24/03/11

Sacar las vacunas contra la TB de los laboratorios

Hay once vacunas candidatas para TB en ensayos clínicos Crédito de la imagen: SATVI

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Las nuevas vacunas contra la TB afrontan déficits importantes de financiación, dice Mićo Tatalović, y algunos países se resisten a aceptarlas. 

Expertos internacionales en tuberculosis (TB) se reúnen hoy —en el Día Mundial de la TB— en Francia, para discutir los avances en la investigación de vacunas. 

Pero la razón de que no haya una vacuna efectiva para prevenir los casi diez millones de nuevos casos y las dos millones de muertes anuales por TB tiene poco que ver con ciencia. Hay cerca de once vacunas en ensayos clínicos, cuyo progreso se ha retrasado o estancado debido a que se acabó el financiamiento. 

Es por eso que la Iniciativa Vacuna contra la TuBerculosis (TBVI, por su sigla en inglés), una organización independiente que promueve el desarrollo de vacunas contra la TB, lanzó hoy un nuevo modelo de financiamiento. 

Joris Vandeputte, vicepresidente principal de apoyo y movilización de recursos de la TBVI, dijo a SciDev.Net que se necesitan de manera urgente US$1.500 millones para traducir la investigación básica en vacunas listas para entrar al mercado en la próxima década. El desarrollo de una sola vacuna contra la TB puede costar hasta US$300 millones. 

Brecha de financiamiento 

La investigación básica ha recibido un adecuado financiamiento, dijo Vandeputte, lo que ha derivado en 40 vacunas candidatas debido a un enorme esfuerzo de investigación en la última década. Además de las once en vacilantes ensayos,hay otras 30 que languidecen en laboratorios, algunas de ellas en países en desarrollo, esperando entrar a ensayo. 

Pero no se cuenta con la “segunda parte” del financiamiento, necesaria para pasar las vacunas candidatas a ensayos clínicos, por lo que el desarrollo de vacunas se ha detenido, agregó. 

Bajo el nuevo modelo de financiamiento, la Unión Europea proporcionaría préstamos para cerrar la brecha, posiblemente a través del Banco Europeo de Inversiones. Los préstamos serían administrados por la TBVI y devueltos una vez que las vacunas comiencen a generar dinero. 

El modelo contempla varias dificultades logísticas que enfrentan los investigadores, tales como los cuellos de botella causados por la falta de capacitación para los ensayos clínicos, lo que se hace calculando los costos necesarios para afrontar esos aspectos. 

“Vamos a tener que mirar hacia el este —China, India, Rusia— para hacer más ensayos clínicos”, dijo, en un intento por sobreponerse a este cuello de botella. Pero sostuvo que una vez exista la nueva vacuna, ésta atraerá un enorme mercado. 

Actualmente cerca de 90 por ciento de los países vacunan a sus niños contra la TB con la vacuna Bacillus Calmette-Guérin (BCG), para lo cual usan 100 millones de dosis al año. La BCG protege a los niños de las formas severas de TB, pero no protege a los adultos de la TB pulmonar, la forma más común e infecciosa de la enfermedad. 

Una vacuna más efectiva salvaría enormes cantidades en tratamientos, que sólo a los países europeos les cuestan cerca de US$3 mil millones al año. 

Bajo uso 

Pero incluso si el dinero para ensayos estuviera disponible y surgiera una vacuna efectiva, podría haber más problemas esperando. Información que se publicará a fin de año en una edición especial de vacunas de la revista Tuberculosis muestra que algunos países en desarrollo podrían ser reticentes a aceptar nuevas vacunas contra la TB. 

Varios factores parecen determinar si los países están preparados para asumir los costos de una nueva campaña de vacunación, entre ellos si la vacuna ha sido ensayada en su propio territorio. 

Los autores del estudio realizaron 86 entrevistas estructuradas a médicos de salud pública, políticos y funcionarios públicos de los ministerios de salud y finanzas en países con las mayores cargas de la enfermedad: Brasil, Camboya, China, India, Mozambique, Rumania, Rusia y Sudáfrica. 

Lew Barker, asesor medico de la Fundación Aeras Global TB Vaccine en Estados Unidos, dijo que su estudio buscó evaluar las opiniones de personas en países con alta carga de enfermedad que probablemente estarán involucrados en la toma de decisiones sobre si adoptar o no las vacunas contra la TB cuando estén disponibles. 
 

Se necesitan US$1.500 millones para llevar nuevas vacunas al mercado
WHO/TDR/Crump 

“Cuando se les preguntó sobre los problemas de salud pública mas importantes y las necesidades de su país, ninguno de los entrevistados mencionó espontáneamente la TB”, continuó Barker. En cambio, la salud  primaria, rural y madre-hijo, así como el VIH-SIDA, fueron identificados como los aspectos más urgentes. 

“Sin embargo, cuando [el entrevistador] les mencionó la TB, de manera uniforme dijeron que es un problema muy serio y, en general, dijeron que también es un problema desatendido, que requiere y merece más atención de la que recibe”, agregó Barker. 

Los entrevistados en la encuesta recibieron bien el desarrollo de mejores vacunas contra la TB, pero cerca de 20 por ciento dijo que es improbable que tales vacunas sean adoptadas en sus países, y muchos más se mostraron indecisos. En la mayor parte de los escenarios de vacunación planteados, menos de la mitad dijo que deseaba comprometerse con una nueva vacuna y proporcionar financiamiento. Una de las principales razones que adujeron radica en la necesidad de ver datos de mayor eficacia en ensayos clínicos en sus propios países. 

Prioridades políticas 

La implementación de vacunas podría tomar de 20 a 30 años en lograr beneficios sanitarios, porque el 95 por ciento de los casos son latentes y podrían tardar años en manifestarse, y la mayoría de las vacunas sólo apuntan a personas que no han estado expuestas a la TB (alrededor de un tercio de la población mundial ha estado expuesta), por lo que habrá una gran cantidad de casos antes de la esperada eliminación de la TB en 2050, dijo Barker. Esto explica por qué a otros asuntos, tales como el VIH, se les da prioridad política. 

Barker concluyó que para la introducción de una nueva vacuna contra la TB es probable que sean necesarios datos sólidos que muestren eficacia del 90 por ciento, en lugar de un más realista 60 por ciento, y que se hayan obtenido en estudios realizados en los países afectados. 

Opokua Ofori-Anyinam, gerenta de desarrollo clínico de GSK Biológicos, un fabricante de vacunas, dijo que los investigadores deberían comprometerse con quienes hacen las políticas para asegurarse de que, después de gastar millones de dólares en ensayos clínicos y pruebas de vacunas en miles de individuos, acaben teniendo vacunas que quienes hacen las políticas quieran implementar. 

“Estas son las cosas que nosotros tenemos que pensar por adelantado”, dijo a SciDev.Net Ofori-Anyinam.
 
Vandeputte dijo que la comunidad de investigadores en TB debe comprometerse con los medios de comunicación y los que dictan las políticas para poner la TB en las agendas políticas nacionales. 

Pero destacó que la investigación de mercado de Aeras, presentada por Barker, encontró múltiples respuestas y que la proporción de tomadores de decisiones que probarían una nueva vacuna es mayor que la de aquellos que no lo harían. El compromiso y el apoyo antes de que una nueva vacuna llegue al mercado también podrían ayudar a convencer a los indecisos. 

La vacuna como objetivo 

Michel Greco, director del grupo de trabajo en nuevas vacunas contra la TB de Stop TB Partnership, dijo: “No soy de las personas que cree que tan pronto tengamos una buena vacuna contra la TB ésta será adoptada. Los países son muy cautos respecto de los potenciales problemas, por lo que se mueven lentamente”. 

Pero agregó que aunque se necesitan estudios que consideren aspectos de la adopción y pavimenten el camino a la futura implementación de vacunas contra la TB, la prioridad debería estar en el diseño y prueba de las vacunas, más que en preocuparse de su posterior implementación. 

Helen McShane, investigadora de vacunas contra la TB de la Universidad de Oxford, Reino Unido, cuya vacuna MVA85A está actualmente en ensayos clínicos en fase IIb, dijo a SciDev.Net que “mientras más efectiva es una vacuna, más probable es que sea adoptada. También dependerá del costo; creo que si tienes una vacuna muy efectiva a precios asequibles para las áreas en desarrollo del mundo, ésta será adoptada”. 

Agregó que “podría haber algunos países en los que vas a tener que hacer algunos estudios para obtener datos sobre seguridad pero, aunque todos esos son factores importantes, no los veo como los mayores desafíos. El mayor desafío es que necesitamos obtener una vacuna que funcione”. 

Enlace a los hallazgos del estudio de mercado sobre vacunas contra la TB de Aeras (en inglés) [593kB]