sobrepeso y 6 por ciento son obesas.

El estudio concluyó que, de mantenerse iguales los demás factores, cuando el gasto en alimentos semiprocesados como proporción del total gastado en alimentos aumenta en diez por ciento, el IMC de los miembros de la familia sube en 3.95 por ciento y en 4.25 si se trata de alimentos procesados.

Los datos se obtuvieron mediante una encuesta familiar del Instituto Nacional de Estadísticas realizada entre 1999 y 2000 en 38 municipios de Guatemala, que indagó sobre consumo, lugar de compra y otros, así como información demográfica, edad, sexo, altura, peso, estado de salud y educación.

Como el consumo calórico también afecta el peso, se averiguó la ocupación de los individuos y el número de horas dedicadas a actividad física así como si eran residentes urbanos o rurales. Las mujeres y los habitantes de las ciudades tendían más al sobrepeso que los hombres y los que vivían en áreas rurales.

Abay Asfaw, autor del estudio, dijo a SciDev.Net que Guatemala debería establecer una política pública para el control de la obesidad que tomara medidas para que los supermercados, cuyo número se ha duplicado desde 1990 a la fecha y que son la fuente principal de alimentos procesados, ofrezcan alimentos sanos tales como frutas y verduras.